Ver la lista de binomios entre los que tendremos que elegir para las próximas elecciones genera, por lo bajo, ganas de pagar la multa correspondiente y ni asomar las orejas por los recintos electorales. Quizás así hagamos más democracia que votando por el menos malo, porque a punta de menos malos hemos jodido al país.

El primero y el más opcionado, es como todos sabemos, el actual Presidente. Rafael para el pueblo, Correa para los corruptos, el Mashi para los tuiteros. Ese mismo encabeza las encuestas que varían según el gusto de quien paga. Pero necio sería negar que aún tiene gran aceptación. Ese mismo Mashi llegó hasta el CNE en un show de bicicletas que previamente se habían reunido en la Plaza de la Independencia. Hartos funcionarios públicos lo acompañaron en su recorrido en horas laborales. Realmente poco o nada les importaba que fotógrafos, camarógrafos y reporteros nos diéramos cuenta que muchos de ellos tenían colgadas, orgullosamente, sus identificaciones en el cuello, con el nombre del ministerio o entidad a la que pertenecían. Ese es uno de los cambios de la revolución que avanza: ahora los funcionarios públicos no se cuidan de que se los reconozca en los eventos proselitistas masivos. No importa, total, Rafa hace lo que le place.

El fin de semana anterior a esto, con lleno total, el Estadio del Aucas fue el escenario para anunciar quién sería el reemplazo de Lenín Moreno, que supo decidir a tiempo (sus niveles e aceptación después de seis años de gobierno, son extraordinarios) retirarse de las mieles del poder. Para sorpresa de muchos, el nombre revelado fue el de Jorge Glass, ex Ministro de Sectores Estratégicos y de Telecomunicaciones, hijo de un personaje acusado de violar y embarazar a una menor de edad, escándalo que había saltado a la prensa semanas antes de este anuncio, con acusaciones de que la justicia había sido manipulada para permitir la fuga del personaje en cuestión, cuyo paradero por supuesto, se desconoce. Correa  defendió airadamente a Glas hijo. Que era una infamia, dijo, que se lo trate de vincular con un padre que lo abandonó de niño. Por eso cuando Glas hizo su aparición  sonriente y envuelto de verde País, diciendo que ese era el día más feliz de su vida, algunos lo sintieron como un desafío.

Si. Es Glas. ¿Y qué?

Ya en el CNE, con vías aledañas cerradas, fuerte contingente de policía, pantalla gigante con vista a la calle, el organismo independiente del ejecutivo (no vayan a dudar de esa independencia ni siquiera porque Paredes fue ministro de Correa, eso es pura coincidencia) cerró sus puertas para que los candidatos oficialistas hablen horas y horas de lo que quieran. Y así fue. Gabriela Rivadeneira, la nueva estrella de país, quien encabezará la lista de candidatos a asambleístas nacionales, en lugar del Corcho, que pasa a un segundo plano. De 29 años, ex reina de Otavalo, sin títulos universitarios pero con experiencia política, viceprefecta, vicealcaldesa y gobernadora de Imbabura, Rivadeneira dio un discurso vehemente en el que aseguró que se quedarían “cien años más en esta revolución”. Lealtad se pedía como requisito básico para formar parte de las listas de País. De largo cumplieron el requisito los candidatos.

Guillermo Lasso es otra de las opciones. Guayaquileño de 57 años, padre de cinco hijos, banquero, que vende su historia como el hombre humilde que logró el éxito, el ideal de muchos ecuatorianos que quieren llegar a ser: adinerados, poderosos, exitosos. El primer compañero de fórmula de Lasso fue Auki Tituaña, ex alcalde de Cotacachi. Eso erizó la piel de muchos gobiernistas, desató críticas de cómo así un banquero con un indio. Don Guillermo lo llamaba él, alentando las críticas. Pocos días duró la unión. En una breve rueda de prensa se dio a conocer el fin del binomio debido a lo que Tituaña llamó “posición mezquina de la dirigencia (indígena) que no se ajusta a los sueños de las bases”,  denunció “violencia y amenazas” en su contra, y se hizo a un lado. Lasso aseguró que Auki y su esposa son sus amigos, y que él les pedirá consejo siempre. Pocos días después se supo quien reemplazaría a Tituaña: Juan Carlos Solines, quien hasta pocas horas antes era conocido por ser parte del movimiento Concertación, liderado por el asambleísta quiteño César Montúfar, quien al parecer se sorprendió tanto como la prensa. Camisetero le dijeron por ahí. Esa fue la sensación que dejó. Ansias de poder, ansias de candidatura, con quien sea, como sea. “En mi amigo Guillermo Lasso he encontrado el camino para cumplir con estos ideales” dijo Solines en el CNE al inscribir su candidatura.

