En esta elección, estrenamos una “novelería”, que es la elección por circunscripciones electorales, también llamados distritos. Básicamente, consiste en que las provincias más pobladas han sido sub-divididas únicamente para elegir asambleístas. Quiero dividir este post en 3 puntos:
· Creación de los distritos
· Qué esperar de los distritos
· Cómo conviene votar mejor
Estos son los distritos establecidos:
1. Guayas (población total de la provincia: 3’645.483):
1. Parroquias Ximena y Febres Cordero, con 890.648 habitantes: 5 asambleístas,
2. Parroquias Tarqui (una parte) y Pascuales, con 926.092 habitantes: 5 asambleístas,
3. Samborondón, Durán, Playas, el resto de parroquias de Guayaquil y otra parte de la parroquia Tarqui (Acuarela-Sauces, Atarazana, Martha Roldós, Tarqui, Urdenor y Urdesa-Miraflores), con 881.606 habitantes: eligen 5 asambleístas, y
4. Todos los demás cantones de Guayas, 947.137 habitantes: 5 asambleístas.
2. Manabí (población total de la provincia: 1’369.780):
1. Cantones: Bolívar, Chone, El Carmen, Flavio Alfaro, Jama, Junín, Pedernales, Pichincha, Rocafuerte, San Vicente, Sucre (Bahía) y Tosagua: eligen 4 asambleístas y
2. Cantones: 24 de mayo, Jaramijó, Jipijapa, Manta, Montecristi, Olmedo, Paján, Portoviejo, Puerto López y Santa Ana: eligen 5 asambleístas.
3. Quito (población total del distrito metropolitano: 2’239.191):
1. Todas las parroquias urbanas del norte, desde Carcelén y El Condado, hasta San Juan e Itchimbía: elegimos 4 asambleístas,
2. Todas las parroquias urbanas del centro hacia el sur, desde Centro Histórico, hasta Quitumbe y La Ecuatoriana: eligen 5 asambleístas, y
3. Todas las parroquias rurales: eligen 4 asambleístas.
Aparte, Pichincha (excepto Quito) que elige 3 asambleístas, comprende los cantones del norte (Cayambe y Pedro Moncayo), del sur (Mejía y Rumiñahui) y del noroccidente (Puerto Quito, Pedro Vicente Maldonado y San Miguel de los Bancos). Población total de la provincia: 337.096.
· Creación de los distritos
Un distrito o circunscripción electoral normalmente coincide con la división administrativa del país: el Presidente se elige en una circunscripción nacional, que abarca todo el país. Lo mismo los asambleístas nacionales (que son quince) y los parlamentarios andinos (cinco con dos suplentes cada uno).
En circunscripción provincial se eligen los prefectos y, hasta hace poco, los asambleístas. El cambio se aplica sólo en las provincias que eligen ocho o más asambleístas, que son Guayas, Manabí y… Quito (Más adelante explico por qué no es Pichincha). Los Ríos elige seis asambleístas y el resto de provincias, cinco o menos, así que en todas las 21 provincias la circunscripción es igual a la provincia. En los territorios que aplican la distritalización suman 7’254.454 habitantes, que es casi la mitad de la población de todo el Ecuador, proporción parecida cuando hablamos sólo de electores (mayores de 16 años).
La idea de crear circunscripciones no es nueva. De hecho, la Constitución de 1998 estableció que los consejeros provinciales se elijan, unos por voto popular y otros, por los municipios, debiendo ser, éstos últimos, de parroquias diferentes a las parroquias de los consejeros elegidos por el voto popular. Esta norma se aplicó en 2000, pero se reformó en 2002. (Es la única reforma que se hizo a esa Constitución).
El art. 150 del Código de la Democracia establece parámetros para distribuir las circunscripciones:
· Las provincias que eligen entre 8 y 12 asambleístas, se dividen en dos circunscripciones,
· Las provincias que eligen entre 13 y 18 asambleístas, se dividen en tres circunscripciones y
· Las provincias que eligen más de 18 asambleístas, se dividen en cuatro circunscripciones.
