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@malucarrion

Con fotografía de @camilopareja

Podemos encontrar frutas, vegetales y especias saludables los segundos sábados de cada mes en la feria Bona Terra en el colegio Cruz del Sur

Juan Cruz, ingeniero agrónomo de Bucay, me dice que ya no le quedan naranjas. Las vendió todas. Él está en uno de los stands de la 4ta feria Bona Terra y vende 12 naranjas a $1. Son orgánicas, sin pesticidas, sembradas con procesos responsables con el medio ambiente y también con la salud de los consumidores. “Crecen sin químicos y a la voluntad de Dios como dicen en el campo”, es la explicación que me da cuando le pregunto sobre sus procesos. Tanto sus naranjas como los verdes tienen un proceso de siembra y cosecha al natural. Alcanzan tamaños reales y no son el resultado de alteraciones.

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¿Por qué pensar en comprar productos orgánicos y en comercio justo en estos tiempos? Bueno, primero, beneficiar a los campesinos que venden sus productos a un precio razonable, eliminando todo tipo de intermediarios (quienes son los que finalmente se llevan el billete). Juan Cruz me contaba que por ejemplo, un intermediario va a Bucay y le compra por $5 unas 100 naranjas. Vendiéndolas él directamente, su ganancia es de $12,5. Es evidente que la plata no se queda donde los campesinos tal como está diseñado el sistema actual.

No sé si estemos conscientes de lo difícil que es conseguir alimentos sin químicos. Claro, son más caros en los supermercados y súper escasos. Es mejor usar pesticidas y químicos para que crezcan más productos en menos tiempo. Capitalismo purito. Pero, ¿y la salud? No soy experta en el tema, pero es evidente que el cuerpo humano no está diseñado para procesar tanto químico. Me atrevo a cuestionar los valores nutricionales de las frutas y vegetales que han pasado por pesticidas o químicos que los hacen crecer más rápido.

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Los visité y me encontré con productores de Ambato, Bucay, Santa Lucía, Naranjal, Manglaralto, