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Me preparo para seguir el próximo debate de la Asamblea de la República. No todos los días una puede seguir una discusión para legalizar el cultivo de marihuana –y su venta en clubes- para consumo personal. Pero esto es Portugal, un país cuyas políticas para descriminalizar la posesión de drogas para uso personal fueron pioneras en 2001 y cuyos resultados cerraron la boca a los agoreros que hablaban de un país que se convertiría en paraíso de adictos.

En la próxima sesión legislativa, el diputado João Semedo, del Bloco de Esquerda, un partido socialista, expondrá su propuesta para que la marihuana pueda ser cultivada para consumo propio o adquirida en clubes sociales creados para distribuirla. “El prohibicionismo falló y fracasó, no reduce el número de consumidores de drogas ilícitas, no protege la salud de esos consumidores y alimenta un mercado clandestino”, declaró al diario Público.

La Asamblea de la República escuchará los argumentos de Semedo, un médico que plantea el tema como un asunto de salud pública. Semedo no critica la descriminalización, pero señala que aquella no terminó con el problema principal: el tráfico. Por eso quiere que cada consumidor sea libre de cultivar hasta diez plantas de cannabis en su jardín o, si no tiene habilidades para la jardinería, asociarse a una “institución sin fines lucrativos”, donde poder comprar marihuana para un mes, o hasta quedarse a fumar, siempre que sean mayores de dieciocho años.

Semedo, además de legislador, ha sido presidente del Consejo de Administración del Hospital de Joaquim Urbano, en Oporto. Y en la Asamblea, es vicepresidente de la comisión de Salud y es suplente en la de Ética, ciudadanía y comunicación y en la de Asuntos Constitucionales, Derechos, Libertades y Garantías. El hombre también está en grupos de trabajo que tratan temas de salud pública, como el grupo sobre toxicodependencia, el del VIH, el del estatuto de donador de sangre… Es decir, el hombre, además de legislador, es médico y concentra su trabajo en la asamblea en temas de salud pública desde hace años. No es un cantante de tecnocumbias que opina sobre salud pública.

El debate ya comenzó en los medios, algo que Semedo estaba ansiando, pues así se pueden encontrar “motivos y razones para convencer a la mayoría”.

Los partidos que tradicionalmente se oponen a este tipo de iniciativas aún no dicen nada. En 2009 consiguieron vetar una iniciativa similar, pero los tiempos han cambiado, hay más ejemplos en el mundo y los resultados del proceso portugués de descriminalización de la posesión de drogas son citados como ejemplo en varios estudios técnicos.

Los partidos de izquierda están sumándose a la iniciativa, aunque aún Semedo no ha tenido tiempo de exponer su propuesta. En la televisión y en los diarios, varios diputados han defendido el proyecto, ya que “la tendencia es legalizar la marihuana”. Algunos citan la lógica del mercado: si lo puede cultivar el consumidor, se le quita espacio a la mafia de los traficantes. Eso que ellos no hablan de la calidad del producto. Otra ventaja de la que se ha hablado es aquella que tiene que ver con los impuestos: una vez regulado el comercio, el Estado puede beneficiarse.

João Goulão, presidente del Instituto de la Droga y de la Toxicodependencia, dijo en el Diario de Notícias que espera que la propuesta pase. Recordó que la descriminalización de las drogas en 2001 mejoró los índices de consumo: bajaron entre los jóvenes, disminuyeron entre los consumidores adultos.

Lo dicho, me preparo para seguir el debate en la Asamblea de la República**. Vamos a ver si, de aquí a poco, Portugal vuelve a dar un ejemplo en el tema de la guerra para las drogas.

** Aún no está definido el horario de la presentación de esta propuesta, pero este es el canal online de la asamblea para seguir los debates: https://cds.parlamento.pt/gp/