El Código de la Democracia encarga al Consejo Nacional Electoral (CNE) a fijar las circunscripciones, siempre que cada circunscripción eliga el mismo número de legisladores, o máximo uno más. El Código de la Democracia entró en vigencia un día después de las elecciones de 2009, por eso no se aplicó este mecanismo en la elección pasada.
El CNE diseñó un proyecto de distritos y difundió ese proyecto entre los partidos y movimientos políticos, que se reúnen en un Consejo Consultivo del CNE. El proyecto de distribución del CNE fue presentado a los sujetos políticos el 16 de julio de 2012 (https://www.cne.gob.ec/images/articulos/Consejo%20Consultivo%20OP/AGENDA%20IV%20CCOP%20definitiva%2013%20jul.pdf ) y luego se realizó un taller el 24 de julio para arribar a la distribución definitiva. En dicho taller, los representantes de los partidos y movimientos apoyaron la tesis de considerar a Pichincha aparte de Quito (https://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/pichincha-reclama-16-curules-por-ser-distrito-556790.html), lo que le permite acceder a 16 curules.
El problema con Pichincha es que no está claro si Quito es un Distrito Metropolitano con todas sus letras (y todas las atribuciones que le da la Constitución de 2008) o si está en proceso de ser Distrito (pero todavía no lo es). Esta duda nace porque la Constitución no indicó qué tratamiento se le de a Quito y el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomías y Descentralización (COOTAD) confundió más porque dijo que sí es un Distrito Metropolitano… pero que debe hacer el proceso de formación de un distrito.
Si Quito no es distrito metropolitano, su población cuenta para Pichincha, que en total tendría 2’576.287 habitantes, lo que le daría derecho a 15 asambleístas (2 por ser provincia, 12 por los 2´400.000 de población y uno más por la fracción de 176.287 habitantes restantes).
Pero siendo Quito un Distrito, elige asambleístas aparte de Pichincha. La población del distrito (2´239.191) implica 13 escaños: 2 por ser distrito más 11 por los 2’200.000 de población. La fracción restante (39.191) no le da para tener otro asiento.
A la Provincia de Pichincha, sin Quito, le quedan en realidad 337.096 habitantes, lo que da para tres asambleístas: dos por ser provincia más uno más por su población (200.000). Los restantes 137.096 no alcanzan para un cuarto asiento. Es por esto que la Provincia de Pichincha no está dividida en circunscripciones: sólo se le extirpó la población de Quito, distrito que sí está dividido en circunscripciones.
Para el caso de Manabí, la controversia estaba en si se ponía a Portoviejo en una circunscripción y a Manta en otra, o si se las ponía en una sola (Noticia de enero de 2012 sobre el tema: https://www.eldiario.com.ec/noticias-manabi-ecuador/218654-manabi-seria-dividida-en-2-distritos-electorales/). La primera opción hubiera dejado sin representación a los cantones del norte de Manabí, por lo que se decidió dejar a las dos ciudades mayores de la provincia en una misma circunscripción. (https://www.elcomercio.com/politica/competencia-Portoviejo-Manta-bajara-distritalizacion_0_767323489.html).
Finalmente, en el caso de Guayas, se ha criticado que haya áreas no conectadas entre sí para la circunscripción 4 (cantones principalmente rurales). Por otro lado, separar al Guayas urbano del rural, asegura que haya asambleístas que atiendan uno y otro electorado (https://ns2.ecuadorinmediato.com/index.php?module=Noticias&func=news_user_view&id=183859&umt=guayas_sera_provincia_que_elegira_mayor_numero_asambleistas_a_nivel_nacional).
Estas opciones fueron presentadas en el Consejo Consultivo del CNE el 14 de agosto (https://www.cne.gob.ec/index.php/organizaciones-politicas/consejo-consultivo-de-organizaciones-politicas), en donde hubo un aparente consenso de todas las organizaciones políticas, excepto Madera de Guerrero, porque estimaba que Quito no es Distrito Metropolitano, por lo que no debían otorgársele los 16 escaños, sino sólo 15 (https://www.lahora.com.ec/index.php/noticias/show/1101368549#.UKf64Gej3jE). En todo caso, ese día el Consejo Consultivo no emitió una decisión final, pues toda la sesión se concentró en el escándalo de las afiliaciones “involuntarias”.
