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¿Por qué nos alegra la eliminación de España?

No es nada malo reírse del campeón que cae. Es lo más humano, al puro estilo Homero Simpson: “Es gracioso porque no me pasó a mí”.

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Y porque no nos pasó a nosotros –al menos no hasta el viernes 20, cuando jugaremos con Honduras– sí que es gracioso que España quedara eliminada del Mundial de Brasil de la manera en que lo hizo. Porque en el partido contra Chile no le salió nada, pese a tener un mayor registro de posesión de balón (56% vs 44%) y de ataques al arco rival (15 contra 7). 

Los españoles jugaron como si fueran las estrellas de la NBA de Space Jam a las que unos extraterrestres robaron sus habilidades: tiraron al arco imitando a Guillermo Tell, matando a la modelo, sin tocar la manzana. Y no hubo Looney Tunes que les dieran la mano.​

La verdad es que no hay tristeza de por medio cuando pasa algo así. El campeón que cae se pone a nuestro mismo nivel y reímos por la sorpresa. Esto nos dice que no existe lo imposible, nos rebaja hasta lo burdo, nos permite celebrar esa ineficacia por la que todos pasamos en algún momento. Hasta podríamos pensar que es justo. No es nada más que la Schadenfreude, ese sentimiento de placer que sentimos por la poca fortuna del otro, por ese fracaso visible; una alegría morbosa que nos une.

En la derrota podemos sentir que somos parte de un todo.

Luego de la humillante derrota contra Holanda estaba claro que la Furia Roja tenía muy poco que ofrecer. Cualquiera pudo pensar que ese no fue un buen encuentro para Casillas y compañía y punto. Hoy, Casillas y compañía demostraron que, cuando no se está a la altura del oponente ni de las expectativas del mundo, lo más seguro es abandonar toda esperanza y dejarse caer.

Los chilenos, jugadores y fanáticos, estaban bravos, querían conseguir algo: no solo pasar a la siguiente fase, sino dejar en el camino al campeón reinante. Ya sea rompiendo cercos para ingresar sin entradas y a la fuerza al Maracaná, o usando camiseta con un número y pantalón con otro en plena cancha, el ánimo estaba claro. Y dos goles fueron los únicos fuck you que necesitaron para expresarlo.

Los chilenos se rebelaron contra los dioses y quisieron traernos algo de ellos. Son los modernos Prometeo.

Aunque igual no pasarán de octavos.