Ajá. ¿Y hace dos horas era en su amigo Montúfar?

Lasso manejó un discurso con frases que iniciaban así “miedo y amenaza es lo que sienten…» los empleados, los estudiantes, los médicos, etc., se iba adaptando a cada uno de los públicos que quería incluir en su discurso. Pidió elegir el cambio y abandonar el miedo y prometió regresar a ese preciso auditorio en el CNE, a recoger sus credenciales de presidente y vicepresidente. Veremos. Las barras con banderas de CREO entonaban cantos de apoyo. Peluconlandia está aquí, susurró un funcionario del CNE que circulaba por ahí. Lasso cercano a José María Aznar, ex Presidente del Gobierno español, al que llegó por el Partido Popular, recordado además por aquel gesto con el dedo del medio a los estudiantes de una universidad española. El candidato por CREO es también supernumerario del Opus Dei, según una entrevista que Lasso da a un diario español, ha evitado abordar temas religiosos.

En una mezcla de a sectores populares, afroecuatorianos, indios, feministas, obreros, acompañaron a Alberto Acosta, ex presidente de la Constituyente, hasta el auditorio del CNE.  Lourdes Tibán, quien encabeza la lista de candidatos a la Asamblea, criticó en su particular estilo a los futbolistas que formarán parte de las listas de PAÍS: el Tin Delgado, Iván Hurtado y Ulises de la Cruz. “

«Mientras unos ensayen cascarita, nosotros trabajaremos”, dijo.

Acosta remató asegurando que no permitirán fraude, que ahora sí, van a hacer realidad la transformación en serio sustentada en la Constitución, respetando a la Pachamama, claro. Hubo fallas de audio en el auditorio. Los asistentes abucheaban. “¿Cómo así justo ahorita?”, “Eso no les pasó con Correa”, gritaban, indignados.  Paúl Salazar, presidente encargado del CNE pidió las respectivas disculpas. Apenas se le escuchaba en medio de los abucheos del público, mientras aseguraba que la entidad electoral respetará el proceso y la voluntad popular. Nadie ahí le creía y todos se encargaban de que lo note. Marcia Caicedo aparecía tímida, con una sonrisa cortada, con un discurso débil y monótono. Acosta estaba incómodo.

Caicedo fue consejera del CNE en la época de Omar Simon, y denunció a esa entidad que según ella no actuaba ante lo que consideró abusos del ejecutivo durante la campaña electoral pasada. Se confiesa como mujer de izquierdas y dice que luchará por obtener más espacios para los sectores sociales.

Lucio es otro que ya todos conocemos. Lo sufrimos como presidente. Deberíamos hacer un ejercicio de memoria para recordar por qué terminó huyendo, al verse literalmente, acorralado por multitudes que reclamaban los abusos de su Gobierno. Ahora vuelve a apuntarse como candidato para esta contienda. Que ha aprendido de sus errores dice. Que con él, no había corrupción, que las cosas estaban más baratas. Era un país maravilloso con Lucio, según cuenta el coronel. Lucio ofreció subir el bono de 25 a 50, que si el gobierno sube a 50, el aumentará a 65, dijo que duplicará el bono de la vivienda que actualmente está en cinco mil dólares, que va a entregar casas dignas, “no como esas cajitas de fósforo que dan ahora”. Dice que quiere volver “no por vanidad”, que está en la lucha porque ama al país, que “si quieren que vuelva la moral al Ecuador voten todo 3, por Lucio otra vez”. Sus barras lo apoyan con vehemencia. “Bienvenida a la familia (…) estoy seguro que todos se van a enamorar de la vicepresidenta”, le dijo a su compañera de fórmula, al anunciarla en el CNE. Pearl-Ann Boyes es manabita, nieta de misioneros protestantes norteamericanos, fue reina de esa provincia y hoy, con una voz un tanto chillona y lineal, repite un discurso con frases como “una sociedad sin dios es un barco a la deriva”, y por ello está convencida de que “Dios busca que sus hijos participen en las contiendas electorales”, y como hija de Dios que ella es, obediente, participa.

