En su informe a la nación, el presidente Rafael Correa comparó las medidas que su gobierno ha tomado tras el terremoto de abril de 2016 con las que tomó el régimen de León Febres-Cordero en 1987 luego del terremoto de ese año. Correa dijo, textualmente: “En un sismo mucho menor, en el año 1987, el gobierno socialcristiano de León Febres-Cordero, aumentó de forma permanente el precio del gas, del diésel, la gasolina, y con ello subió el costo del transporte, alimentos, etc. Nuestras medidas en cambio son temporales, focalizadas y los recursos recaudados se orientarán a la reconstrucción de las zonas afectadas”. La frase del presidente Rafael Correa es verdadera.
Bajo la presidencia de León Febres-Cordero y tras el terremoto de 1987, se decretó el alza de los precios de los principales combustibles —entre ellos, gasolina, diésel y kérex—, a través del Acuerdo Ministerial 1265.En la siguiente tabla, se presentan los aumentos de dichos precios (en sucres por galón).
Ciertamente, los aumentos en los precios de estos combustibles fueron significativos. Por ejemplo, el diésel, aquél cuyo precio sufrió el menor impacto, aumentó en un 37.5%; mientras que el precio del kérex subió en 114.3%. La implementación de estas medidas tuvo efectos directos e inmediatos en los servicios para los cuales los combustibles son materia prima, entre los que se destaca el transporte. Por citar un caso, según declaraciones de Patricio Quevedo, Secretario General de la Administración Pública, los precios de los pasajes de transporte interprovincial e interparroquial aumentaron en 14%. Cabe recalcar que estas medidas no fueron diseñadas exclusivamente para generar recursos para la reconstrucción por los daños causados por el terremoto de 1987. Para entonces, la economía ecuatoriana atravesaba dificultades, en parte, debido a una severa caída del precio del petróleo, que pasó de USD 27.5 en 1984 —al inicio del período de Febres-Cordero—, a USD 12 en 1986.
Correa tiene razón al mencionar que el alza de los precios fue, en realidad, un fenómeno generalizado, el cual se evidencia en un importante aumento de la inflación. Según datos del Banco Central del Ecuador, después del terremoto de 1987, la inflación pasó de 28,2% (1987-1988) a 55,9% (1988-1989).
Por otro lado, las medidas tomadas por el Gobierno tras el terremoto del 16 de abril de 2016 y estipuladas en la Ley Orgánica de Solidaridad y de Corresponsabilidad Ciudadana para la Reconstrucción y Reactivación de las Zonas Afectadas por el Terremoto son temporales y focalizadas, como dijo. Entre los principales puntos de esta Ley, se encuentra el incremento del Impuesto al Valor Agregado que pasará de 12% a 14%, durante un año, excepto en Manabí, Muisne y las demás circunscripciones de Esmeraldas que se designen por decreto. De acuerdo a la Ley, además, en su disposición transitoria tercera, establece que los recursos netos obtenidos de las contribuciones se registrarán en la cuenta específica del presupuesto general del Estado para la construcción, reconstrucción y reactivación productiva de las zonas afectadas por el terremoto del 16 de abril de 2016. Si bien las autoridades anunciaron la venta de activos estatales, y ésa no es una medida temporal, varios de esos bienes —como los canales incautados— están en venta desde hace tres años.
Verificación de datos dados por el presidente Rafael Correa en su informe a la nación del 24 de mayo de 2016