Un mes después de la detención de Pamela Martínez, en un allanamiento a su departamento en Quito, el 7 de junio de 2019, fueron encontrados unos cuadernos a los que la fiscal Diana Salazar hizo referencia en varias ocasiones. Nueve páginas de uno de esos salieron a la luz a través de varios medios de comunicación. Allí había anotaciones de distinta índole; listados con rubros y un signo de dólares, los nombres de algunos exfuncionarios, las anotaciones de supuestas reuniones con Jorge Glas o Rafael Correa, algunas líneas con rezos o incluso recordatorios como “pedir la receta del queso de leche”. 

Tres meses después del allanamiento en el que según la Fiscalía, se encontraron los cuadernos, Fausto Jarrín Terán, abogado de Alexis Mera, dijo que tenía dudas sobre las anotaciones del cuaderno porque solamente había podido ver unas fotos y no los cuadernos en físico. Dijo además que no pudo participar en el peritaje que se hizo del cuaderno. En una entrevista, dijo que hay informe en el que el perito dice que gran parte del cuaderno es inteligible. En ese momento Jarrín decía: “Esta prueba del cuaderno, para mi, no es verdadera”.

Christian Viteri, exasambleísta, también mencionado por Martínez, asegura que el cuaderno fue escrito entre el 21 y 25 de mayo, cuando ya Martínez estaba detenida. Asegura además que la tapa del cuaderno, que aparece rota en las imágenes, fue rota a propósito para que no se pueda leer el código de barras e identificar el lote al que pertenece el cuaderno (y por lo tanto, la fecha en que fue elaborado).

En su versión anticipada, Martínez confirma que el cuaderno no fue escrito en la época de campaña sino en 2018. 

“A raíz de que el ingeniero Glas fue sentenciado por la causa Odebrecht, de la consulta popular donde ganó el sí, de las decisiones del Consejo de Participación Ciudadana que pasó a cesar a altas autoridades, recibí la llamada del Presidente Correa y me indica si había destruido toda la información y recordé que yo tenía una flash antes de salir de mi trabajo”. Dice que entonces fue a su departamento y encontró un flash con la información, que lo destruyó “inclusive poniéndole en un vaso de agua”. Allí menciona a un antiguo colaborador de Presidencia, Christian Paredes Quishpe, quien supuestamente le había chantajeado porque aseguraba tener una copia de la información del flash, a cambio de la que le pedía una alta suma de dinero. “No me preste para el chantaje pero me quedó la inquietud y estaba en el avión, viajando de Quito a Guayaquil, todo en 2018 y tuve el impulso de hacer unas anotaciones de todo el proceso, tenía en el maletín un solo cuaderno, y empecé a hacer estas anotaciones que no guardan relación cronológica, más tarde tuve el impulso de anotar las entregas de dinero hechas y los pedidos de dinero”. Dice que luego se olvidó del cuaderno hasta que una vez lo encontró y lo escondió, junto con otros documentos, detrás de la chimenea.