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La semana pasada, en GkillCity se publicó un artículo que enumeraba los beneficios de la Revolución Cubana y sus supuestos mitos. En este texto demostraré, con datos reales, por qué esos supuestos mitos, son una realidad. El autor habla de un Estado de Guerra causado por el embargo de Estados Unidos y menciona una cifra exorbitante de un billón de dólares (un millón de millón de millones de dólares). Sin embargo, según datos de las Naciones Unidas, Cuba ha perdido aproximadamente 117 mil millones de dólares, una cifra que si bien es importante, no representaría la quiebra total de un país como Cuba. Además, si se revisa un poco la historia de las relaciones comerciales cubanas se evidencia que Cuba sí ha realizado intercambios comerciales con otros países y tiene socios comerciales. Por lo tanto, es imposible culpar al embargo por los pésimos resultados que ha tenido Cuba desde la Revolución y aún peor desde la caída del muro de Berlín.

  1. Cuba es una dictadura (totalitaria).

Cuba es una dictadura y lo ha sido desde el gobierno de Fulgencio Batista. Lo único que lograron los hermanos Castro y su revolución fue pasar de una dictadura autoritaria (que controla “solo” al gobierno) a una dictadura totalitaria que hasta hace pocos años controlaba cada aspecto de la vida de los cubanos. Entonces, ¿se puede llamar democracia a un país que es gobernado por una sola ideología, un solo partido, y dos hermanos, por más de cincuenta años? La respuesta es no, una democracia necesita alternancia, consenso, y fiscalización, características que sin lugar a duda no existen en Cuba.

  1. Todos los cubanos se quieren ir.

Es cierto que no todos los cubanos se quieren ir pero el éxodo de Mariel no es el ejemplo para probar esto, ya que, para conocimiento del autor, solo los cubanos que estaban exiliados en embajadas y los que podían conseguir un acceso a una lancha fueron los que migraron durante esta crisis. Además, este éxodo acabó de manera rápida ya que se dice que Fidel envió desde el puerto de Mariel muchos ex convictos. El autor también afirma que sumando a la ley de Ajuste Cubano y la realidad geográfica: “la gente se lanza en balsa porque está cerca». ¿No es acaso una prueba irrefutable del fracaso de la Revolución Cubana que cien de personas mueran todos los años para poder salir del país?

  1. Cuba es un país pobre.

Sí. Cuba es un país pobre, por no decir miserable.  La gran mayoría de los ciudadanos viven con un salario de veinte dólares mensuales. De hecho, desde la caída del Muro de Berlín y la caída de la Unión Soviética (prueba irrefutable de que el socialismo no funciona), las exportaciones cubanas sólo han decrecido, y sus importaciones han aumentado. Un pequeño ejemplo de esto es la producción del azúcar que pasó de ocho millones de toneladas a solo millón y medio anuales. ¿Éxito económico? Lo dudo mucho.

El autor también se pregunta qué valores tienen, artículos tan básicos, como un jabón, papel higiénico, o un simple pasaporte para salir de la isla. Un pasaporte por ejemplo, cuesta cien dólares, cuando el salario mensual de un cubano no llega ni a los veinte.

  1. En Cuba no hay Libertad.

Respondiendo al autor, en Cuba no hay libertad, ni de expresión, ni para comerciar y peor para hacer negocios. Sobre las últimas, basta solamente con revisar los índices de libertad económica de Heritage Foundation o del Cato Institute, o preguntarle a un cubano qué tan fácil es poner un negocio, o a un inversionista extranjero si es que pondrían su plata en este país. El autor también escribe sobre la libertad de expresión y dice que hay “artistas que a través de su música expresan su desaprobación…”. Sin embargo, yo le pregunto a él y me permito responder. ¿Cuántos medios privados existen en Cuba? Ninguno. ¿Cuánta gente tiene acceso a Internet y a medios independientes? Una ínfima porción de la población. ¿Cuántos periodistas, bloggeros y tuiteros tienen acceso a medios para escribir libremente? Un pequeñísimo número (y aun perseguido por cierto). Un caso puntual es el del músico Roberto Carcasses quien llamó a elecciones libres y directas en un evento televisado nacionalmente en septiembre de 2013. Después de su anuncio, el Gobierno le prohibió tocar en eventos pagados por el Estado. ¿De qué libertad estamos hablando?

  1. En Cuba se atenta contra los derechos humanos.

Es cierto que en Guantánamo se atenta contra los derechos humanos, pero las violaciones están extendidas por toda la isla. Basta con leer reportes de los pocas oenegés que velan por los derechos humanos en ese país para darse cuenta de su realidad. Por ejemplo los tres mil seiscientos presos arbitrariamente detenidos de enero a septiembre del 2013. Todas estas personas han sido detenidas sin que se haya presentado ningún cargo, y la mayoría han sido arrestadas por atender a marchas o escribir contra el Gobierno. ¿No es sospechoso que el Gobierno no permita que ninguna oenegé nacional o internacional visite las cárceles cubanas? (just saying). También es necesario mencionar la misteriosa muerte del disidente cubano Oswaldo Payá, quien falleció en circunstancias muy sospechosas en un accidente de tránsito. Su acompañante, Carromero, quien salió ileso del accidente, ha afirmado que el accidente fue causado por agentes del Servicio Secreto Cubano. Si bien el autor afirma que no existen ejecuciones oficiales desde 1989, debería preguntarse cuántos cientos de casos similares a los de Payá aún no han sido resueltos.

6. La Revolución ya fracasó.

Podría seguir rebatiendo cada uno de los ocho puntos del autor pero quiero ser breve. Con lo expuesto ha quedado claro que la revolución ya fracasó, y fracasó hace muchos años. Cuba ha sido un país que desde su creación ha dependido de otros para su subsistencia, como por ejemplo de la Unión Soviética, y luego de Venezuela. Es un país que carece de cualquier tipo de libertad donde sus ciudadanos subsisten con escasos veinte dólares mensuales.

Ahora más que nunca, próximos al levantamiento del embargo cubano, debemos enfatizar en que ese modelo debe ser cambiado en su totalidad, con más comercio, más respeto a los derechos humanos y sobre todo más libertad para los ciudadanos cubanos que tanto ansían mejorar su calidad de vida. 

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