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Un ensayo gráfico sobre la violencia metropolitana en Guayaquil

Una vez más, los robaburros pegándole a la gente. Una vez más, hubo gente que los justificó. Porque vivimos en el país donde la violencia está bien cuando la ejercemos nosotros o nuestros amigos. Todo se matiza y siempre se descalifica a los contrarios. Que provocaron, que vayan a ver cómo en otros países reprimen, que no son independientes, quejicas. La verdad es que la violencia de la autoridad a los ciudadanos no se puede justificar, bajo ningún concepto. La realidad es que la administración municipal guayaquileña no puede dejar la adicción por la garrotera represión. Han recaído. Garrote, garrote, más garrote. Y los que en otras causas vociferan, miren ahora para otro lado. En pocas partes del mundo se ha perfeccionado el arte de mirar a otro lado como en Guayaquil.