¿Fue constitucional la posesión de Nicolás Maduro como Presidente encargado de Venezuela?
A mediados de diciembre el expresidente Hugo Chávez se encontraba en Cuba, con permiso de la Asamblea Nacional, recuperándose de su última intervención quirúrgica. Paralelamente en Venezuela existía la incertidumbre por saber si la condición del mandatario era favorable para que regrese al país y pueda juramentarse como Presidente reelecto, en vista de que su tercer período como gobernante expiraba el 10 de enero.
La expectativa y la tensión fueron tan evidentes que el 12 de diciembre del 2012 la abogada Marelys D’ Arpino solicitó a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela que se interprete el Art. 231 de la Constitución donde se estipula que “el candidato elegido tomará posesión del cargo el 10 de enero del primer año de su período constitucional”; es decir que Chávez debía juramentarse como Presidente, dicha fecha, para que inicie el nuevo período por el que fue electo el pasado 7 de octubre.
Ante este panorama, la Presidenta del Tribunal Judicial, Luisa Estella Morales, convoca a una rueda de prensa el 9 de enero del 2013 para responder a la solicitud de la ciudadana. La magistrada reconoce que la juramentación es un acto formal, tradicional y necesario pero debido al problema de salud que enfrentaba Chávez, dicha posesión, podía realizarse cuando termine la “situación sobrevenida”. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia indicó que el Presidente, Vicepresidente y Ministros podían seguir en sus funciones bajo el amparo de la “continuidad administrativa”, por tratarse de un gobierno reelecto y evitar que el Estado se quede en acefalía.
Ahora bien, el martes 5 de marzo Hugo Chávez fallece sin poder juramentarse como mandatario de forma oficial y en esta coyuntura reluce en la palestra pública el Art. 233 de la Constitución. Este punto legal establece que si la falta absoluta del Presidente electo se produce antes de su posesión la primera magistratura será asumida por el Presidente de la Asamblea Nacional, es decir Diosdado Cabello, quien deberá convocar a nuevas elecciones en un plazo de 30 días. Sin embargo, el viernes 8 de marzo el Vicepresidente Nicolás Maduro es juramentado, con la constitución en mano, como Presidente encargado de Venezuela.
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Según la interpretación –quizás política- de la Sala Constitucional la posesión de Maduro es correcta porque fue el mismo ente que auxilió al Gobierno bajo la figura de la continuidad administrativa, permitiéndole al poder ejecutivo seguir en pleno uso y derecho de sus funciones, sin que la falta de juramentación por parte Chávez haya sido un impedimento. Esta fue la oportunidad perfecta para que el Gobierno se apegue a la segunda parte del Art. 233 el cual dictamina que ante la falta absoluta del Presidente de la República, durante el ejercicio del poder en los primeros 4 años, será el Vicepresidente Ejecutivo quien tome la rienda del país.
Con esto podemos recordar que cuando Chávez regresó a Venezuela para seguir su tratamiento contra el cáncer, voceros del Gobierno aseguraban que el mandatario firmaba decretos y mantenía conversaciones con varios de sus ministros, seguramente para crear la imagen de que Chávez “estaba bien” y que él era el Presidente de la República de Venezuela y no un presidente electo pese a que todos sabían que su salud le impediría juramentar ante la Asamblea.
Ante estos acontecimientos la alianza opositora de Venezuela ha indicado que la posesión de Maduro es inconstitucional y el mismo Capriles la calificó de “espuria”. Sin embargo, ¿qué diferencia política podría existir si el juramentado hubiera sido el Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y no Nicolás Maduro, tomando en consideración que ambos son funcionarios oficialistas? La respuesta se evidencia en la última rueda de prensa que ofreció un emotivo Chávez el 8 de diciembre de 2012 en Venezuela, donde le pedía a sus seguidores elegir a Maduro como mandatario en caso de no poder ejercer la función presidencial. El peso político, la acogida y la credibilidad que Chávez aún posee ante Venezuela bastará para que esta recomendación le otorgue a Maduro un claro triunfo electoral y el Chavismo continúe.
José Carlos Casañas