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“El lobo siempre será malo, mientras sea la supuesta “Caperucita Roja” quien cuente la historia” 

Hace poco fui invitada como panelista en varias jornadas, al Primer encuentro de Liderazgos Políticos LGBTI de América latina y el Caribe, donde utilicé una ponencia que hace justicia a este titular. La realidad no ha cambiado, así que por honor a dicha ponencia, iniciaré realizando una cita de la misma:

“Todas las personas trans (entiéndase trans desde lo transexual y transgénero) somos revolucionarias y revolucionarios… pero sobre todo disidentes. Hacemos activismo desde nuestro rostro y desde nuestro cuerpo y como diría Pedro Lemebel “Les hablo por mi diferencia”. La historia siempre ha sido grosera con nuestra realidad, comenzando desde las malas prácticas al interno de nuestros colectivos y posterior a nuestros opositores fundamentalistas. Al interno del movimiento LGBTI, combatimos la hetero-normatividad y finalmente acogimos lo patriarcal como modo de vida, hablamos de feminismo y adoptamos lo peor del machismo, hablamos de la lucha de derechos y nos arrancamos los cabellos cuando una mujer transexual toma la posta. Hoy no quiero hablarles desde mi realidad, quiero visibilizar: a la machona, al marica, a la gorda y a la flaca y a la negra y al cholo y a los que son tres y cuatro veces vulnerables. En el Ecuador la lucha por los derechos comenzó desde lo trans y sigue desde lo trans, con la diferencia de que ahora nosotras lo hacemos estratégicamente”.

Con este preámbulo puedo justificar que los malos activistas y activismos han existido. Las personas piensan que hacer activismo, es quien más grita a través de un megáfono patriarcalmente o que epítetos se lanzan diariamente a quienes por su puesto, son nuestros detractores.

Como una persona trans, siempre busco romper todo lo normado, y eso no requiere que esta ruptura sea a base de lo antedicho. Como lo mencioné en mi ponencia “Mi cuerpo, es mi plataforma política con la cual ejerzo derechos”, estoy orientada a crear rupturas hegemónicas. Un sistema social, que ha sido construido para normatizar aquellas construcciones de rebeldía, como lo somos las personas trans, solo por el simple hecho de ser, no se puede de-construir desde afuera. El ejercicio estratégico es desde adentro. Pero mucho más simple que esto, yo apuesto a la conquista del opositor y no a su destrucción.

No tengo problemas con quienes desean hacer activismo insultante y destructor, entre otras categorías que prefiero que ustedes como lectores, puedan calificarles. El problema es cuando estos supuestos “activistas”, se percatan que sus acciones no cumplen el objetivo y se ensañan contra quienes han obtenido la meta a través de descalificaciones. Y resulta irrisorio ver como activistas neófitos, creen que se les debe rendir reconocimiento, cuando lo poco que saben lo han aprendido de quien suscribe este epígrafe. No porque deban hacerlo, o porque se les etiquete de ingratos, sino porque simplemente se espera, que por lo menos dejen luchar a quienes realmente estamos luchando y consiguiendo logros concretos.

Para ser más claros, hay una gran diferenciación entre lo que se suscita con una campaña y una organización. Las campañas nacen de la coyuntura, como pasó con la campaña de “Unión Civil Igualitaria Ecuador”, pero las organizaciones son las que estructuran un abanico de luchas, que inclusive pueden ser varias campañas. Eso es la Asociación Silueta X, una organización de la sociedad civil que realiza incidencia para el efectivo goce de los derechos humanos de las poblaciones GLBTI. Nuestra organización no tiene una sola campaña, tiene varias campañas, tanto aquellas que administramos directamente, como a las que nos sumamos. Como organización tenemos también el derecho de abanderar las temáticas que a base de nuestro criterio, son las pertinentes e inclusive en el ejercicio de ponderación de derechos, si fuera necesario.

Pero más allá de eso, Silueta X es una de las ONG´s que trabaja con organizaciones aliadas como lo son: Proyecto Transgénero, Articulación Feminista Construyendo Igualdad, Observatorio GLBTI del Ecuador, Asociación Alfil, Asociación LUVID de Manta, Red trans del Oro, Mano Diversa, Colectivo de Padres y Madres GLBTI, Fundación Yunta, Fundación Diverso Ecuador, Comunidad Futura, Confetrans, Silueta X de Quito y Cuenca, etc. E Inclusive colectivos que no son la diversidad sexual como: JCE Guayas, Mujeres de Asfalto, Asociación Ateísta del Ecuador, Fundación Yerbabuena, Observatorio de Medios de Cuenca, La Montonera, Red de Mujeres del Ecuador, Fundación Nurtac, Marcha de las Putas, etc. Es menester mencionar, que nuestras campañas, las trabajamos colectivamente.

Es importante el detalle de todo esto, porque incluso nuestras acciones últimamente son simultáneas en distintas ciudades del país como lo fue la #UnionDeHecho. Y un punto importante es que silueta X, es una organización fundada y dirigida por transexuales, pero que trabaja por la comunidad GLBTI – A diferencia de organizaciones GLB, que solo trabajan por los GLB a pesar que usen de adorno a los TI – y una muestra de esto fue la campaña de Unión de hecho que lanzamos, porque evidentemente en estos momentos de mi vida, puedo casarme y adoptar con las actuales leyes.

