Jorge Bailón es el alcalde electo de Loja —por tercera vez. Luego de dos periodos en la alcadía de la novena ciudad más grande del Ecuador (entre 2005 y 2014) el trabajo municipal debería ser un campo conocido para él. Su reelección se vio venir desde que las encuestas anunciaban que tanto él, como José Bolívar Castillo —otro exalcalde— eran los más opcionados. Ganó con casi el 32% de la votación, y dejó a Castillo en el tercer lugar.

Bailón volvió a la contienda electoral y representó, para algunos, la única opción para vencer al antiguo alcalde de Loja, el ‘Chato’ Castillo, que fue revocado en junio de 2018.  Su primer reto será ganarse la aceptación de cerca del 70 % de ciudadanos que no votaron por él, esos que esperan que el alcalde no se duerma en los laureles –ni en las reuniones del Cabildo.

Las 128 páginas de su plan de gobierno incluyen seis escenarios de gestión: Loja habitable, Loja productiva, Loja social e incluyente, Loja cultural, Loja turística y Loja integradora.

En 2018, según los datos de matriculación del Municipio y del número de habitantes del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), en Loja existen 125 vehículos por cada 1000 habitantes. El año pasado hubo 461 accidentes de tránsito registrados en la ciudad. La Agencia Nacional de Tránsito señala que las tres primeras causas de accidentes son: conducir desatentos, rebasar los límites de velocidad y no respetar las señales de tránsito.

Una de las propuestas de Bailón es eliminar los fotorradares que están “destinados solo para la recaudación” y dejar los necesarios, según lo indique un estudio técnico. Además, según su plan de trabajo, piensa invertir 120 mil dólares para construir reductores de velocidad con el propósito de eliminar a los fotorradares. Si bien, la propuesta es llamativa, considerando las causas principales de los accidentes de tránsito y que Loja es la séptima ciudad con mayor número de siniestros en 2018, el reto del nuevo alcalde será encontrar el equilibrio entre lo que promete y la realidad.

Otra de sus propuestas es la construcción de un parqueadero subterráneo en la Plaza de la Cultura, ubicada en el centro de la ciudad. Esto podría representar una solución para encontrar estacionamiento e incluso para reducir –un poco– la congestión en el centro de la urbe. Sin embargo, más allá de esto, no se prevé otra estrategia de vialidad a aplicarse en la zona céntrica de Loja, donde las horas pico son un dolor de cabeza para los conductores.

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La gestión medioambiental en Loja es difícil de analizar. Las cifras poco actualizadas generan problemas a la hora de saber qué sucede. Sin embargo, los estudios realizados por médicos especialistas, en 2003, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en 2008 y por la Universidad Técnica Particular de Loja y la Universidad Rey Juan Carlos de España, en 2015, coinciden en que algunos de los problemas ambientales de Loja radican en la calidad del aire, la contaminación auditiva y la calidad de agua de los ríos de la ciudad.

Según el estudio realizado en 2015, las micropartículas contaminantes “sobrepasan los valores de la normativa ecuatoriana de calidad del aire, siendo la principal fuente de contaminación”. Se producen por el tráfico vehicular “presente en los puntos críticos de congestión (zona central)”, y está relacionado con el incremento del parque automotor y la disminución de las áreas verdes.

Esto ya advirtió la ONU, en 2008, cuando informó que “el aumento acelerado del parque automotor causa problemas de contaminación del aire con material particulado, metales pesados como el plomo y otros contaminantes”. Esto se traduce en complicaciones en la salud de los lojanos. En 2005, Loja era la décima ciudad con mayor número de infecciones agudas respiratorias, según el anuario del Ministerio de Salud.

Sobre el ruido en Loja, tanto el estudio de la ONU, como el de varios médicos especialistas, en 2003, advirtieron “que en varios sectores de la ciudad existe un ruido patológico”. Una vez más: los lugares de mayor congestión vehicular son los más afectados, el centro de la ciudad y la zona cercana al terminal terrestre.

