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El Ecuador es un país de ciencia ficción. Absurdistán le decía el arqueólogo Presley Norton. Aquí, las reglas más o menos aceptadas en el resto del mundo, no aplican. Si después de que se revelara la información sobre los diligentes servicios de la empresa italiana Hacking Team para varias agencias de seguridad e inteligencia del mundo (entre esas Senain, Secretaría Nacional de Inteligencia ecuatoriana),  resultó que en este país —pero solo en este país— todo ha sido desmentido, como dijo el presidente Correa el 16 de julio de 2015. Es increíble: Chile aceptó la compra, y en Chipre renunció el jefe de inteligencia, pero en Ecuador, el Estado ha decidido tratarlo como si todo fuese el producto de una mente desvariante. Paranoicos: aquí no pasa nada, es solo un intercambio de opiniones, como dijo el asambleísta Fernando Bustamante. Lunáticos los que piensan que la Senain los espía, como esa gente que cree que el hombre jamás pisó la Luna.

La diferencia entre el alunizaje y las preocupaciones de los ciudadanos sobre qué prácticas de espionajes ejecuta la agencia de inteligencia ecuatoriana son los hechos. En el primer caso, la evidencia es irrefutable: para bien de la humanidad, Neil Armostrong sí se bajó por esa escalerita el 20 de julio de 1969 y dio un pequeño paso que era un gran salto para nuestra especie. En el caso de Hacking Team y la Senain, no importa que el presidente Correa afirme que el Ecuador no hay contrato entre ellas, la evidencia revelada por Wikileaks lo desmentiría. Basta revisar este supuesto intercambio de los ejecutivos de la empresa italiana y su partner colombiano, Robotec. En el correo del siete de mayo de 2014, Hugo Ardila –de Robotec– daba un reporte sobre su reunión en Ecuador:

REPORT OF MEETING WITH SENAIN.

ASSISTANTS

Ronnie Vallejo – New Secretary of Intelligence

Paul Lopez – Advisor of The National Police of Ecuador

Macarena Encalada (Ms) – New Manager of the Platform

Carla Leoro – Finance Director

two (2) other advisors of the Ecuadorian Police.

En esa misma cadena de correos, Marco Bettini —cuyo perfil de LinkedIn confirma que trabaja como Sales manager de Hacking Team— le dice a Hugo Ardila el siete de mayo de 2014 a las 10:40:

Dear Hugo,

first of all we appreciate your availability very early in the morning.

We’d like to reinforce our interest in supporting Robotec with the client in Ecuador and find a way to make them happy.

As anticipated by phone, we are planning to come to Quito in the week of May 26th to show the capabilities of the product we sold and explain the infection methods. Since they didn’t mentioned during our last call with them that the system never performed well nor RCS cannot infect on Windows or Android platforms, but only required suggestions for specific scenarios, please check with the client which are the limitation that they discover in order to better answer their complains. During the meeting we can also discuss the possibility to integrate our solution with others, in particular with the monitor center they already have.

Talking about IPS, they told me that they have been involved by Mr. Vallejo for both Senain and Policia Nacional for possible integration between passive and active solutions. PN seems was contacting FF, because of Senain concerns, and IPS is trying to dissuade them to involve another player (they are afraid FF could bring Trovicor or Cobham for the passive solution).

Hugo, why you don’t contact Policia Nacional and try to arrange a meeting during the week we have identify?

Best Regards Marco

Según ese correo, personal de Hacking Team viajaría a Quito el 26 de mayo de 2014. El propósito de la visita es que el cliente “esté feliz”. Más adelante, Marco Bettini le pide a Ardila que contacte a la Policía Nacional para que concrete una reunión con “el cliente”. ¿Es que no está claro que el cliente es Senain, dirigida por el teniente coronel Rommy Vallejo? En serio, ¿el presidente Correa no ha leído estas cosas? ¿Por qué el Ministerio del Interior no buscó ya en sus servicios de Policía de Migración si estas gente estuvo en el país?  

Los lunáticos son los preocupados por la seguridad de las comunicaciones privadas. ¿Al siempre diligente ministro José Serrano no le interesa investigar cómo se obtuvieron estas supuestas conversaciones entre opositores del gobierno en grupos de redes sociales? Hay hasta una denuncia presentada en la Superintendencia de la Comunicación porque dos canales incautados y uno estatal transmitieron esos datos. ¿No es información suficiente como para iniciar una investigación sobre la manera en que se está obteniendo?

