La minería a cielo abierto consiste en remover toda capa superficial del suelo para llegar a los minerales. Para llegar hasta los yacimientos de minerales se cavan grandes cráteres en extensión y en profundidad.
La minería a cielo abierto implica la eliminación de áreas con vegetación nativa. En Mirador, por ejemplo, se han deforestado 1307 hectáreas de bosque. Además, se usa maquinaria pesada como excavadoras y camiones de volteo.
Una mina a cielo abierto como Mirador debe tener instalaciones para su funcionamiento como un cráter o tajo, que es un hueco del cual se va sacando las roca donde están los minerales. Además, necesita escombreras, que son las montañas de rocas que ya no sirven Otro elemento que usa es una trituradora primaria, una máquina que reduce el tamaño de las rocas que se extraen del cráter También necesita una planta de procesamiento, donde la roca es molida y “tratada químicamente para producir el concentrado de cobre”, según el “Estudio de Impacto Ambiental para la fase de beneficio del proyecto minero de cobre Mirador”. Se requiere, además, una relavera, que es una piscina de desechos tóxicos de la mina. Finalmente, hay que construir campamentos y otras instalaciones para los trabajadores.
La minería a cielo abierto “se encuentra entre los tipos de minería más destructivos para el medio ambiente, especialmente en los bosques tropicales”, según la Alianza Mundial de Derecho Ambiental (ELAW, por sus siglas en inglés). Para William Sacher, profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), existe una transformación del territorio además de “consecuencias más drásticas son en términos de generación de desechos, transformación del territorio y destrucción ambiental”.