La calidad de agua de los ríos de Loja, sobretodo del río Malacatos —que atraviesa a la ciudad— no es buena. Existen, según la ONU, “fugas de aguas residuales domésticas que llegan directamente al cauce del río” provocando su contaminación. Otro ejemplo de contaminación es lo sucedido en 2018 con el río Jipiro, ubicado al norte de la ciudad, que fue contaminado con líquidos —al parecer químicos de origen desconocido. Esta infección provocó que más de 30 personas sean atendidas por mareo, vómito y dolor de cabeza por el olor que emanaba del río.  

Aunque el plan de trabajo de Bailón contempla una inversión de más 6 millones y medio para la gestión ambiental, solo se toma en cuenta el mejoramiento de cuencas de agua y áreas verdes. No hay ninguna estrategia encaminada a mejorar la calidad del aire o la disminución de ruido en la ciudad.

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Al inicio del plan de gobierno de Bailón, en los aspectos generales, se describe escuetamente la situación de género en Loja. Habla sobre los niveles de escolaridad entre mujeres y hombres. En el área urbana más mujeres que hombres se matriculan en centros de educación. Sucede lo contrario en la zona rural. Además, el plan dice que la participación de las mujeres en la política ha disminuido. Sin embargo, no presenta un análisis o cifras de violencia de género en ninguna de sus formas —física, sexual, psicológica y patrimonial.

Entre los escenarios de gestión están Loja social e incluyente y Loja integradora. Sin embargo, en ninguno existen estrategias para erradicar la violencia de género. Loja social e incluyente propone trabajar por niños y ancianos, pero solo hay estrategias para mejorar la situación de los niños. Loja integradora, en cambio, se centra en la participación ciudadana.

En su plan de gobierno, Bailón ha ignorado que en Loja la violencia de género existe. Según datos del Hospital Isidro Ayora, de enero a noviembre de 2018, se registraron 700 casos de violencia intrafamiliar atendidos en la institución. El 75% correspondía a mujeres. De esos casos, la mayoría fueron violencia física, seguido de la psicológica y sexual. Además, según el INEC, 6 de cada 10 mujeres en la provincia de Loja han sido víctimas de violencia de género.

En los últimos años, los casos de femicidio y violencia de género en Loja han tenido mayor repercusión. Por ejemplo, en 2017, la niña Emilia fue secuestrada, violada y asesinada. Sus agresores, se presume, pertenecían a una red de pornografía infantil. En ese mismo año, una estudiante de la Universidad Nacional de Loja, ubicada al sur de la ciudad, fue asesinada luego de que saliera con dos hombres que ella conocía.

Además de estos ejemplos, el acoso callejero también es parte de la lucha de las activistas feministas de Loja. En diciembre de 2018, se organizaron plantones para exigir una “Loja sin acoso”, luego de que una víctima de acoso callejero subiera un video en el que se enfrenta a dos hombres —uno de ellos que la tocó y otro que la acosó— en una calle del centro de la ciudad.

Si bien el alcalde electo dice que su administración apoyará los centros de atención prioritaria del Patronato Municipal, ninguno de estos centros está destinado a acoger a mujeres víctimas de violencia de género. Los centros de atención prioritaria se encargan de niños, adolescentes, ancianos, personas con discapacidad y atención maternal.

Uno de los principales retos del nuevo alcalde será visibilizar la violencia de género a través de planes estratégicos y cifras actualizadas que busquen sensibilizar y educar a la ciudadanía. Esta visibilización no solo incluye a las mujeres sino también a las personas LGBTI.

Bailón tiene una tercera oportunidad para trabajar por Loja. Uno de sus principales retos será abrir los ojos ante las otras problemáticas que no contempla en su plan de trabajo. También, llevar un seguimiento actualizado y transparente sobre cifras y estudios técnicos para trabajar en medio ambiente, movilidad y género. Además de estos ejes de gestión, deberá ocuparse de terminar el proyecto de regeneración urbana y cumplir con las otras propuestas en salud, educación y cultura que propone su plan de gobierno.