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 Esta no es una  declaración de ejes programáticos, sino lo contrario. Y viceversa.

El Partido Nadaísta Ecuatoriano, el cual fundo en este instante y ante el cual, a su vez, presento oficialmente mi dimisión por diferencias con el líder fundador, ha preparado para ustedes estos postulados sobre los cuales refundar la República –básicamente por el gusto de fundarla de nuevo–. Ustedes saben que eso siempre nos ha cautivado a los ecuatorianos. 

A continuación los ejes programáticos:

1)    En un acto de coherencia con los Derechos Humanos y liderando este tipo de iniciativas en la región, todos los ciudadanos de la República serán excarcelados de las celdas de Excel en las que se encuentren diariamente hacinados.

2)    Crearemos una Ley de Medios de Comunicación en la cual esté absolutamente claro, de entrada, que NADA ES CIERTO. Todo es un constructo. Por lo cuál nada se debe tomar en serio. Peor la verdad. Peor el poder. 

3)    Lo único, repetimos, lo ÚNICO que deberá tomarse con solemnidad en esta República serán los días de Siesta Nacional que sean decretados.
 
4)    Las reformas en el Sistema Educativo estarán basadas en forjar preguntas en los estudiantes. No respuestas. Porque las respuestas ya están todas en internet. Los alumnos deberán egresar de los sistemas educativos pudiendo hacerse preguntas cuyas respuestas aún no se encuentren en Google. Ese debe ser el nuevo norte de la educación. Sin embargo, la forma en que cada entidad lo consiga, será parte de la experimentación. No se aplicará un molde cuadradezco e hirviente para fundir en él a las instituciones educativas. Porque los altos niveles pedagógicos no se obtienen por decreto.

5)    Como mecanismo para incrementar la productividad de los ecuatorianos, subsidiaremos la cafeína, enarbolándola al nivel de Derecho Humano. Así como el agua potable debe llegar a todos los rincones, nuestro ideal sería ductear la República para que todos puedan tener un café a mano siempre que lo necesiten. Queremos todas las neuronas trabajando a tope, la modorra suele ser surrealista pero es antirevolucionaria.

6)    Las políticas ecologistas se fundamentarán en el principio de que el planeta y el ser humano son 70% agua y está demostrado en experimentación cómo el agua se malogra con la malas vibras. Y cómo esta mala onda consigue hacernos daño, al ser nosotros agua. El científico japonés Masaru Emoto ha liderado en el mundo los experimentos al respecto. De modo que, por política ambiental, no se podrá contaminar el medio ambiente, emanándole al prójimo mala energía en forma de ofensas, descalificaciones, etc. Peor aún si esto es a través de medios audiovisuales o cadenas. Dichas emanaciones audiovisuales de mala onda se considerarán derrames contaminantes del ecosistema. ¿Se acuerdan ustedes de su abuelita cantándole a las plantas para que crezcan bonitas? El planeta es agua, si le das buena vibra, reacciona hermosamente. Si emites mala onda, eres como Chevron.

7)    El Primer Mandatario estará obligado a usar únicamente transporte público, hacer el mercado y vivir con un sueldo básico, para que pueda comprobar de primera mano si es factible la vida que su gobierno está generando.

8)    En vista de que somos una República de etnias multidiversas, se creará una comisión interdisciplinaria que investigue las danzas y folclores ancestrales hasta dar con la danza de la lluvia de ideas y, sin demora, convocaremos a una consulta popular para que el pueblo se pronuncie y nos dé el visto bueno para poder generar en estas tierras un diluvio de ideas de proporciones bíblicas.

9)    Dado que la Patria es una ficción y lo que en realidad existe son diferentes comunidades humanas afincadas en un territorio que administrativamente denominamos Estado, lo más significativo no son, ni serán nunca, estos puntos programáticos, sino todo lo que el Gobierno pueda hacer para que los individuos encuentren su “dharma” personal, esto es "el sendero indicado para cada uno". El propósito en la vida de cada cual. Porque lo revolucionario sería ayudar a darle sentido a las vidas de las personas, más allá de las dádivas materiales que suelen entregar los regímenes de turno.

10)    En vez de construir edificaciones de concreto que busquen convertirse en símbolos artificiales, la madriguera de la Revolución Surrealista deberá ubicarse en el sitio de la República que constituye sin duda el más grande y profundo yacimiento de saberes aún no explorados ni aprovechados, esto es, en la denominada Cueva de los Tallos en el Oriente ecuatoriano. Allí dentro estará el cubil de esta Revolución. Con esto, vale decirse, también se espera desestimular el ingreso a la política de tantos devotos coleccionistas de espejos, trajes, tacones y perfumes.

Si estos diez ejes programáticos se cumplen, probablemente podríamos llegar a ser un país de individuos libres de alienaciones, que con la misma sólida pasión desestimen las certezas y amen las cervezas. Y si tan solo lográramos eso, esta Revolución Surrealista sí que valdría la pena, compañeritos. ¡Hasta la Vicky siempre! (la robot).