Gerson Almeida es el candidato presidencial por Ecuatoriano Unido y también es pastor evangélico. Se postula como el «binomio provida» junto a la activista católica Martha Villafuerte. A pesar de ser conocidos por su activismo en contra del aborto —incluso en los casos de niñas y mujeres violadas— en la entrevista evitó hablar con claridad sobre su postura. Apeló al marco legal y al «debido proceso» para evitar plantear su postura.
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A la entrevista llegó con un asesor de comunicación —que habló y se rió tras cámaras, durante la entrevista, molesto por las preguntas al candidato—. Almeida vestía un pantalón oscuro y una chaqueta blanca con un pañuelo blanco y negro en la solapa. En el anular izquierdo, llevaba un anillo plateado, con la Estrella de David y en la izquierda, uno dorado con el signo del Barcelona —el equipo de fútbol ecuatoriano.
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Durante la conversación, Almeida se mostró incómodo. Respiraba profundamente, su rostro empezó a brillar y apretaba las manos que tenía juntas sobre la mesa. Reconoció que no le gusta la crítica pero dijo que de allí vienen «las soluciones». También explicó que su propuesta económica estrella es la construcción de un tren multimodal —que serviría para transporte de personas y de carga— que sería financiado por la empresa privada.
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Almeida negó, además, la existencia de las llamadas «clínicas de deshomosexualización» a pesar de que varios reportajes cuentan sobre su existencia en Ecuador y los vínculos con la Iglesia. Dijo también que si él llegara a ganar las elecciones, las minorías sexuales no tendrían qué temer a pesar de que en una entrevista los comparó con ladrones —aunque también negó eso.
