En Ecuador el sistema de dinero electrónico comenzó en 2015 y era manejado por el Banco Central. Según Diego Borja, exministro de Economía entre 2005 y 2006, el dinero electrónico fue una propuesta elaborada en el 2008 en el Ministerio Coordinador de Política Económica durante el gobierno de Rafael Correa. Empezó a ser implementado, paulatinamente, desde 2013. Para usar el servicio, era necesario tener cédula ecuatoriana y un celular cualquiera para poder recibir y hacer pagos.
El objetivo principal de este sistema era la inclusión financiera. Según el Banco Central, iban a “proveer a la población que no tenía acceso al mercado financiero la oportunidad de acceder” a estos servicios. En ese entonces, el 60% de la población. El Banco Central era el responsable de fomentar dicha inclusión financiera, según el Código Orgánico Monetario y Financiero. Esa ley también establecía que la regulación del dinero electrónico era responsabilidad del Banco Central.
En ese entonces, la propuesta del dinero electrónico generó críticas y rechazo. Entre sus principales críticos, estuvo la banca privada. En 2016, Asobanca publicó en su página web un comunicado en el que sentaban su posición frente al dinero electrónico. “Los Bancos Privados consideramos que el dinero electrónico debe estar, de forma obligatoria y por disposición legal, exclusivamente respaldado en dólares de los Estados Unidos de América y no en otro tipo de activos pertenecientes al Banco Central del Ecuador” decía el comunicado. También lo cuestionaron el político León Roldós o el entonces alcalde de Guayaquil Jaime Nebot. Según ellos, el dinero electrónico debilitaría la dolarización. Rafael Correa les contestó diciendo que era falso, y que el sistema daría agilidad y rapidez a la dolarización. El Banco Central y el Servicio de Rentas Internas también rechazaron los cuestionamos.
Otro de sus opositores fue Guillermo Lasso, excandidato presidencial y dueño del Banco de Guayaquil. En 2016 dijo que “con el dinero electrónico se pretende crear una moneda alterna para afrontar la falta de liquidez del Gobierno”. Sin embargo, el Servicio de Rentas Internas y el Banco Central confirmaron que el sistema de dinero electrónico estaba respaldado totalmente por el efectivo físico, pero no era necesario tener una cuenta de ahorros o corriente en un banco. Para acreditar dinero a la cuenta se debía acudir a uno establecimientos autorizados por el Banco Central, con la cédula y el dinero físico que querías acreditar a la cuenta de ‘Efectivo Desde Mi Celular’.
En 2016, el presidente Rafael Correa defendió el sistema. Dijo que tenía un “impacto saludable que representa para la economía”. Según él, existía un ataque mediático contra el dinero electrónico se daba porque su manejo no se entregó a la banca privada. “Resulta que el dinero electrónico es bueno si lo tiene la banca privada y malo si lo posee el Banco Central”, dijo el entonces Presidente durante el Enlace Ciudadano 479. “Por si acaso el Banco Central no es que opera, tiene la plataforma para poder interconectar a todo el mundo. La banca privada quiere el monopolio y pierden su tiempo, no se lo vamos a dar”, dijo Correa.
El sistema del Banco Central fue el primer caso en el mundo de dinero electrónico basado en teléfono móvil administrado y controlado por un gobierno central. De esa forma, se esperaba que proporcione servicios a bajo costo, ya que los usuarios no tenían que pagar ninguna cuota para hacer las transacciones. En 2018, Lenín Moreno anunció que el proyecto de dinero electrónico sería trasladado del Banco Central a la banca privada.