Arthur Antunes Coimbra, Zico, fue el mejor jugador de fúbol de Brasil en los ochenta. El líder de la época más hermosa de Flamengo, aquella en la que sus hinchas iban al estadio el domingo casi aburridos: sabían que ganarían. Era el Pelé blanco. El hombre destinado a levantar otra Copa del Mundo. Zico fue al Mundial de México 86 acompañado de un equipazo. Y la arruinó. El hombre que no fallaba nunca un penal, lo falló en México. Zico fue la más grande promesa incumplida de Brasil en una Copa del Mundo. Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro, CR7, es uno de los mejores jugadores del mundo. Lo que le falta en ‘inspiración divina’ lo compensa con dedicación enorme. El deportista que trabaja más horas que todos los demás acaba de ganar una Liga de Campeones con el Real Madrid. Ha ganado dos Balones de Oro. La Liga Española. La Copa del Rey. Cristiano Ronaldo está en el mejor momento de su carrera y fue al Mundial en Brasil para ser una decepción.

Un año antes de morir, Eusébio se enojó porque los periodistas le preguntaron por sus récords, pulverizados por CR7. Eusebio se burló de los equipos con los cuales Portugal juega para clasificarse al Mundial. Los comparó con las potencias que le tocaban en su época. Eusébio dejó en el aire el desafío de ser mayor que él en Inglaterra 66. Un Mundial en el cual fue el máximo goleador: nueve tantos. El mundial en el que Portugal logró su mejor puesto: tercero. El Portugal de Eusébio mandó a su casa, en primera fase, al favorito: el Brasil de Pelé. En los cuartos de final, Portugal perdía 0 a 3 contra Corea del Norte. Eusébio se echó el equipo al hombro y el partido terminó 5 a 3. Los frenó Inglaterra. El anfitrión. El futuro campeón de la Copa.

Maticemos. Zico fue a México 86 con un equipazo y en su mejor forma. Ronaldo llegó a Brasil arrastrando una lesión de más de un mes: jugó la final de la Liga de Campeones con la rodilla hecha añicos y muy adolorido. Sus compañeros de selección parecían de cristal. En el primer partido, Alemania los arrolló de tal manera que Fabio Coentrao volvió a Portugal al día siguiente para comenzar terapia física. También se lesionaron Hugo Almeida y el portero Rui Patricio. Hoy, contra Estados Unidos, Postiga salió por lesión a los quince minutos de empezado del juego. Y en el segundo tiempo, André Almeida se quedó en la banca. ¿Adivinaron la razón? Otra lesión.

El lesionado mayor siguió en la cancha. Sin hacer goles. Viendo cómo su ambición de ser el mayor jugador de fútbol de la historia de Portugal se le escapaba de las manos. Zico siempre fue el Pelé blanco. La réplica incompleta. La promesa fallida. CR7 será siempre el Eusébio blanco. La figura inconclusa. El hombre que no pudo superar al héroe de Inglaterra 66.