En la calle es una mujer. Una actriz consumada, una madre, una esposa. En el escenario, es un hombre de ademanes violentos y barba de escarcha. En la calle es Carina Cadena, en el escenario Shakes Owl, un drag king.
Dentro del camerino se maquilla con lápiz negro sin quitar la mirada del espejo. Es un maquillaje con varias capas para oscurecer el rostro y simular el vello, pero ella lo conoce de memoria. El estrecho espacio está lleno de pelucas, boas de plumas, máscaras y vestidos verdes, morados, celestes y rojos con lentejuelas, escarcha y plumas. Carina es actriz de teatro desde hace nueve años pero ningún reto ha sido tan grande como el teatro drag. Aunque es más conocido por las drag queens—hombres que se disfrazan de mujer— también existen mujeres como Carina que desarrollan un personaje masculino.
La barba la dibuja con delineador negro. Luego, con goma de pestaña pega cerdas recortadas de hecha un cepillo para lustrar zapatos. Esta barba va acompañada por escarcha plateada para seguir la estridente estética drag. “Ser drag king también es refuerte”, dice la artista, “porque tienes que conocer la ideología, la psicología, la fisionomía de un hombre”. Carina estudia la vestimenta, las actitudes, la voz e incluso el lenguaje corporal masculino para su personaje. A través de este proceso , cree que ha llegado a sentir más empatía por los hombres que la rodean.
Su personaje se llama Shakes Owl. “Es un hombre que busca sus sueños, sus pasiones, que ama lo que hace.” A través de Shakes Owl, Carina interpreta a otros personajes masculinos y explora su propia identidad humana y artística. “Está basado en mí, en mi personalidad, en mi naturalidad, en mi naturaleza”. Shakes Owl está basada en cómo ella es fuera del escenario.
La actriz faja su torso y se viste con un traje con corbata y botas pesadas antes de salir al escenario. Con el traje completo, la personalidad de Carina se termina de transformar Ahora posa con arrogancia y ríe con estruendosas carcajadas: es Shakes Owl.