Durante los partidos de la selección en el Estadio Olímpico Atahualpa, muchos se apostan en los edificios circundantes para ver, aunque sea parcialmente, el partido. Algunos incluso ponen en riesgo su seguridad pero todo vale a la hora de ver jugar al equipo (excepto, por supuesto, pagar la entrada).
**Nota del Editor Gráfico: Este trabajo, aparte de su valor gráfico, es una lección para todos los fotógrafos (las decenas que asistieron ese día al partido, incluyéndome), sobre no olvidar mirar más allá de lo que aparentemente «importa», de lo que lo que está haciendo todo el mundo, de lo que nos asignaron fotografiar. Es importante, porque nos podemos perder una de las mejores partes de la fotografía: descubrir y develar lo que nadie ve.
Carlos Pozo