Con la Constitución a su favor, la Ley, un juicio, e incluso la venia de la Ministra de Ambiente, aún no se hace justicia a una espectacular y exuberante reserva de manglar de 25 hectáreas en Tonsupa, Esmeraldas. Desde 2009 este espacio se redujo, tras ser quemado y destruido, a ser un caserío de personas que deben soportar extrema pobreza, además de constantes inundaciones (por el mismo hecho de asentarse sobre un humedal).
https://gkillcity.com/sites/default/files/images/imagenes/68_varias/carrion%203.jpg
Este caso llegó a mis manos gracias al Twitter. Vi por varias ocasiones cómo una bióloga @ChicaVit con mucha vehemencia, les pedía al Ministerio
de Ambiente, a Marcela Aguiñaga, a Rafael Correa que, por favor, no olviden el caso de la tala de manglar Atacames.
@MashiRafael Mashi: 3 años la invasión/tala manglar Atacames – Tonsupa y no se cumplen órdenes judiciales desalojo para reforestar…
En la zona Torre Fuerte y la Florida, del cantón Atacames, parroquia Tonsupa, el miércoles 23 de septiembre de 2009 un grupo de personas ingresó a esta área protegida contigua a una camaronera, Promarisco, con motosierras y combustible para prender fuego. Fue cuando se cometió el delito de invasión (tal como se estableció en el Juicio Penal No. 09/2012), que bien podría considerarse un delito de asesinato. Asesinato a un sujeto de derechos: los manglares.
(Por cierto, esta escena me hace pensar en cuántas veces ocurrió aquí en Guayaquil. El hombre, los caciques demagogos y la devastación de la naturaleza que, indefensa, es víctima de las circunstancias políticas y la violencia de los humanos).
https://gkillcity.com/sites/default/files/images/imagenes/68_varias/carrion%204.jpg
Volviendo a Esmeraldas, en septiembre se cumplieron 3 años de este episodio y la zona sigue poblada. Y así como se llena de nuevas casitas de plástico y madera, también se inunda con cada lluvia que hay. Claro, si está asentada sobre el fango del estero, el flujo natural del agua hará que se inunden todo el tiempo.
Justamente ese fue el argumento que esgrimió la ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, quien en una nota publicada por diario El Telégrafo el 17 de junio de 2012, declaro en una reunión con los moradores del sector, representantes de la camaronera y autoridades locales, que la “la zona de manglar no es habitable, si ustedes tienen sus casas ahí, están poniendo en riesgo su vida y la de sus hijos”.
Me llama la atención que en junio de 2012, Aguiñaga haya ordenado una inspección de la zona a la directora provincial de Ambiente, a la Gobernación, al Municipio, representantes de los campesinos y a la camaronera Promarisco.
¿Por qué ordenar una inspección en junio de 2012 cuando en enero del mismo año ya se había dictado una providencia final y absolutoria en la Corte Superior de Esmeraldas? Esta providencia faculta a Promarisco, camaronera propietaria de la zona protegida que fue invadida, a solicitar la ejecución la orden de desalojo en los terrenos ocupados y a pedir a las autoridades la ejecución de las boletas de detención que pesan contra los dirigentes de la invasión.
Es anecdótico cómo termina el reportaje de El Telégrafo del 12 de junio: “Posteriormente se tomarán las medidas que sean necesarias, subrayó la funcionaria”.
https://gkillcity.com/sites/default/files/images/imagenes/68_varias/carrion%202.jpg
Pregunto, como ciudadana, ¿cuáles son las medidas necesarias?, ¿qué acciones amparan los derechos de esos manglares que fueron brutalmente talados y quemados? Si ya hay una providencia final ¿no están de más esas inspecciones? ¿No es momento de hacer cumplir los derechos de la naturaleza, de esos manglares?
Pienso que si Mafalda viera todo esto diría que al mundo hoy le duele Esmeraldas.
Yo lo veo como algo muy sencillo: se respetan o no se respetan los derechos de la naturaleza. Me imagino que es una amiga, una hermana, que fue violada, asesinada, y que las autoridades no sancionan a los responsables. Más allá de las sanciones está la posibilidad de recuperar este ecosistema con una adecuada reforestación. Y hoy hablo del caso de Tonsupa, como un ejemplo de cómo aún estamos lejos de ejercer la defensa de los derechos de la naturaleza. Pero sucede en todos lados, incluyendo Guayaquil.
Sé que es un camino largo, pero me parece que las autoridades son las llamadas a dar los primeros pasos. Si la ciudadanía ya lo está pidiendo, hay leyes y una Constitución a favor de la naturaleza, más aún.
Lamento llenar de signos de interrogación esta nota, pero en realidad me quedo con tantos cuestionamientos y también con tristeza, porque siento que el contexto y los tiempos que vivimos favorecen a nuestro entorno. ¡La naturaleza tiene derechos! ahora nos toca hacerlos respetar. Es momento de que se haga justicia en Tonsupa.
https://gkillcity.com/sites/default/files/images/imagenes/68_varias/carrion%201.jpg
María Luisa Carrión