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Encontrar el camino a la sostenibilidad, definido en nuestra propia identidad y cultura, es tal vez uno de los principales retos que enfrentamos los ciudadanos de Guayaquil. El Estero Salado es el punto clave de ese reto.

Dejemos atrás esa visión de acupuntura urbana desde líderes locales y demos paso a una transformación estructural incluyente y participativa desde la ciudadanía. Hay que regresarles a los guayaquileños ese sentir porteño que está arraigado en nuestras formas y espíritu, ese vivir la naturaleza de forma inteligente y potenciar las ventajas naturales de sabana tropical estuarina que heredó Guayaquil para pensar en una mejor ciudad para vivir y disfrutar.

En lo social debemos reconocer que son las áreas más pobres de Guayaquil las que enfrentan diariamente los embates de ver en las orillas de sus casas desechos flotar y olores impregnar hasta el último centímetro de sus viviendas. Son esos sectores los más vulnerables a deslaves y derrumbes de viviendas en áreas de relleno resultantes de procesos políticos populistas del pasado.

La recuperación del Estero tiene retos técnicos, sin embargo, principalmente demanda un compromiso político honesto y decidido. Honesto, ya que tenemos que preguntarnos por qué al día de hoy, después de 20 años de una administración vanagloriada, Guayaquil no tiene un sistema de recolección y tratamiento de aguas residuales y aguas lluvias que cubra toda la población y evite mayor contaminación en el Estero.

Tenemos que cuestionarnos por qué se pretende incumplir con la oferta (que se hizo por parte del alcalde Nebot el 15 de marzo de este año) de que ese sistema estaría listo a finales del 2013 y el día de hoy se anuncia su postergación para mediados de 2014.

Además, tenemos que preguntarnos si los recursos destinados a recuperar al Estero han sido utilizados de manera efectiva. ¿Es eficiente pagarle a una empresa para que limpie el estero? Se le paga por tonelada recolectada, entonces, se mantiene una lógica perversa de que mientras más se recolecta, el negocio se mantiene. ¿No sería mejor invertir en evitar la contaminación? Me refiero al contrato con la empresa privada por 11 millones que tiene como objeto recuperar los sólidos flotantes del Estero. Por lo tanto cuando seamos honestos en el uso de los recursos de todos podremos también tener la decisión de decir basta y demandar e implementar acciones costo-efectivas y eficientes, es decir que al menor costo limpien y recuperen el Estero en la brevedad posible.

Guayaquil y su ciudadanía no inician un proceso a ciegas. Otras ciudades del mundo han podido lograr los cambios que permitan recuperar sus ecosistemas y avanzar a la sostenibilidad. Por ejemplo el río Doutonbori de Osaka (Japón) fue recuperado a través del uso de bacterias que se alimentan de desechos y eliminan olores así como un gran involucramiento de la comunidad, que ha permitido un disfrute directo del río y un incremento de turismo y servicios en el área.

En Nueva York, una de sus áreas más deprimidas del barrio sur del Bronx, la acción decisiva de jóvenes revirtió una tendencia denigrante de su vecindario y sus áreas verdes al recuperar el South Bronx Greenway en el río Bronx. La recomposición de este punto verde incluyó un proceso de forestación intensiva, creación de techos y paredes verdes, gestión de aguas pluviales y reciclaje de aguas lluvias, mantenimiento de árboles y limpieza de calles, creación de vía verde emergente; todos lo que impactaron de forma positiva la creación de puestos de trabajo local e incentivaron el soporte fiscal que catalizó la acción de la empresa privada en la provisión de estos servicios.

