Una capital envuelta en gases. El lunes 7 de octubre Quito vio cómo las protestas contra el gobierno de Lenín Moreno en contra de las medidas económicas se reanudaron, crecieron y se volvieron más violentas.
Miles de manifestantes llegaron al centro histórico intentando alcanzar la Plaza Grande, donde está el palacio presidencial. La oleada protestante chocó reiteradamente con la policía, que lanzó gas, desplegó carros antimotines y cercó la sede del gobierno nacional. Hacia las cinco de la tarde, los periodistas que estaban en el palacio de Carondelet fueron desalojados, y una rueda de prensa del presidente de la República se canceló.
Este es un recuento gráfico de algunos de los momentos más álgidos del día.
Un cerco policial detiene a los manifestantes, que se dirigen hacia el palacio de Carondelet.
Uno de los manifestantes ayuda a un joven afectado por los gases lacrimógenos soplándole humo de tabaco en su rostro.
En el puente a desnivel de la Avenida 10 de Agosto, dos jóvenes se movilizan hacia Carondelet.
Manifestantes se dirigen desde la Caja del Seguro, en la Avenida Amazonas, hacia el Centro Histórico de Quito.
En el sector del parque El Ejido, un policía lanza bombas de gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes.
Kener Angulo, un vendedor de películas, mira de frente como los manifestantes lanzan piedras.
Varios manifestantes lanzaron pintura a uno de los carros blindados de la Policía.
Uno de los miembros de la policía es herido durante una de las manifestaciones en el paro nacional.
Un miembro de la Policía dispara bombas de gas lacrimógeno en dirección a los manifestantes.
Uno de los miembros de la policía lleva una caja de juegos pirotécnicos, que los manifestantes habrían estado usando en las protestas.
Estudiantes de medicina fueron a la marcha para brindar ayuda a los manifestantes heridos.
Una estudiante de la Universidad Central del Ecuador lleva una bandera blanca para distinguirse entre los manifestantes y ayudar a los heridos.
Uno de los manifestantes tenía dos cortes en la cara por los perdigones que disparó la policía. Recibe atención de dos estudiantes de medicina.
