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@ElMediodia

Edición especial pluricultural, interregional y extra-inclusiva del Proyecto “Huecas Pepa”.

Warmi (mujer en kichwa) es un negocio que dirige la señora Edy Revelo, con base en el tradicional barrio quiteño del Guápulo. En su tarjeta de presentación se lee “alimentos elaborados artesanalmente” y, en efecto, al entrar a la casa donde funciona Warmi lo primero que recibe al visitante son los estantes con una galería de conservas de todo tipo, siempre fabricados con productos agrícolas orgánicos. “Pasta de chochos con ají”, “Tomates deshidratados”, “Picante de albahaca y ajo”, “Pimientos caramelizados”, “Mermelada de capulíes”, entre otros deliciosos nombres, me incitaban a dejar en el sitio hasta el último duro que cargaba en la billetera.

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Crédito: Pablo Cozzaglio García

Yo, sin embargo, había caído por el sitio invitado por el editor gráfico de Gkilcity.com, Pablo Cozzaglio, con el objetivo manifiesto de hacerle a un violento desayuno antes de ir al aeropuerto. Pablo había conocido a doña Edy tan sólo unos días antes, cuando le encargaron un trabajo gráfico de la banda de rock alternativo Blonde Redhead que se presentó en Quito la semana pasada. Warmi suministró la comida que los integrantes Blonde Redhead consumieron la noche del concierto, y Pablo prometió –y cumplió con- ir el sábado a probar los tan comentados desayunos. Las opciones consistían en un desayuno tipo manabita, con bistec y bolón o verde majado; un desayuno con onda mediterránea, que incluía huevos con salsa pomodoro y queso mozzarella gratinado; un desayuno ranchero-mexicano, con frijoles y tortillas de trigo; y, por último, un desayuno más light a base de frutas y yogurt.

Nosotros nos decantamos de forma unánime por los huevos con pomodoro que, además, eran lo más rápido en preparar -téngase en cuenta que llegamos antes de las nueve y “abrimos el kiosco”. La descripción del desayuno en el pizarrón que hace las veces de carta sonaba bien, pero el plato que llegó a la mesa, sencillo y cuidado en su presentación, superó las expectativas. Sencillo, escribo, porque los ingredientes hacen pensar en un plato sin mayor complejidad en su elaboración. Una cazuela de barro con dos huevos escalfados en la base, abundante salsa pomodoro en el medio, y en la superficie queso mozzarela, derretido y ligeramente gratinado. Sin duda parece eso, sencillo, pero estoy seguro que si intento hacerlo en casa jamás me quedará igual –igual, vale la pena hacer el ensayo algún rato. Los huevos estaban en el punto exacto en que la clara esta cocida pero sin empezar a volverse porosa, y gracias a la atención al detalle en Warmi, una yema estaba en estado semilíquido mientras la otra ya estaba dura, como para tener en el plato lo mejor de dos mundos. El pomodoro, que se puede comprar enfrascado, tenía un leve dejo dulzón, muy apropiado para una comida matutina –para una pasta quizá preferiría un sabor más fuerte. La última cocción venía tras agregar el queso mozzarella, que en este plato es “la cereza del pastel”. Al costado nos pusieron dos rodajas de pan campesino fresco.

Comimos rápido por mi premura de partir hacia el aeropuerto pero eso no impidió que nos la jugáramos por los postres. Nos sirvieron una “torta de chocolate sin harina” y un flan de coco. La torta aparentemente es casi chocolate puro; estaba bueno pero la verdad es que no soy precisamente un gran fanático del chocolate –pensé, en cambio, que mi amiga @justmonique1981 hubiera estado extasiada. Al flan de coco apenas alcancé a meterle una cucharadita, una cucharadita sublime que sigo saboreando mientras escribo esto. Textura delicada –se agradece la ausencia de esos hoyos que suelen tener los flanes que ofrecen en restaurantes y hoteles del país- y sabor más delicado aún; para este flan no se usan esencias sino lo que la propia naturaleza da, en el estado en que ella lo da.

La clave de todo lo que ofrece Warmi es el respeto a los ingredientes principales de cada plato o producto. Doña Edy lo ratificó al comentar que en cada preparación tiene como regla mantener y potenciar el sabor propio del ingrediente principal, evitando esa mescolanza de sabores que tantas veces deriva en que unos y otros se oculten mutuamente.

Quedo en deuda de emitir un criterio sobre las conservas, más allá de que su presentación ya es de por sí auspiciosa; el sábado llegué a Guayaquil cargado con los frascos en una funda de supermaxi pero aún no alcancé a probarlos. Cuando lo haga, pondré un comentario debajo de esta entrada.

A los amigos quiteños y a aquellos que estén de paso por Toquio les queda en el registro esta sabrosa opción de desayuno, aderezada con una espectacular vista al Cayambe.

Ficha técnica

Nombre: Warmi.

Dirección: Rafael Larrea E15-134 y Camino de Orellana (entrada a Guápulo), Quito.

Precios: hasta 5 dólares, según lo que se pida o compre.

*Pedidos a: warmi.organicos@live.com

 

Rafael Balda Santistevan