Relatos en primera persona de aquellos que aún buscan los cuerpos de sus seres queridos que murieron durante la emergencia del covid-19.

Norma Jordán

Este es el testimonio de Rebeca Núñez, nieta de Norma Jordán, fallecida el 27 de marzo de 2020 con covid-19.

Norma Jordán

Norma Jordán

*El cuerpo de Norma Jordán fue identificado por su familia el 25 de junio y sepultado el 13 de julio de 2020 en Jardines de la Esperanza en Guayaquil.

Mi abuela falleció el 27 de marzo como a las ocho de la noche. Ese día ella estaba con una tos fuerte, la fiebre no le bajaba de 39 grados, y tenía dificultad para respirar. Nos preocupamos porque no era una simple gripe y porque la gente ya se estaba contagiando del covid-19. Decidimos llevarla a una clínica para que le hagan una tomografía del tórax para poder diagnosticar el covid, y el resultado mostró que sí tenía coronavirus. Ese mismo rato me llamó un médico que hacía las pruebas del covid a domicilio; dijo que estaba cerca de la clínica, fue y ahí le hicieron la prueba del hisopado. 

A las pocas horas de la prueba, mi abuelita murió. Desde ese momento llamamos al 911 para que vayan a hacer el retiro (del cuerpo). Pero antes, nosotros intentamos hacer el certificado de defunción con un médico de la familia pero no se podía porque recién había empezado la pandemia y no todos los médicos podían firmar el certificado. Tuvimos que esperar hasta las tres de la tarde del domingo 29 de marzo, casi dos días después, cuando llegó el doctor de medicina legal y nos dio el certificado de defunción. En el documento le pusieron neumonía no especificada, pero el resultado de la prueba me llegó por correo una semana después, y efectivamente mi abuela tuvo el coronavirus. Al doctor que firmó el acta de defunción, le preguntamos si se podía llevar a mi abuela para después coordinar con Jardines de la Esperanza, y que se acerquen a retirarla a la morgue donde iba a estar. Se la llevaron a las 5 de la tarde de ese 29 de marzo, a la morgue que queda por el Estadio Modelo.  Nunca más supimos del cuerpo.

Nosotros llamamos el martes y el cuerpo no estaba, no sabíamos qué había pasado. Cuando se lo llevaron nos dieron una especie de etiqueta con unos números, que era como un expediente. Con esos números llamé al 911 para averiguar si tenían información pero me dijeron que tenía que acercarme a medicina legal a preguntar qué fue lo que pasó. 

Pero para nosotros ir a medicina legal en pleno comienzo de la pandemia era complicado porque también mi tía, mi prima, el esposo y un niño de 7 años que vivían con mi abuelita se quedaron contagiados con el covid-19.  Nosotros no podíamos acercarnos a recoger el certificado de defunción a la casa de mi tía, ni tampoco podíamos ir a medicina legal a preguntar qué había pasado, por el miedo de contagiarnos. 

Yo me comencé a mover a través de Twitter y taggeando a Jorge Wated que fue el encargado de recoger los cuerpos días después de lo que pasó con mi abuela. Lo mencionaba a él y no me respondía, hasta que un día me respondió ‘ya vamos a ver lo que ha pasado’ y pasaban los días y no tenía más respuestas. Y volvía a publicar y volvía a taggearlo. Hasta que un día me llamó la Policía a decir que habían visto mi denuncia sobre la supuesta desaparición de mi abuela y yo les dije que no era supuesta porque si yo supiera donde está el cuerpo de mi abuela no estaría buscando.  Me tomaron muchos datos, me dijeron que me volvían a llamar. Pero no me volvieron a llamar. 

Hace unas tres semanas me contactaron cuatro personas diferentes. El penúltimo fue de medicina legal, el último fue el antropólogo. Me dijeron que estaban revisando el tema de los cuerpos sin identificar, que había bastantes cuerpos pero por el paso del tiempo se estaba haciendo más complicado, que estaban tratando de hacerlo de la mejor manera con los datos que les estábamos dando.

Yo comencé a darle las radiografías de mi abuela, porque días antes se hizo arreglos de los dientes, les pasamos fotos, le pasamos información de las características físicas, la ropa que tenía puesta, todo lo que más pudimos. 

Estoy en contacto con el antropólogo, una vez a la semana le escribo para no presionarlo tanto. Entiendo que él no tiene la culpa de lo que está pasando, que él está haciendo lo humanamente posible para ayudarnos y hasta el 10 de junio que le pregunté cómo iba el asunto me dijo que no la han encontrado todavía. Y ya son dos meses y ya vamos para el tercer mes. Me dijo que la próxima semana van a ingresar a campo para volver a ver otros cuerpos que todavía no han sido identificados y esperan que ahí esté el cuerpo de mi abuela. 

Si buscas el cuerpo de un familiar fallecido en la emergencia del covid-19, súmalo a esta lista 


Este testimonio fue recogido y editado por Mayuri Castro.