En el sur también se destacan casos exitosos en ciudades con niveles de pobreza y complejidades periurbanas similares a las de Guayaquil. Estos incluyen el caso de Colombia en el Humedal La Conejera de Bogotá donde hasta el año 2004 recibió hasta 500 volquetadas de escombros y basuras y 5 millones de litros de aguas residuales diarios. Se transformaba los humedales en parques a través de dragado con el fin de construir grandes lagos, sacando la vegetación natural y bordeándolos con alamedas de ladrillo y concreto. Muy similar a la obra de cemento que nos inunda en los últimos años en Guayaquil. Ante esto la comunidad bogotana realizó acciones jurídicas para prohibir dragado y relleno de humedales. A raíz de la misma se estableció una política concertada con la Alcaldía orientando a la restauración ecológica y definición de uso del suelo de la conservación de la biodiversidad como uso principal de los humedales. Además de la acción legal, se estableció un comité municipal de humedales, en la que participa la comunidad. Hoy en día el acceso a los humedales es controlado, se organizan visitas con personal capacitado -estudiantes-. Estos recorridos guiados incluyen la observación de avifauna, flora y paisaje natural y el reconocimiento del proceso exitoso de gestión ambiental participativa que incluye mecanismos de acción ciudadana.

En Curitiba, Brasil, hoy los ciudadanos disfrutan de uno de los niveles más altos de áreas verdes por habitante y se ha minimizado los factores de riesgos que contribuían a inundaciones en los sectores más pobres de la ciudad. Esto es el resultado de una política de reserva de terrenos (para facilitar el drenaje natural) y límite de construcción en las zonas bajas (como Flor de Bastión y las Orquídeas), donde se construyeron parques, lagos artificiales y centros deportivos. De esta manera se ha aumentado progresivamente la extensión de espacios verdes de 0,5 m2 (en 1970) por habitante ha 50 m2 pese al incremento demográfico de la región. Existen políticas de incentivos para facilitar la educación y asistencia a la juventud sin trabajo, por ejemplo, en el programa de reparto de periódicos que ofrece trabajo a tiempo parcial a jóvenes de familias con escasos ingresos. El programa «compra de basura» para familias de rentas bajas contribuye a limpiar zonas que no tienen cobertura por el sistema municipal. En estos programas se cambia bolsas llenas de basura por bonos de autobús, paquetes de comida extra y útiles escolares. Más de 34 mil familias de 62 barrios pobres han cambiado unas 11.000 toneladas de basura por casi un millón de bonos de autobús y 1200 toneladas de alimentos. Otra iniciativa de «todo limpio» contrata jubilados y desempleados en tareas de limpieza.

Se debe resaltar algunos elementos comunes en estas experiencias exitosas:

1) El enfoque inclusivo de políticas y programas aplicados que alientan la participación ciudadana.

2) Estos programas son multipropósito: no sólo recuperar el cuerpo de agua o ecosistema sino que a su vez incrementa la educación conciencia ciudadana en el cuidado ambiental e involucra de forma activa a actores públicos y privados creando oportunidades de innovación para generación de empleo y riqueza, particularmente a las poblaciones más afectadas y vulnerables.

3) Demanda involucramiento gubernamental a nivel local y Estatal pero la sostenibilidad financiera de las acciones involucra elementos de contribución en recursos y tiempo también de la comunidad y el sector privado.

Considerando estos elementos, las siguientes son algunas acciones realistas presentadas previamente en mi blog que las autoridades deben tomar por el bien de la ciudad:

1) Frenar las descargas de aguas residuales

2) Modificar contratos de recolección de basura en el Estero

3) Impulsar programas que fomenten el compromiso ciudadano y acción voluntaria

4) Uso de tecnologías para descontaminación del Estero Salado de forma combinada que permiten un alto nivel de costo-efectividad y eficiencia

5) Establecer un plan concreto de uso y aprovechamiento de áreas desalojadas para recuperación de áreas verdes y/o de esparcimiento de sectores periurbanos

Guayaquil precisa de una visión colectiva que fortalezca el valor público de la urbe y construya una identidad que sume sus valores tangibles e intangibles; a ellos se integra la importancia del Estero Salado como elemento esencial de carácter ambiental, histórico, económico y cultural de la Perla. Existe disponibilidad de tecnologías comprobadas para la remediación de cuerpos de agua y pasivos ambientales con altos niveles de éxitos en diferentes y países y ciudades con características comunes a la situación compleja de Guayaquil, es claro que una incrementada demanda social por una efectiva gestión pública puede generar el compromisos político honesto y decidido que nos hace falta.

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Reflexiones, ideas (y ejemplos de todo el mundo) para demostrarlo

fuente

Fotografía de Luis Alveart bajo licencia CC BY-SA 2.0 (Detalle)