Si alguien quiere conocer a los pingüinos tiene que visitar el hemisferio sur, el lugar en el que estos animales evolucionaron y convirtieron también en su hogar. Lo que encontrará no es necesariamente la típica imagen de un pingüino de pie sobre un trozo de hielo, sino también podrá verlos andando por bosques, estepas y hasta en calurosos desiertos, puesto que los hábitats terrestres de los pingüinos son muy variados.
Este reportaje fue originalmente publicado en Mongabay Latam
Estas carismáticas aves que han inspirado caricaturas y documentales no están a salvo, sin embargo, de las amenazas. Suelen quedar muchas veces atrapadas en las redes de enmalle de los pescadores, son víctimas del ataque de ratas, deben lidiar con las pesquerías que capturan sus presas y, además, sufrir los embates del cambio climático.
El pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) es una de las especies que concentra la atención de los científicos. Sus poblaciones han disminuido a la mitad en los últimos años y solo en Chile, por ejemplo, las parejas reproductivas han descendido de 20 000 a 6000, según el último censo.
Es por eso que cada 25 de abril se celebra el Día Mundial del Pingüino, una fecha creada para promover el cuidado y la protección de estas aves.
Poblaciones disminuidas
Los pingüinos más australes, del género Aptenodytes, son los más grandes y su representante más emblemático, el pingüino emperador (Aptenodytes forsteri), puede llegar a medir 1,20 metros. Viven en la Antártica donde se conoce la existencia de 40 colonias reproductivas en las que se calcula hay unas 200 000 parejas. Pero también existe otro género de pingüinos australes, los Eudyptes, también conocidos como Saltarrocas que habitan las islas subantárticas de Argentina y de Chile.
Los pingüinos que se distribuyen más al norte pertenecen al género Spheniscus y la especie más aventurera, que incluso ha llegado a cruzar la línea del Ecuador, habita en Galápagos (Spheniscus mendiculus). En Chile, existen dos especies de Spheniscus: el pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus), que habita en las boscosas islas del sur del país nidificando entre las raíces de los árboles y el pingüino de Humboldt que también habita en Perú y que es posible verlo incluso nidificar bajo los cactus del desierto.
Yerko Vilina, biólogo marino experto en estos animales, científico de whalesound y académico de la Universidad Santo Tomás, que ha dedicado sus últimos años de investigación al pingüino de Magallanes, aporta un elemento clave para entender la importancia de toda la familia de pingüinos para los ecosistemas: la función ecológica que cumplen en la fertilización de los suelos.
Cuando estos animales regresan a tierra firme, explica Vilina, luego de haber salido a comer al mar, defecan. Sus heces, al estar cargadas de nitrógeno, son las que fertilizan el suelo aportando nutrientes y lo mismo ocurre cuando dejan caer al suelo pequeñas porciones de krill, pescado o crustáceos que capturan para alimentar a sus crías. “Los pingüinos son extraordinarios porque son la transición entre los ecosistemas terrestres y marinos”, dice el científico.
Guillermo Luna, investigador del Núcleo Milenio Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (ESMOI) y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), ha centrado sus investigaciones en el pingüino de Humboldt. El científico asegura que existen registros de 1936 en los que se habla de la existencia de cientos de millones de individuos de esta especie. Actualmente, sin embargo, tanto en Chile como en Perú, se sabe que las poblaciones de este pingüino han disminuido, por esta razón está clasificado en estado Vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Entre 2017 y 2018, Alejandro Simeone lideró un equipo para hacer un censo de parejas reproductivas de pingüino Humboldt en todo Chile del cual Luna fue partícipe. “Logramos llegar a una cifra que fue una mala sorpresa”, dice Luna, pues «de acuerdo a los censos realizados unos diez años atrás los esperábamos encontrar entre 20 000 a 25 000 parejas y nos topamos con que no había […] más de 6000 parejas. La situación es mala”, subraya.
El experto señala que el descenso más dramático lo encontraron en la colonia que históricamente ha sido reconocida como la más importante: Isla Chañaral, en el norte del país, y que junto con Isla Choros e Isla Damas forman la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Según censos realizados en los años 90 y principios del 2000, en Isla Chañaral había 10 000 parejas, “pero ahí solo encontramos 1000 o 1500 parejas. Quedamos muy sorprendidos por este descenso”, cuenta Luna.
