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@ElMediodia

Ayer (sábado) recibí una feliz llamada. El senséi @josemarialeonc, editor de @gkillcitycom, me comunicó con toda la formalidad que le caracteriza que estaba oficialmente convocado a un desayuno dominguero, nada más y nada menos que con el historiador y escritor peruano Fernando Iwasaki –si viven debajo de una roca y no conocen a Fernando, pueden revisar su web. Por si esto fuera poco, José María me confirmó luego que además nos acompañaría Manuel Ameztoy, artista argentino que este miércoles realizará una intervención en Plaza Lagos. El batallón lo completaban Adelaida Jaramillo de Palabralab, Pily Estrada de Espacio No Mínimo y el entrañable Yitux, @pixel_negro, que se iba a rajar haciendo las fotos.

Quedamos para las diez pero como estamos en el Ecuador y los horarios son apenas referenciales recalamos en nuestro destino, Boloncentro, pasado el mediodía. Nueve cuerpos bajamos a tropicones de una Rodeo y nos ubicamos en una mesa esquinera, “con vista al mar”. A pesar de la hora, el local aún bullía de actividad; en la TV, el partido de fútbol LDU vs. Barcelona arrancaba constantes interjecciones a los comensales. Yo andaba amanecido tras el matrimonio de un queridísimo amigo así que, antes que la comida, cándidamente esperaba saciar mi sed con ese líquido de arrocillo fermentado que en el Ecuador llamamos cerveza. Enseguida me vi desengañado pues en pleno domingo rige la paternalista ley seca. Tras un intento fallido por ordenar, hicimos una lista con los platos esperados. Básicamente, desfilarían por la mesa bolones de chicharrón y queso, tigrillo –también mixto- y, para dar la nota discordante, un chullo plato de moros con seco de chancho que pidió este servidor.

Debo confesar que la espera fue larga, bastante más que lo que tenía registrado en mis anteriores visitas. Quiero creer que el problema fue que llegamos al baldeo y, por tanto, agarramos a los cocineros ya casi casi cerrando el kiosko –de hecho, algunas cosas del menú a esa hora ya habían marchado. Sea como fuere, tras una cariñosa admonición la comida llegó finalmente a la mesa, acompañada de colas y jugos de naranja y toronja. Yo me zampé mi moro con chancho en menos de lo que canta un gallo. Un plato sabrosito, pero sin duda lejos de ser la estrella de este restaurante. No probé el bolón ni el tigrillo, sin embargo he ido suficientes veces a este sitio -desde que me lo recomendó la abogada @vivzav– como para asegurar que estoy en posición de al menos comentar el bolón.

No sé si el bolón de Boloncentro sea el mejor de la ciudad –es inmensa la cantidad de huecas ignotas que lo preparan- pero si no es así, al menos pega en el palo. El tamaño del bolón es una verdadera mangajada; una persona menuda seguramente requeriría usar sus dos manos para sostenerlo. La masa de la que se compone este bolón tiene una acertada mezcla entre verde majado y pedazos más crujientes –tipo patacón- que da como resultado un plato del que uno no se aburre al poco rato, como sucede con otros bolones. La troncha es abundante; en Boloncentro no se privan de meterle chicharrón a manos llenas a su bolón, un chicharrón bien crujiente que se complementa con queso criollo a raudales. El tigrillo, por su lado, vino presentado con un ejército de ese mismo delicioso chicharrón que puebla el bolón. La gente le hizo un toque al plato.

Algo que sin duda se aprecia mucho en un sitio como este, enfocado esencialmente al desayuno, es la oferta de jugos de frutas. En mi caso llegué ya muy tarde para el jugo exprimido de mandarina, así que opté por uno de toronja que compartimos con Pily. Muy refrescante.

La comida estuvo buena, pero mejor aún estuvo la conversación. De la muerte de García Moreno cruzamos a la comida peruana, a los nombres raros que padres insensatos le ponen a sus hijos en el Ecuador y, de refilón, a la anglización -palabra inventada sobre la marcha- del lenguaje y las traducciones literales al inglés de los nombres de platos típicos ecuatorianos. El dry of chicken y la inbreadnothing fueron el corolario de un mediodía espectacular.

Ficha Técnica:

Nombre: Boloncentro (también conocido como Boloncentro 2.000).

Ubicación: Esmeraldas 4780 y Rosendo Avilés, esquina.

Horario: Hasta la una de la tarde.

Rafael Balda Santistevan