"Manabí es un punto aparte en el Ecuador, una provincia llena de imágenes increíbles y gente irrepetible. Me siento en una película de Fellini, atrapada en otros tiempos, leyendo las viejas propagandas políticas de PRE que se pierden con los años y se mueren en las paredes de bloque que a poco se destuyen; aunque me pierdo un poco más en el humor de la gente y sabor de los bolones que como a diario con sal prieta y un café que deja mucho que desear a ratos. Para un fotógrafo es el paraíso, todos te sonríen y nadie le dice que no a una foto; hasta los perros posan para la cámara. Es desordenado y hermoso, nada tiene sentido pero todo encaja perfectamente, te atrapa la playa y los pueblos que algún día quisieran ser ciudades. Los niños aprovechan las mareas altas para jugar saltando en el agua y el sol hace que mi serrana cara se vuelva completamente roja, la salsa suena en cada esquina y a nadie parece importarle que día es. San Clemente, Canoa y Manta me atrapan, cada esquina es un festín visual…"