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@monaenbici

El Obispo de Tenerife, Benardo Álvarez, en una muestra de completa lucidez aseguró que “hay menores que desean el abuso e incluso te provocan”. Según la concepción de este ser, la pedofilia no es un crimen. Incluso la compara con la homosexualidad y plantea una pregunta clara “¿por qué el abusador de menores es enfermo?”. Luego de esta referencia se entiende mejor la posición de la iglesia. Ante una bola de abusos, la mejor defensa no es la negación, es la reinterpretación.

Otro obispo, Pedro Elizondo (México), pide redención para los sacerdotes que abusan de niños. “No sabían lo que hacían”, dice. Entonces, ¿cómo era la cosa? ¿Quién protege a quién? ¿Si la iglesia protege a sus “trabajadores” quién protege a los niños? Las respuestas son infinitas, la mayoría de ellas parte de la lógica (absurda) de que las víctimas (los niños) mienten.

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La Última Cena, Mauricio Vélez para Revista SoHo, Colombia.

Según el estudio realizado por la agencia profesional de investigación John Jay College of Criminal Justice Causas y contexto del abuso sexual de menores por sacerdotes católicos, 1950 – 2010, se “aclaró” que la homosexualidad no era un factor determinante en los abusadores. Violaron a más niños que niñas porque tenían más acceso a los niños que a las niñas en las parroquias. En un estudio anterior, ordenado por la propia iglesia estadounidense (al explotar el boom de los abusos en 1993), se reveló que casi 5000 sacerdotes tenían alguna acusación formal de abuso sexual.

Aún cuando el problema central era el abuso de niños, la iglesia y sus más acérrimos feligreses “volcaron la tortilla” a la homosexualidad. Los informes y las cifras reveladoras y alarmantes se vieron opacadas por las “causas” de los abusos. La homosexualidad fue tildada de culpable, y la incitación al odio no se hizo esperar.

Según el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, en un ejercicio de plena conciencia aceptó públicamente que ni la homosexualidad ni el celibato eran los causantes de la pedofilia del clero.

Cuando era pequeña, tenía miedo de los curas. Ahora entiendo por qué. Aquel señorón de bata blanca y anillos de oro, alejado de todos, como en un altar y que más que respeto infundía miedo, no era de confiar. No es que todo sacerdote sea un pedófilo, pero pertenecer a una institución que niega e incluso castiga a las víctimas de abusos, te convierte en cómplice de la industria de la fe (mercado = feligreses; industria = fe; empresa = iglesia católica).

Según las páginas de noticias cristianas y gran parte de los sacerdotes abusadores, la mayor culpa de los abusos la tienen Woodstock y la revolución sexual de los 60.

El estudio recuerda que en los años ochenta y noventa la sociedad estadounidense respondió al comportamiento sexual en general y se desarrolló una mayor comprensión del abuso sexual de niños, además de producirse un aumento en los niveles de denuncias.(Vaticaninsider)

La máxima autoridad de la iglesia católica, Joseph Ratzinger, fue el primer Papa en pedir perdón públicamente y también el primero en reunirse con las víctimas. Sin embargo, ¿qué tan ciertas son sus disculpas y su arrepentimiento ajeno? En el 2010 se descubrió que Ratzinger, cuando era cardenal, tenía tanta autoridad como el Papa para tomar la decisión de parar los abusos.

CNN realizó un especial en 2010 ¿Qué tanto sabía el Papa? Donde desenmascara la descarada forma de ignorar los casos de abuso sexual antes de ser Papa. Incluso, bajo su arzobispado, se encubrió a un sacerdote acusado y condenado (¿?) por abuso sexual.

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(contiene declaraciones de niños abusados en los años 50 – 80)

Ahora, una gran pregunta que va más allá de la compresión de todos nosotros ¿por qué los sacerdotes no sufren los mismos castigos que sufren los pedófilos laicos? ¿qué clase de corona tienen los miembros de la iglesia para que su mayor castigo sea ser retirado del ministerio o ser redestinado a otra parroquia? ¿las leyes no son para todos? ¿por qué los que se encargan de investigar los casos de abusos son los propios abusadores, es decir, la propia iglesia? ¿dónde está el Estado? ¿dónde está la ley?

“El Jesús de la cruz colgado en la pared lo vio venir cada noche a abusar de nosotros, debe haber estado indignado y triste cada vez, espero que llorara como nosotros, porque éramos niños inocentes” Terry Kohut, uno de los 200 niños sordos abusados por el padre Lauwrence Murphy. Joseph Ratzinger, conocía el caso.

El cielo al parecer se muestra como una hermosa casa con armarios de batas blancas y joyas preciosas. El infierno es lo viven miles de niños abusados, solos, desprotegidos, esos niños quienes son la cara y el dolor de la descriminalización de la pedofilia. Porque todavía -para muchos sacerdotes y feligreses- la pedofilia no es un crimen.

Kristel Freire