Deforestar es desaparecer bosques enteros. Se los tala para agroindustria, ganadería, venta comercial de madera, colonización urbana. En la peor de sus formas, la deforestación se da por la tala ilegal de mafias organizadas. Ecuador tiene 9.73 millones de hectáreas de bosques. Ocupan casi el 38% del territorio nacional, y en ellas cabría más de doscientas ochenta y cinco veces el Central Park de New York. Las 47.000 hectáreas que —según el Presidente— se deforestan anualmente son el 0,48% del total de bosques ecuatorianos.
La tasa de deforestación no es la mitad de lo que había en gobiernos anteriores. Un informe realizado por el Ministerio del Ambiente y Socio Bosque revelan que en el periodo de 1990-2000 la deforestación fue de 89.944 hectáreas anuales, y entre 2000 y 2008, de 77.647 hectáreas. En comparación con el periodo de 1990-2000, en 2015 se ha reducido un 47,7% de hectáreas deforestadas al año. Comparado con el periodo de 2000 a 2008, este año se redujo un 40% de hectáreas.
En Ecuador, se deforesta la mitad de lo que se deforestaba hace veinte años. Y, si se toman los gobiernos inmediatamente anteriores al de Rafael Correa, se deforesta un cuarenta por ciento menos. El presidente ha dicho algo parcialmente cierto sobre deforestación, pero ¿qué tan precisa es su declaración sobre reforestación?
La reforestación es el proceso de replantar y regenerar un área donde antes habían árboles. En Ecuador, Plan Nacional de Restauración Forestal entró en vigencia en 2014 y, hasta marzo de 2015, la ministra de ambiente, Lorena Tapia dijo que restauraron 105.000 hectáreas de bosque. Según ella, sí se reforesta más de lo que se deforesta pero no como lo aseguró el mandatario: 105.000 hectáreas corresponde a casi el doble de lo que se deforesta y no al triple. A pesar de la imprecisa declaración del Presidente, Ecuador sí ha dado un salto cualitativo en la intención de reforestar el país. El objetivo del plan nacional es llegar hasta 500.000 hectáreas para 2017.
Si se deforestan 47.000 hectáreas al año y se reforestan 105.000 en promedio, existe un saldo positivo para los bosques ecuatorianos. Sin embargo, hay que considerar que los árboles más talados en Ecuador son los de madera rolliza —de especies como eucalipto, pino y ciprés— que tardan de 10 a 30 años en volver a crecer para ser talados y utilizados por el ser humano. Este balance de forestación no toma en cuenta el impacto ambiental en términos de biodiversidad y conservación del hábitat. La declaración del presidente Rafael Correa es imprecisa, pero no es falsa. Se deforesta menos que en gobiernos anteriores al suyo pero no se reforesta tanto como él dice.