En Perú, las cifras también han disminuído. En Octubre de 2019, se celebró en Lima el segundo taller mundial denominado Population and Habitat Viability Assessment for the Humboldt Penguin. Esta reunión, promovida principalmente por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, suele convocar a especialistas, biólogos, autoridades, entre otros actores relacionados a la investigación, manejo y protección de estos pingüinos en Perú y Chile. “El objetivo es hacer una actualización de la información, generar modelos de viabilidad de la población para examinar sus probabilidades de extinción y ver qué líneas de investigación y acción se deben tomar en los próximos años”, cuenta Carlos Zavalaga, investigador titular de la Unidad de Investigación de Ecosistemas Marinos-Grupo Aves Marinas de la Universidad Científica del Sur, en Perú.
Durante esa reunión, la Dra. Patricia McGill del St Louis Zoo, en Estados Unidos, junto a otros colaboradores locales e internacionales que han liderado el censo de pingüinos en Perú, señaló que la población de pingüinos de Humboldt en el país ha descendido aproximadamente de 20 000 individuos, en el 2014, a cerca de 10 000 individuos en 2019.
La falta de información
En los últimos tres años, Zavalaga asegura haber sido testigos de la “completa falla reproductiva en algunos sitios de nidificación” como, por ejemplo, Isla Pachacamac en Perú. “No sé a qué se deba esto”, precisa y agrega que esto coincide con la presencia de la pesca ilegal de cerco en los alrededores de la isla. «No nos extrañaría —señala Zavalaga— que los pingüinos estén muriendo en las redes”.
De todos modos, asegura que se desconocen las causas de esta disminución puesto que “no se han reportado incidentes graves de mortalidad en la costa. La extracción de guano, que alguna vez afectó a los pingüinos, se hace hoy en día de forma sostenible y tampoco existen registros de alta mortalidad en redes, como ocurrió en los 90 en Punta San Juan”, dice el experto.
Lo que sí ocurre actualmente, agrega el científico, es que en algunas localidades como Punta San Juan, isla Chincha Norte e Isla Lobos de Afuera, hay presencia de roedores que han sido introducidos en las islas. “Las ratas podrían consumir huevos y pichones de pingüinos o hacer que los adultos abandonen sus nidos”, dice Zavalaga.
Además, el científico señala que la ocurrencia del fenómeno de El Niño, que particularmente en 2017 se hizo presente con mayor intensidad, podría estar afectando a las poblaciones. “Estas tres causas naturales y antrópicas podrían explicar la disminución en el número de pingüinos en Perú”, asegura.
Guillermo Luna, por su parte, quien también es Director de Magíster en Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte, agrega que tampoco se sabe cuál es la razón de la disminución de las poblaciones de pingüino de Humboldt en Chile aunque hay algunas hipótesis que se manejan. Una de ellas es la competencia por alimento que tienen las aves con las pesquerías. “Es posible que la pesquería de anchoveta y sardina esté extrayendo una parte importante del alimento que las aves necesitan”, dice Luna.
Además, el experto explica que se han realizado estudios que demuestran que hay un efecto significativo de la captura incidental por redes de pesca. “El pingüino es un ave buceadora que va detrás de la presa. Cuando se encuentra con una red se enreda y muere porque se ahoga”, explica.
A pesar de estas posibles explicaciones, la ciencia no ha podido entregar una respuesta más contundente para entender qué está pasando con los pingüinos. Según Luna, la principal razón de esto se debe a la falta de información que se tiene sobre la demografía de esta especie.
“Al contrario de Perú, donde desde hace muchos años se hacen monitoreos de los tamaños poblacionales de las aves marinas, en Chile los fondos disponibles para hacer monitoreo de las aves marinas son prácticamente nulos”, asegura Luna.
Los que han resuelto parcialmente el problema son los biólogos de la Corporación Nacional Forestal (CONAF). El experto asegura que “desde la creación de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, CONAF ha establecido monitoreos y también en el Parque Nacional Pan de Azúcar y en el islote de Cachagua, pero hay problemas de metodología entonces la información que hay no es muy exacta”. Según el científico, la metodología usada para realizar estos censos no siempre es la misma por lo que realizar luego comparaciones poblacionales resulta complejo. Además, CONAF solo monitorea a las poblaciones presentes en las reservas y parques nacionales, por lo que todos los animales que se ubican fuera de las áreas protegidas no son contabilizadas en el conteo.
Esta falta de información no permitiría saber si es que esta disminución de las poblaciones de pingüinos de humboldt es por razones naturales o por el impacto generado por las actividades humanas. Los científicos concuerdan en que, frente a este escenario, urge extremar esfuerzos para conservar a la especie, pero también para efectuar adecuadamente los censos, con la metodología correcta, que permitan generar datos útiles para proteger a esta carismática ave.
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