Los océanos del mundo se están calentando mucho más rápido de lo que se creía, según algunos científicos. La conclusión tiene implicaciones funestas para el cambio climático: casi todo el exceso de calor que el planeta absorbe es almacenado en los mares.

Un análisis publicado en la revista Science el 11 de enero de 2019 determinó que el calentamiento de los océanos es, en promedio, 40% más rápido de lo calculado hace cinco años por un comité científico de la ONU. Según los investigadores, durante varios años consecutivos, las temperaturas oceánicas han roto récords. “El 2018 será el año más cálido en los océanos del planeta del que se tenga registro”, dijo Zeke Hausfather, analista de sistemas de energía de Berkeley Earth, un grupo independiente de investigación climatológica, y uno de los autores del estudio. “Así como 2017 fue el más caliente, y 2016 también”.

A medida que el planeta se ha calentado, los océanos han proporcionado un amortiguador crítico. Han reducido los efectos del cambio climático al absorber el 93% del calor atrapado por los gases de efecto invernadero que los humanos bombean a la atmósfera.

Los océanos se han convertido en un amortiguador fundamental de un planeta que se ha ido calentando cada vez más. Han desacelerado los efectos del cambio climático al absorber cerca del 93% del calor atrapado por los gases de efecto invernadero que los humanos lanzan a la atmósfera. “Si el océano no absorbiera tanto calor, la superficie de la Tierra se calentaría mucho más rápido de lo que lo hace ahora”, dijo Malin L. Pinsky, profesor adjunto del departamento de Ecología, Evolución y Recursos Naturales de la Universidad Rutgers. “De hecho, en estos momentos, el océano nos está salvando de un calentamiento masivo”.

Sin embargo, la creciente temperatura de los océanos está ya acabando con algunos ecosistemas marinos. Además, está elevando los niveles del mar, y ha vuelto más destructivos a los huracanes.

A medida que el calentamiento aumente, según los investigadores, esos efectos serán aún más catastróficos. Tormentas más poderosas en las que lloverá más —como los huracanes Harvey (2017) y Florence (2018)— serán más frecuentes. Las costas del mundo se inundarán más. Los arrecifes de coral, cuyas poblaciones de peces alimentan a cientos de millones de personas, estarán bajo mucha más presión. En los últimos tres años una quinta parte de todos los corales existentes ya murió.

Los habitantes de los trópicos —que dependen sobremanera del pescado como fuente de proteína— serán particularmente afectadas, según Kathryn Matthews, subinvestigadora en jefe del grupo ecologista Oceana. “La capacidad real de océanos más calientes de producir alimento es mucho menor. Estas poblaciones se aproximan con mayor rapidez a una inseguridad alimentaria”.

Como tienen un papel fundamental en el calentamiento global, los océanos son una de las áreas más importantes para la investigación del clima. Las temperaturas promedio del océano son también una forma eficiente para rastrear los efectos de las emisiones de gases invernadero porque, en el corto plazo, los patrones climatológicos no los afectan demasiado. “Los océanos son el mejor termómetro que tenemos para monitorear los cambios de la Tierra”, dijo Haufather, el analista del nuevo estudio.

Un informe de las Naciones Unidas, publicado en 2014 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, presentó cinco estimaciones diferentes del calor oceánico, pero todas mostraron menos calentamiento que los niveles proyectados por los modelos climáticos informáticos, lo que sugiere que las mediciones del calor oceánico o el clima Los modelos eran inexactos.

Pero entender las temperaturas del océano ha sido históricamente difícil. Un informe de las Naciones Unidas, publicado en 2014 por el Comité Intergubernamental sobre el Cambio Climático, presentó cinco estimaciones diferentes del calor oceánico.  Sin embargo, todas mostraron menos calentamiento que los niveles pronosticados por modelos computacionales. Es decir, no había mucha certeza.

Desde principios de la década de 2000, los investigadores han medido el calentamiento de los océanos con una red de flotadores llamados Argo, bautizado así por la nave de Jasón en la mitología griega. Estos flotadores miden la temperatura y la salinidad a profundidades de hasta 2 mil metros. La información que recogen es enviada vía satélite.

Antes de Argo, los investigadores dependían de sensores de temperatura que eran introducidos en el mar desde embarcaciones con un alambre de cobre. El alambre transmitía la información del sensor al barco hasta que el cable se rompiera. Después, el sensor se perdía flotando a la deriva.

