Si falla su mejor oportunidad, Ecuador pierde el partido. El interminable disparo de Michael Arroyo, que en el partido contra Suiza en Brasil 2014 decidió regatear hasta que le quitaran el balón en lugar de rematar al arco, se convirtió en un fantasma para la selección que hoy dirige Gustavo Quinteros. En el partido inaugural de la Copa América 2015, Chile vs Ecuador, Enner Valencia conectó un cabezazo —en el mejor momento de la tricolor— que se estrelló en el horizontal que defendía Claudio Bravo. Esa cabeza pudo haber cambiado la historia del encuentro, que entonces iba 1-0 a favor de los locales. Pero en lugar de eso, el partido quedó liquidado dos minutos después, cuando Renato Ibarra hizo un pase impreciso hacia atrás que en lugar de llegarle a su compañero, cayó en los pies de Alexis Sánchez. El delantero del Arsenal corrió un poco y habilitó a Eduardo Vargas, que venía solo por la izquierda. Dos a cero. Fallar el gol y hacer una de más… el nuevo Ecuador comete los viejos errores.
Esta es la tercera derrota en los cinco partidos que ha dirigido Quinteros. El ex técnico de Emelec apuesta por un fútbol agresivo que Ecuador nunca tuvo en su historia. Y se nota. Ha faltado tiempo para ejecutar con éxito la presión en la zona de salida del rival. Sobre todo si el otro equipo es uno que sabe de sobra cómo es jugar con presión alta y fútbol vertiginoso. La selección chilena de Jorge Sampaoli es favorita no solo por ser local: Es su juego, su estilo y porque quiere su revancha. Que Mauricio Pinilla no se perdone el gol que falló ante Brasil en octavos del mundial 2014 y que se haya tatuado el larguero en su espalda no es casualidad. Chile ha interiorizado su condición de ganador.
A punta de velocidad y habilidad, Jefferson Montero volvió locos a los chilenos, igual que a los argentinos y paraguayos en las eliminatorias para Brasil 2014. Pero Montero no es un jugador que gane demasiados partidos con sus individualidades. Es parte de este Ecuador que es como un hilo tenso: cuando juega contra una selección como Chile, pareciera que en cualquier momento se va a romper. En el primer partido de la Copa América 2015, el hilo se rompió con una habilitación desafortunada de Renato Ibarra al rival más peligroso, Alexis Sánchez, en el peor momento posible: cuando Ecuador salía al ataque.
La última vez que la Tricolor ganó un partido por Copa América fue el 17 de julio de 2001. Y aquel 4-0 contra Venezuela no alcanzó para pasar a la segunda ronda, algo que no consigue desde 1997. Tres torneos continentales sin victoria. Lo de Ecuador es un invicto al revés.
El nuevo Ecuador comete sus viejos errores.