· Qué esperar de los distritos
El CNE, en la elaboración de los mapas de las provincias, mencionaba tres principios: contiguidad, continuidad y compacidad, aludiendo a que las circunscripciones tenían que ser vecinas unas de otras, debían ser continuas territorialmente, es decir, no interrumpidas y de un electorado relativamente homogéneo.
La circunscripción 3 Guayas no es territorialmente continua, pues tiene parroquias de Guayaquil, más Samborondón, Durán y Playas. La circunscripción “Pichincha excepto Quito” es discontinua, pero ello es causa de considerar a Quito un Distrito Metropolitano.
El hecho de que la creación de los distritos depende del Consejo Nacional Electoral y no de la Asamblea podría implicar que se analice de manera técnica la forma de distribuir la población, pero la última palabra no está en manos de un legislativo donde participan casi todas las organizaciones políticas, sino en un Consejo con cinco miembros.
La distritalización decidida por el CNE ha sido criticada por Diario El Comercio (https://www.elcomercio.com.ec/editorial/DISTRITALIZACION-ARBITRARIA_0_759524231.html), el ex TSE Medardo Oleas (https://ns2.ecuadorinmediato.com/index.php?module=Noticias&func=news_user_view&id=179882&umt=distritalizacion_del_cne_en_pichincha_es_inmanejable_y_absurda_afirma_ex_presidente_del_tse_audio) y comunicadores sociales (https://www.eldiario.com.ec/noticias-manabi-ecuador/218654-manabi-seria-dividida-en-2-distritos-electorales/).
Se critica, principalmente, lo siguiente:
· Hay parroquias vecinas con características similares, que están en distritos distintos (Carcelén y Calderón, por ejemplo),
· Hay territorios distantes en un mismo distrito (Pedernales y Rocafuerte, por ejemplo),
· Hay zonas no continuas en un mismo distrito (El Empalme y Balao, por ejemplo),
· La publicidad en medios masivos no podrá segmentarse por distrito,
· Ante la falta de cuadros conocidos en parroquias poco representadas, se acudirá a caciques locales,
· Hay distritos con menos votantes que tienen casi igual escaños que otros distritos (Ejemplo: los 337 mil habitantes de “Pichincha excepto Quito” eligen 3 asambleístas, mientras los casi 738 mil de “Norte de Quito” eligen 4), y
· Los electores van a exigir obras concretas para su localidad, cosa que no puede cumplir un asambleísta.
Casi cualquier otra forma de distribuir las parroquias hubiera mantenido estas críticas. Y todas existen también en la elección de asambleístas en otras provincias: el riesgo de acudir a caciques, la vecindad de dos electores que estén en circunscripciones diferentes, el alcance de los medios de comunicación, etc.
Tal vez el problema más grande de esta experiencia inédita es que el elector no se entere del nuevo mecanismo, piense que debe recibir más papeletas o no sepa en qué distrito está (y tal vez le de ganas de cambiarse de distrito). Para difundir este cambio, el CNE contrató con la empresa Tokte Factory una campaña de difusión de las circunscripciones territoriales, que ya se puede escuchar en algunas radios (https://www.compraspublicas.gob.ec/ProcesoContratacion/compras/PC/informacionProcesoContratacion2.cpe?idSoliCompra=Ea_kVlohAWewBu_b0idLhB1gO9dZGPI_kxiABFqi77w,).
El principal riesgo está en que la distritalización cambie para ajustarse a la necesidad de un candidato, lo que se conoce como Gerrymandering: mover las fronteras del distrito en cada elección, para que salga ganador un candidato. (https://es.wikipedia.org/wiki/Gerrymandering). Aunque fueron informados de las circunscripciones en julio, y participaron de la decisión en agosto pasado, muchos políticos han acusado al CNE de dividir los distritos conforme a las necesidades electorales del partido de gobierno.
