La labia es un relleno pintoresco, un adorno que se estrella contra el tiempo como bombillo de árbol de navidad, es diarrea verbal o escrita, no necesariamente maligna, más bien divertida y a veces sobrenatural.
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La labia habita en deberes escolares:
El análisis del texto, nos remonta a épocas de apogeo de la sociedad de la Europa renacentista, cuando, de acuerdo al pensamiento de aquel tiempo, se entendía que lo economía se encontraba en retroceso
En monografías:
Cabe destacar que todo lo mencionado anteriormente tiende a redireccionar la meta de este proyecto, que no es sino, el de probar mediante la experiencia práctica el tema objetivo de este estudio.
En explicaciones de pareja:
No estoy borracho, estoy amanecido, que es totalmente diferente, esas cervezas en mi auto se las tomaron mis amigos. Cuando se me pase el chuchaqui seco, te llamo.
En informes laborales:
El cuadro descriptivo de porcentajes de usuarios de nuestro producto, de acuerdo al valor del mismo con respecto a su calidad, en relación inversa a la edad del consumidor, tomando datos promedio de las encuestas realizadas…
Y en declaraciones de amor:
Desde que te conocí, sentí algo muy especial floreciendo dentro de mí, y yo, yo soy un loco enamorado. El solo hecho de tenerte cerca me hace sentir bien, pero tener tu corazón por siempre palpitando cerca del mío, me haría el ser más feliz sobre la faz de la tierra.
Es omnipresente y creativa. Sabemos qué es, sabemos dónde encontrarla, pero ¿de dónde surge? Y ¿por qué la usamos instintivamente? Estudios científicos (realizados por mí) han demostrado que su origen se encuentra en el estómago, y es expulsada gracias a contracciones del intestino, que nos hacen escupir a modo de palabras muchas estupideces.
Todo comenzó cuando la evolución nos permitió que camináramos erguidos, nuestro cerebro crezca y adquiramos la facultad de hablar. De esta manera fue que los monos evolucionaron en Adán y las monas en Eva (eso de la costilla y bla bla es pura labia). Un día, Adán plantó un árbol de manzanas, del cual no se sabe cómo consiguió la semilla y como era coño le prohibió a su compañera que las pruebe.
Eva, muy lista, se dio cuenta de esto, y como buena mujer mal llevada hizo lo lógico: se comió una. Cuando él le reclamó, ella le habría querido decir de frente que se la comió porque le dio la gana, pero a la final un poco ofuscada por la reacción de él, le inventó todo un cuento de que una serpiente la tentó, le amenazó con envenenarla, estrangularla, y la obligó a morder la manzana. Adán enloqueció de pasión, y para no poner en duda su virilidad y sentar las bases del machismo, la mandó al cebo por desobedecer y le inventó un cuento de que ése era el fruto prohibido y que ahora están condenados a vivir en el pecado por siempre, cuando en realidad, habría querido decir que le encantan las mujeres difíciles y que quería acostarse con ella.
De acuerdo al profundo análisis etimológico de la palabra “labia” (realizado en 5 minutos por mí) de la anterior historia, se puede desprender lo siguiente:
Adán le habría querido decir algo a Eva, y ella le habría querido responder de una forma específica, pero instintivamente desarrollaron historias que protegieron como corazas sus verdaderas intenciones. Luego de unos cuantos cientos de años de mala pronunciación, la creación de las costas, una pizca de ahorro y practicidad, el “Le habría” se transformó en “labia”. Lástima que el tiempo que ahorramos en pronunciar esta palabra, se gaste en ejercerla.
Rose Regalado