Pero no. En este país, las acusaciones se responden con la estrategia de los amantes infieles: negar o morir. Ayer, el diario estatal El Telégrafo decía “Si eso fuese cierto quizá no tendrían que denunciar desde lo que circula en las redes o lo revelado por WikiLeaks, sino también con pruebas reales, tangibles y empíricas”. ¿No son las cadenas divulgadas por Wikileaks material suficiente para que se inicie una investigación de oficio? Las páginas webs en el siglo veintiuno —un tiempo en que el diario estatal se niega a entrar— según las propias definiciones de las leyes del Ecuador son pruebas reales, tangibles y empíricas. Están sujetas, por supuesto, a ser desacreditadas, redargüidas de falsas, pero revelaciones como estas son las que tradicionalmente inician procesos judiciales ¿Dónde está el siempre presto Fiscal General de la Nación en esta hora aciaga?

No hay que darle mayores vueltas: no es de lunáticos pensar que hay una investigación que merece ser abierta. Al diario El Telégrafo, por ejemplo, ni siquiera le creen casa adentro: Sebastián Vallejo escribió el mismo día en que se publicó ese editorial donde piden pruebas reales una columna titulada El lado oscuro. En ella, deja las cosas claras: “hay una delgada línea legal y un claro abismo ético entre usar herramientas de espionaje para atrapar delincuentes y usarlas para acosar a ciudadanos” —escribe Sebastián, siempre tan lúcido, siempre tan frontal—  “Parecería que la Senain está dando trotes al otro lado”. Y lo que dice Vallejo después es aún más preocupante: da cuenta de que los correos entre la Senain y su proveedor de servicios —los que intercambian opiniones, según la elegante hipocresía del asambleísta Bustamente— son para recibir archivos para poder manejar usuarios a control remoto después de que abran ciertos archivos, o para “saturar” páginas y que se bloqueen, como las de El Universo, diario Hoy el medio digital La República. “Los archivos para infectar equipos y manejarlos remotamente tienen nombres como: CarlosVerA.zip, preguntasyasuni.rar, Chevronasksjudge.rar. Entre lo que parecen ser los registros de sistemas infectados, afirma Vallejo, hay carpetas con nombres como: Jueces, Conaie y CNE. “Hay, incluso, un correo donde el presunto objetivo es la página de la Federación Médica Ecuatoriana.”, dice. ¿No amerita todo esto una investigación profunda?

Lo realmente lunático es la reacción del gobierno: la Senain, herida cual protagonista de telenovela mexicana, ha dicho que “no se volverá a pronunciar sobre este caso y responderá exclusivamente a las autoridades correspondientes de ser necesario”. Y ni siquiera eso fue cierto: su director, Rommy Vallejo, tenía que ir a la Asamblea Nacional a rendir su informe trimestral de funciones —que cobraba especial importancia después de las revelaciones— pero de él solo apareció una excusa para no comparecer. Estaba muy ocupado. Para Fernando Bustamante, quien debajo de esas cejas parece poder cobijar cualquier absurdo, esa postergación es normal. No importa que haya más de mil quinientas referencias al Estado ecuatoriano en los correos de Hacking Team. Nah: Rommy está ocupado. Mejor no molestarlo. ¿La privacidad? Paparruchadas. ¿Rendirle explicaciones a los ciudadanos? Más paparruchadas. 

Para rematar lo kafkiano del asunto, por supuesto, tenía que aparecer la muy payasa oposición ecuatoriana. Los principales responsables de que el presidente Correa no tenga contradictor legítimo, en lugar de ocupar su lugar de legisladores, fiscalizadores públicos y políticos de nivel, decidieron ir a tomar por asalto el cuartel de la Senain. Según reportes de prensa, Andrés Páez dijo que fue a “encararles y no tuvieron la valentía de salir”. ¿Y qué pasaba si salían, habría que preguntarle a Páez? ¿Iban a resolver las cosas a los golpes? ¿Iba a desafiar a duelo a Rommy Vallejo? Pero en la prensa a nadie le pareció que esta era la peor manera de enfrentar un grave problema de Estado: abordarlo como una pelea de quinceañeros. Andrés Páez es el noviecito abandonado. Su pandilla de amiguetes son Cynthia Viteri, Luis Fernando Torres, Henry Cucalón y Moisés Tacle. Han ido a tocarle la puerta al Rommy, el que le robó la enamoradita. ¿De verdad son estos la alternativa al correísmo acaparador? Pero la actuación de la oposición es solo anecdótica. Casi el entremés cómico en algo mucho más grave: la orwelliana pretensión de demostrar que lo que pasó, no pasó. Es como si mañana se empezara a repetir en las escuelas del Ecuador, como una verdad sin cuestionamiento —contrario a lo que se dice en todas las del resto del planeta—, que el hombre jamás llegó a la Luna. Y que solo Rafael Correa podrá llevarlo tan lejos. 

Bajada

¿Por qué ha reaccionado el gobierno del Ecuador de la peor manera posible ante el escándalo de Hacking Team?