El Mercado de las Pulgas en Colegiales es el paraíso de los directores de arte frustrados
La metáfora correcta no fuese que el tiempo se detiene sino que el tiempo se destruye. En el Mercado de Pulgas de Colegiales, Buenos Aires y el año 2014 quedan afuera. Adentro, un longplay de Pappo sobre una mesita rococó señala una litografía pin-up de los 40′. No hay forma de saber en qué era se vive.
El Mercado de las Pulgas es un lugar que hay que oler. No hay mérito en usar la cámara porque en cualquier esquina que se dispare saldrá algo interesante. Cuando me convenzo que paseo por el Art Nouveau, los ojos más embobantes de estos cuatro siglos ofrecen un Luis XV de madera blanca y tapiz púrpura. Para justificar mi pobreza digo que soy fotógrafo y me condeno a publicar este registro.