En este viaje a Isabela leí “La posibilidad de una isla” de Michel Houellebecq.
Es un libro oscuro, cínico, que por momentos me llenaba de asco y de iras y sin embargo me tenía absolutamente embebida entre sus páginas vacías de esperanza y sin poder levantar la mirada, sentada frente al mar en uno de los lugares más llenos de luz y encanto que he conocido: las Galápagos.
El espíritu sórdido de ese libro contagió mi manera de retratar el lugar. Isabela desborda color, de hecho su cromática es alucinante: azules imposibles, verdes vibrantes, rojos volcánicos, pero me sentí atraída a dejar afuera todo ese color y concentrarme en las formas, las sombras, la geometría del paisaje y un leve sentimiento de abandono.
https://gkillcity.com/sites/default/files/images/imagenes/95_varias/600-NESSA.jpg
Nessa Teran