El 30 de mayo de 2019 una revuelta en la Penitenciaría del Litoral dejó seis muertos. De ellos cinco fueron identificados, el otro fue incinerado y no ha sido reconocido. Según el entonces director de la Penitenciaría, Alfredo Muñoz, fue una confrontación entre bandas. Los 6 fallecidos estaban en distintos pabellones, tres de ellos de mínima peligrosidad. Uno de los fallecidos era hermano de alias Gorras, un conocido sicario del sur de Guayaquil. También fueron atacados guías de la Penitenciaría. Cuatro personas fueron detenidos.

El comandante de la zona 5, el general Ramiro Ortega, afirmó que la Policía tomó el control de la Penitenciaría, que 500 policías estaban en el lugar y que se encontró un arma de fuego y armas blancas. En los exteriores del lugar los familiares de los presos lanzaron piedras a los oficiales después de que se reportara el enfrentamiento y empezaran a circular fotografías de las víctimas. Una barrera de al menos 40 policías y militares protegían el ingreso a la Penitenciaría del Litoral.

Muñoz dijo que el incidente debía a venganzas internas y no estaba relacionado con otros incidentes de la Penitenciaría.