Y en esa misma línea va Nelson Zavala,  pastor evangélico, fue la carta escogida por los roldosistas después de que el CNE rechazara la inscripción como candidato del líder del PRE, Abdalá Bucaram. Zavala dio que “quiere pastorear a los 14 millones de ecuatorianos”, repite constantemente párrafos de la Biblia, evoca a Dios y habla con los medios y el público como si estuviera en un púlpito religioso. Quiere crear un Ministerio de los Pobres, dice, que los homosexuales se pueden curar, que “Cristo no vino a condenarlos, si no a salvarlos” y que creará norma para que los gays respeten a la verdadera familia. Eso, en cuanto a derechos, pero no es lo único pues salieron a la luz presuntas denuncias de maltrato a uno de sus hijos, con imágenes incluso de los golpes al menor y de la boleta de auxilio (aquí más información). De la esmeraldeña Dennis Cevallos realmente poco se puede decir. Ha tenido pocas intervenciones públicas. Fue hasta hace poco la alterna de Dalo Bucaram en la Asamblea.

Pero si retomamos el discurso religioso, no se puede dejar de lado a Inés Manzano, quien también obtuvo un título de belleza: Miss Ecuador en 1992. En una entrevista a Revista Mundo Diners cuenta que de niña era “gordita”, pero que su mamá no quería que debute en el Club La Unión así, por lo que tuvo que someterse a un tratamiento con inyecciones para adelgazar. Cree que los concursos de belleza son una ventana para hacer el bien. Aclara con insistencia, cada vez que puede, que es una mujer pro-vida y católica. “Creo en el valor de las mujeres, pero lamento decirles que no soy feminista”, dijo el día de la inscripción de su candidatura. Fue Subsecretaria en el Ministerio de Medioambiente cuando Gustavo Noboa era presidente, es docente y consultora en temas ambientales “Ser verde es rentable”, dice. Habla de temas agrícolas y admite que no conoce de economía, “eso le dejo a Mauricio” dice, refiriéndose al candidato a Presidente por Suma. Rodas ha elegido como muletillas indispensables para sus discursos dos palabras: nuevo y fresco. Lo repite incesantemente, como tratando de convencerse a sí mismo.

En los últimos días, varios tuiteros le han refrescado la memoria a él: fue presidente de las juventudes socialcristianas.

“Estamos aquí para decirle al pueblo ecuatoriano que inicia un nuevo amanecer para la patria” dijo en el CNE cuando inscribía su movimiento. Hasta allí llegó con su esposa, joven como él, con aire recatado en su vestido debajo de la rodilla. Como él. También estuvo su hija, adolescente, muy parecida a Rodas. Sonriente. El hijo menor también, un bebé en brazos. Agradece a Dios, a la memoria de su padre, a su esposa, a sus hermanos. Pide que “sumemos ideas, esperanza”. Durante su discurso, su rostro se colorea, alza el brazo izquierdo, luego el derecho, empuñando la mano y levantando el índice, como en los discursos de los viejos partidos políticos de los que se quiere distinguir. Pocos días antes había repetido exactamente el mismo discurso, frases y agradecimientos idénticos, vehemencia exacta.

Norman Wray, quiteño, abogado, también es joven, bastante más ecuánime en su discurso. Es de la Ruptura de los 25, movimiento que apoyó a Correa en otras elecciones y que incluso obtuvo puestos en el ejecutivo. Casi tan desconocido como Rodas. Quizás le aventaja en Quito, en donde fue concejal hasta hace pocas semanas, cuando renunció para candidatizarse por Ruptura. Tiene un discurso progresista, con énfasis en derechos de las minorías, incluso una de las candidatas del movimiento al que pertenece Wray, es una transexual, Diane Rodriguez. El lanzamiento de las candidaturas fue en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo, con música, globos y muchos jóvenes convencidos y entusiastas. Quizás fue la diferencia con los otros movimientos que hicieron actos más formales, más serios, bastante menos alegres. Sin embargo no puedo recordar ni media frase de su discurso en esa ocasión. Mucho blablá. Nada sustancial. De la vicepresidenta ni hablar. Me cuesta recordar su nombre. Lo que me quedó es que es manabita y que ha trabajado con sectores pesqueros artesanales. Ángela Mendoza me dice Google. El día que hicieron el anuncio, no dio discurso. Veremos si en época electoral escuchamos algo sobre ella.

