Es hora de hablar del lugar y su rol en la historia del surf nacional
Montañita-Domingo-8:43am
Muchos citadinos se levantan luego de una salvaje jornada nocturna, buscan agua para ablandar la deshidratación que genera el chuchaqui. Otros caminan tambaleándose por las polvorosas calles, la meta es conquistar el quiosco que hace algunos años ofrece batidos y el clásico sánduche de queso caliente, ese bocadillo que seguro quemara la trompa a 6 de cada 10 que lo coman. Alientos aguardentosos alardean de las hazañas logradas la noche anterior; cuánto licor consumieron, la pelada que conocieron, la droga que merodeó por sus conciencias.
Casi paralelamente a las acciones de estos personajes iniciales, mientras algunos tomaban su último vaso de Cristal, casi al otro lado del pueblo, de manera uniforme, más de una docena de surfistas se lavaban los dientes, sacaban las tablas de sus forros, tomaban un vaso de leche, comían fruta y se preparan para ingresar a la plataforma glas que les ofrece el mar de Montañita. Olas que ya son legendarias en el mundo entero, que han sido cabalgadas por soberbios surfistas, agua cristalina que esconde misterios, pero que nunca practicó el egoísmo con sus montadores.
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Esta escena de mundos paralelos lleva años repitiéndose en Montañita, con una salvaje carga de visitantes no-surfistas en fines de semana de temporada playera. El resto del año les pertenece, con alguna considerable competencia, a los surfistas locales y extranjeros, los que solo aspiran a que el día traiga aguajes potentes y bien administrados. El lugar que inicialmente atrajo solo a deportistas, con el paso del tiempo ha visto variar notablemente el perfil de su visitante.
El surf como competencia organizada en Montañita tuvo sus albores en la década del 80. Un certamen bastante básico, con poca infraestructura organizativa y diseñado más como diversión local, vio la luz en 1986. Fue un buen punto de partida y base para lo que hoy es ya un torneo grande, prestigioso y de mucha fama.
Los años continuaron su trote y con el tiempo se buscó organizar un campeonato conjuntamente con el feriado de Carnaval, la búsqueda de público de todo interés y la exposición que los organizadores habían ofrecido a los productos de los sponsors era la causa por la que se buscaba esa masiva presencia de aficionados en la época de masiva migración de cuatro días a la playa más cercana o popular. Muchos llegaban hasta Montañita por ver buen surf, otros eran noveleros totales. Al fin y al cabo todos salían ganando en los aspectos comerciales, deportivos y sociales.
Se afianzó el torneo, surgieron fantásticos surfistas, creció la bolsa económica que se daba al ganador (recuerdo algunos años en que se daba como premio una tabla de balsa o un viaje a Galápagos) y por coherencia sana, el certamen se posicionó y estableció como uno de los más importantes del continente.
Tiempo después, el open de Montañita ya no necesitaba del feriado de Carnaval para ser exitoso en todos los aspectos antes mencionados, era mejor hacerlo fuera de esa época, el manejo de gente se volvía incontrolable y la destrucción de la playa y alrededores eran aterradores.
Con cerca de 22 años en la profesión de hablar e informar de deportes, estoy más convencido que nunca, que el Montañita Open es uno de los eventos deportivos más importantes y prestigiosos que se realizan ennuestro territorio.
Gracias al certamen vi en acción a los peruanos Roberto Meza, Maki Block, Magoo de la Rosa y Gabriel Villarán, al venezolano Magnun Martínez y al argentino Martin Passeri.
Acá vienen grandes equipos para jugar la Copa Libertadores de Fútbol, los tenistas que llegan para los Challengers son de calidad y el nivel de surf de esos días en Montañita es fenomenal.
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Foto por: Sumbawa
Sentencio, a mi modo de ver, a este campeonato como uno de los tres más trascendentales e importantes, que en materia deportiva se desarrollan cada año en Ecuador.
Describir únicamente a Montañita como el escenario fogoso y dueño de una escena psicodélica nocturna no es ecuánime con el peso de los capítulos de su historia.
El color de este lugar no solo proviene de la gente que camina por sus calles, sino que también del azul de su mar, mar que se asoció hace cinco décadas con el surf nacional, mucho más tiempo que el batracio que se emborracha escuchando reguetón en sus calles.
Diego Arcos S.