Sin embargo, observando fríamente, no parece que la división le de ventaja a nadie, pues todos los sujetos políticos (incluyendo PAIS) están en la misma situaicón en cuanto a distritos: han promocionado figuras sólo de ciertas parroquias, tienen estructura de base endeble y deben conquistar un mismo electorado en cada distrito. Donde hay más ventaja es en otras circunstancias, como por ejemplo estar al frente de un municipio o tener un historial de resultados. O el efecto de la publicidad y del manejo comunicacional (entrevistas, discursos, visitas, etc.).
Si los resultados electorales no se ven afectados por la distribución de las circunscripciones, se esperaría que la misma división se use en futuras elecciones, lo cual es bueno porque afecta que al elector se le diga “cambiaste de distrito” cada cuatro años.
¿Habrá en la próxima elección más distritos? Es casi imposible: Los Ríos, que es la provincia con más asambleístas después de Manabí, tiene derecho a seis curules. Llegará a las 8 curules cuando su población aumente más de 171 mil habitantes, que es más de lo que creció la población entre el censo de 2001 y el de 2010, por lo que capaz para el próximo censo (2020) no supere las 7 curules.
· Cómo conviene votar mejor
Tal vez la más importante pregunta sea ¿cómo votar mejor en un distrito? No voy a hablar de candidatos, sino de números y formas de asignación de escaños.
Antes, la elección en estas provincias implicaba una papeleta tamaño sábana, con muchos nombres y partidos. Al elector común le resultaba difícil recordar muchos nombres (imagínese recordar 18 nombres de políticos), peor encontrarlos en la papeleta con fotos muy pequeñas. Por eso era más fácil el voto en plancha.
En la práctica, el voto que se le daba a un candidato, se sumaba, al final del día, a todos los votos del partido o del movimiento y, según el número de votos de la lista, se distribuían los escaños entre las distintas listas. Sólo después de eso servían los votos por individuos, porque los escaños que le correspondían a la lista, no se entregaban en el orden de la lista, sino en el orden de los más votados. Entonces, cuando uno votaba en plancha, estaba, indirectamente, dando 14 o 18 votos al candidato más votado.
Ejemplo: En 2009, en Tungurahua se dió una alianza PAIS-ID para asambleístas. PAIS puso el primer nombre de la lista (Fernando González) y el último (Betty Carrillo). ID puso los nombres segundo y tercero. El número de votos que sacó la lista PAIS-ID, dio para dos escaños, los cuales se entregaron al primero de la lista y a la última, porque éstos obtuvieron más votos individuales que los otros candidatos.
En esta elección será igual: los votos individuales (dados a cada candidato) serán sumados para toda la lista, y las listas más votadas obtendrán escaños. Luego, los escaños que obtenga cada lista, se entregarán a cada candidato, en orden de quién más votado. Por tanto, cuando votes, tu voto será entregado al candidato más votado de esa lista.
No he realizado cálculos para comprobarla, pero mi hipótesis es que con distritos, el voto en plancha es menos importante que antes, porque en 2009 un elector tenía 14 o 18 votos para entregar, y podía entregarlos a una sóla lista; mientras que ahora, el mismo elector tendrá 4 o 5 votos. Si se los entrega todos a una misma lista, habrá aportado menos votos a esa lista que en el caso anterior.
La única papeleta-sábana que sobrevive, tras la creación de los distritos, será la papeleta de asambleísta nacional, que tiene 15 candidatos por cada lista. En esta papeleta, el total de votos de la lista será dividido para los números secuenciales (1, 2, 3, 4,…) y los resultados de esas divisiones servirán para asignar cuántos asientos se lleva cada lista.
En cambio, para asambleístas provinciales, el total de votos de la lista será dividido para números impares (1, 3, 5, 7,…). Esta forma de división, ayuda a los partidos o movimientos más votados (por ejemplo, Madera de Guerrero en Guayas, PSP en Napo, o MPD en Esmeraldas o, en fin, PAIS en otras provincias). Después de la elección de 2013, podremos comparar cómo hubiera sido una Asamblea con el sistema anterior (de distritos y de asignación de escaños) versus el sistema actual, pero por lo pronto, la distritalización acabó con casi todas las papeletas-sábana.
David Ochoa