Alvaro Noboa, el hombre más rico del país, el que dice que “en hacer plata, nadie me gana”, se postula por quinta vez a la presidencia. Esta vez su compañera de fórmula es su esposa, Anabella Azín. Noboa habla de persecución por parte del Estado ecuatoriano pues actualmente el SRI busca que el candidato pague presuntas deudas por impuestos. Noboa repite incansablemente que en 2006 le ganó a Correa en la primera vuelta. En su asamblea general anunció el sorteo de una casa, carros y becas. Sus disparates son de este tipo: “Mi revolución que se inicia hoy hará que todos los ecuatorianos sean ciudadanos ricos (…) por fin podrán tener todos ellos vivienda de concreto cómoda y moderna, carro propio para todos, trabajo de gran nivel, buena comida y a buenos precios, educación igual a la que existe en los países modernos donde todo ciudadano tiene una profesión universitaria o un arte o un oficio especializado”. Cinco veces candidato, Alvarito nos ha dejado lecciones sobre quién es y qué dice, si no recordemos cuando primero en un canal nacional y luego en CNN lanzó la billetera en pleno set, en entrevista en vivo, diciendo que entre el amor a la patria y el dinero, él elige el amor a la patria. Su esposa es médica, también conocida porque participó anteriormente como compañera de fórmula de Noboa.

Esos son los nombres de los dieciséis rostros que veremos en nuestra papeleta. Rafael y Glas, más de lo que hemos tenido en estos seis años. ¿Más carreteras lindas y más abusos? ¿Más justicia “independiente y transparente”? ¿Más casos como Cofiec o Narcovalija que pasan al olvido? ¿Más cadenas de la SECOM dándoles por todos lados a los enemigos de la revolución ciudadana? Bueno, seguro más corazones ardientes y manos limpias.

A Guillermo Lasso no le creo. No podría darles argumentos concretos. Simplemente se me hace falso. Me incomoda lo que se vio como un camisetazo de Solines. Si antes de tener el tan ansiado poder, ya se cambia en horas de un partido a otro, sin siquiera comunicar a la Concertación, ¿qué podemos esperar una vez en el mando?

Alberto Acosta es un candidato que se muestra incómodo con su propia compañera de fórmula. Da la sensación de que hablan poco, de que se evitan. Debe ser difícil llegar a acuerdos entre los movimientos y partidos que hacen parte de la Plurinacional de las Izquierdas; cada quien tiene sus intereses y jalará para su lado. El MPD no es precisamente el mejor ejemplo de democracia. Vale recordar las huelgas y pedradas para reclamar. Pachakutik está fragmentado, también es claro. No veo que ahí haya posibilidad de acuerdos, en el remoto caso en el que llegaran a ganar. Remotísimo. El discurso del comunismo, la partidocracia y los poderes fácticos, está agotadísimo. El Muro de Berlín cayó hace rato, por favor, ¡supérenlo!

A Lucio ya lo vivimos. ¿En serio, alguien se arriesgaría a volver a eso? A los parientes en los puestos públicos, el uso de bienes del Estado indiscriminado, los escándalos de corrupción… Oh! Wait… Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Ahora agreguemos a eso a una señora un poco obsesiva con el tema religioso. Ni hablar.

Y bueno, yendo por el lado de las religiones, el pastor Zavala que habla de Dios, del diablo, del infierno, que dicta clases de moral en cada entrevista y evangeliza al que se le cruza. Riesgosísimo. Obnubilar al pueblo con la ignorancia, hacer del Ecuador una versión tropical de Pare de Sufrir. Teniendo tras de él a Abdalá Bucaram. Imaginen esa combinación explosiva: un pastor y un loco. Y claro, una joven presentadora de televisión y bailarina que es asambleísta y que ha asistido a 31 sesiones, de un total de 307 (entre enero y octubre de 2012), es decir tiene el 90% de ausencias. Y quiere reelección. Y seguramente ganará.

Rodas es un Guillermo Lasso wannabe. Es impresionante la cantidad de gente que confunde los movimientos Creo (de Lasso) y Suma (de Rodas). La sensación que me deja Rodas es de un muchacho caprichoso que quiere quiere la presidencia. Me estorba su discurso agresivo y prepotente. Suena egocéntrico. Quiere presentarse como nuevo y fresco, sus dos palabras preferidas by the way, pero sus formas son viejas. Despéinate un poco si quieres hacer política. Engominado y nítido parece que no sale de la oficina. El catolicismo repetitivo de su compañera de fórmula, me perturba. Divino que creas en quien quieras, pero que mezcles tu religión en la política, me da desconfianza. Que me digas que vienes a aprender, me da desconfianza. No es borrador, es la vida real.

A pesar de que la ruptura tiene propuestas progresistas, inclusivas y que pueden resultar atractivas, Norman me parece insignificante. Sorry. Y de la candidata a vicepresidenta ya me olvidé. De nuevo.

Y Alvarito… Todo él es un motivo para no votarlo.