Esto deja ver claramente que nuestro interés organizacional y sobre todo personal, no pasa por asuntos “personales”, valga la redundancia. No obstante, si hay que hacer la incidencia y la reivindicación de derechos, y si para eso tengo que “utilizar mi cuerpo como la plataforma política de derechos humanos”, lo haré. Por ejemplo, si para salir de una iglesia vestida de blanco, solo con el fin de hacer entender a los fundamentalistas que si respiramos el mismo aire, soy acreedora a los mismos derechos, reitero lo haré, a pesar que mi convicción apunta más a la abolición del matrimonio justamente por provenir del derecho canónico. Sería terriblemente inconsecuente, que por aspirar a la abolición del matrimonio, me niegue el acceso al sistema social, que en justicia de esta figura, estratégicamente en su interior ejecutaría una implosión.

El activismo real, se centra no en ser el irrevocable en sus equivocaciones, sino en ser estratégicamente conquistadores.      

La supuesta Ruptura del colectivo de la diversidad sexual no existe, puesto que las personas que manejan una campaña no representan ni la milésima parte de la diversidad sexual en Ecuador. No es únicamente porque son de clase media alta, sino porque ni siquiera conocen de cerca el trabajo de campo y comunitario. Se burlan de los #GLBTI que venimos de los rincones más humildes del Ecuador. Creen que insultar a un GLBTI es decirle cocinero, prostituta, barrendero, doméstico, etc. cuando esta persona transexual, no solo hace quehaceres domésticos y ha sido prostituta, sino que ha limpiado vidrios en el centro comercial Mall del Sol, cuando empezó su primer trabajo. Es imprescindible indicar, que lo menciono sin reparos, y con el mayor orgullo rebosado, al punto de romperse mi pecho, puesto que si antes limpie para los pelucones, hoy los pelucones sufren por los avances que estamos logrando.

A muchos auto-llamados activistas, a quienes prefiero no mencionar – Quien se sienta aludido que siga cuestionándome – les molesta que esta transexual, que proviene de bajos recursos, de la cueva más profunda del Recreo de Durán – Ecuador, con poco acceso a educación, empleo, a punto de ser violada y asesinada en el 2012, haya logrado lo que sus supuestas mentes lúcidas – según ellos han leído toda la biblioteca de Alejandría – no lograron. Se minimizan al momento de cuestionar un liderazgo que no pueden superar, sin desmerecer a nuestros aliados gays y lesbianas de quienes me encuentro rodeada mayoritariamente. De nuevo hago énfasis, en que quien se sienta aludido haga expresa sus declaraciones, que no son más que el manifiesto de una actitud transfóbica, misógina y patriarcal.

La envidia inconsecuente de algunos activistas, llevaron a asesinar a “Malcolm X”. Yo estoy consciente que no estoy alejada de esta posibilidad.   

Hacer citas de un par de reportajes negativos, viscerales y de fuentes nada confiables, no solo muestra la necesidad de desmerecer el trabajo del activismo LGBTI en Ecuador, sino de posicionar a quienes en una ocasión, pudieron representar el retroceso de los derechos humanos LGBTI en Ecuador, al incitar a una consulta popular. Esto sin mencionar la falta de ética al boicotear “Las reformas a la ley del registro civil en materia de identidad de género”, a pesar de la insistencia de mi parte y de Giovanny Jaramillo – Trans masculino -, para aplazarla un par de meses más, con las/os neófitos activistas que la dirigen.

En el sentido de mis declaraciones, que de manera descontextualizada han dado forma a los intereses misóginos y transfóbicos, puedo enfatizar que, los seres humanos pasamos por procesos de información que poco a poco nos cambian. Si me hubiesen entrevistado en el año 2005, mi declaración sería, que era una devota creyente de la palabra de Dios, pero si me entrevistan hoy, puedo decirles que soy amante del libre pensamiento y del ateísmo.

Un ejemplo muy claro, es el reportaje que un medio local me realizó, y en ese momento erradamente les dije: “Y si mi cerebro me dice que soy una mujer, pues soy una mujer”. Esta afirmación, justamente es una declaración de la falta del conocimiento de “Identidad de género”, pues lo social no tiene que ver en lo absoluto con lo biológico. Eso lo puedo dilucidar hoy, pero difícilmente lo hubiese podido entender en esos años, puesto que mi construcción transfeminista la he adquirido en el diario vivir. Por tanto, si anteriormente era o pretendía ser una Cis-Hetero-Normada, arraigada a los aspectos biologicistas, eso el día de hoy ha cambiado. Algún momento compartí este “error” con una de las mujeres lesbianas a quien admiro y quien es una de mis mentoras como lo es Elizabeth Vásquez – que de paso es una mujer consecuente con las luchas trans sin ser necesariamente trans – diciéndole: “Quiero contactarme con […] para que bajen ese video de Internet”, pero después reflexioné, “no puede ser! ese video muestra mi proceso, mi falta de conocimiento, mis carencias y debilidades como cualquiera, y son la muestra fehaciente de mi amor por el activismo”.

El activismo real no es quien se mantiene en una convicción que en cualquier momento caduca, sino en la sencillez y humildad de reconocer que somos humanos y que cada día se aprende algo nuevo.

Dedico este artículo a mis mejores amigos, mentores y aliados – Gays & Lésbicas – Isaías Álvarez, Director del Observatorio GLBTI, Elizabeth Vásquez, Asesora legal del Proyecto Transgénero y Ana Almeida ideadora de la Marcha de las Putas en Ecuador. Pero también, a aquellos GLBTI que me han dado la oportunidad de conocer la realidad de nuestra comunidad orgullosamente marginal en el día a día de las denuncias recibidas en Silueta X. Una mirada de gratitud por la lucha cumplida, para mí, es más que la satisfacción del activismo, y sólo en un momento así, se desarma mi corazón, se formula el nudo de la garganta que me priva de respirar, al punto de provocarme las lágrimas que inevitablemente podré controlar.

“Esta lucha no es mía, este cuerpo no es mío, los logros son para el disfrute de ustedes”

Diane Marie Rodríguez Zambrano

@DianeRodríguezZ