Ese método generaba incertidumbre sobre la precisión de la profundidad a la que se hacía la medición. Esas incertidumbres obstaculizan el trabajo actual de los científicos: tienen que correlacionar la información de la temperatura del siglo XX con el registro histórico.

calentamiento mar

Un sensor oceánico del proyecto Argo transmite datos vía satélite. Fotografía de Olivier Dugornay/IFremer/Argo Program

En el nuevo análisis, Hausfather y sus colegas evaluaron tres estudios recientes que explicaban las tendencias mejor que los antiguos instrumentos. Los resultados coinciden en que el calentamiento del océano es más elevado que lo que decía el informe de 2014 de las Naciones Unidas. Sus resultados estaban más alineado con los datos de modelos climáticos.

Las aguas más cercanas a la superficie son las que más se han calentado. Ese calentamiento se ha acelerado en las últimas dos décadas, según información de la autora principal del nuevo estudio, Lijing Cheng, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera de Beijing.

Conforme los océanos se calientan, los niveles del mar suben porque el agua caliente ocupa más espacio que la fría. De hecho, el aumento en el nivel del mar observado hasta ahora se debe, en gran medida, a este efecto de calentamiento —y no al derretimiento de casquetes de hielo.

De acuerdo con los autores del nuevo estudio, sin una acción mundial para reducir las emisiones de carbono, el calentamiento provocará que los niveles de los mares crezcan cerca de 30 centímetros para 2100. El deshielo contribuirá aún más al aumento. Eso podría exacerbar los daños ocasionados por graves inundaciones y tormentas costeras.

Los efectos del calentamiento en la vida marina también podrían tener graves repercusiones, dijo Malin Pinsky, de la Universidad Rutgers. “Cuando el océano se calienta, los peces se ven obligados a migrar a otros lugares. Ya estamos viendo que esto está generando conflictos entre países”, dijo. “No solo está enviando a los peces a otros lugares. Está provocando guerras comerciales, se ha convertido en un conflicto diplomático”.

Un cuarto estudio revisado por los investigadores reforzó sus conclusiones. Esa investigación usaba un novedoso método para estimar indirectamente las temperaturas oceánicas. El estudio también encontró que estaban aumentando más rápido de lo que concluyeron los autores del estudio de 2014.

El estudio tenía un error inicial que hizo que sus autores estimaran sus predicciones a la baja. Pero resultó que esa estimación conservadora  hizo que sus resultados estén mucho más cerca  al nuevo consenso.

«La corrección lo hizo mucho mejor con los otros registros de observación», dijo Hausfather. “Antes, mostraba un calentamiento significativamente mayor que cualquiera. Eso era potencialmente preocupante porque significaba que nuestras estimaciones observacionales podrían ser problemáticas. Ahora, su mejor estimación está bastante en línea con los otros tres estudios recientes».

Los científicos que publicaron los cuatro estudios no intentaron alinear sus resultados, dijo Hausfather. «Los grupos que estaban trabajando en observaciones del calor del océano, no son modeladores del clima», dijo. «No están particularmente preocupados por si sus observaciones están de acuerdo o no con los modelos climáticos».

Laure Zanna, profesora asociada de Física del Clima de la Universidad de Oxford —y que no participó en el estudio— dijo que la nueva investigación fue «un resumen muy bueno de lo que sabemos del océano y hasta qué punto convergen las nuevas estimaciones».

Zanna publicó un estudio que utilizaba información existente para estimar temperaturas oceánicas que había en 1871. El propósito era determinar lugar en los cuales la subida del nivel del mar sucedía aún más rápido de lo esperado por los forma que las corrientes marinas redistribuyen el calor. Saberlo permitiría que las regiones que están especialmente en riesgo pudieran planificar mejor ante esos cambios.”Estamos calentando el planeta pero el océano no se calienta a la par. Entonces, ciertos lugares se calientan más que otros, dijo Zanna. “Así que la primera consecuencia será que el nivel del mar será diferente en distintos lugares, según el calentamiento”.

Aunque los nuevos hallazgos dan un pronóstico sombrío para el futuro de los océanos,. Hausfather dijo que los esfuerzos para mitigar el calentamiento global, incluido el acuerdo sobre el clima de París 2015, serían de gran ayuda. «Creo que hay razones para confiar en que evitaremos los peores resultados», dijo. «Incluso si no estamos en el camino correcto para los resultados que queremos».


©The New York Times 2019