Paola Guzmán Albarracín fue una adolescente de 16 años que fue abusada por Bolívar Espín, entonces de 65 años y vicerrector de su colegio. Paola estaba en riesgo de perder el año escolar y Espín, a cambio de ayudarla con las calificaciones, le pidió relaciones sexuales. Después de dos años de abuso y violación sexual, Paola quedó embarazada. Luego fue presionada por el vicerrector para abortar con la ayuda del médico del colegio. Y el doctor le exigió tener relaciones sexuales a cambio de realizarle el procedimiento.

El 12 de diciembre de 2002, Paola ingirió una alta cantidad de fósforo blanco y luego se fue al colegio. A las pocas horas, fue trasladada a la enfermería por sus intensos dolores. Las autoridades de la institución no hicieron nada: no la atendieron allí ni la derivaron a un hospital.  Tampoco le avisaron a su madre, Petita Albarracín, quien se enteró por las compañeras de de su hija lo que estaba ocurriendo. Petita Albarracín fue a recoger a su hija al colegio y fue ella quien la llevó a un hospital público. Cuando llegaron, era demasiado tarde. Para intentar salvarla, Petita Albarracín la llevó a una clínica privada pero allí tampoco pudieron hacer nada. Paola agonizó durante horas y murió la madrugada del día siguiente como consecuencia de una intoxicación con fósforo blanco. La madre de Paola no conocía los motivos detrás de la muerte de su hija hasta que una periodista le informó que había sido abusada sexualmnete por el vicerrector de su escuela.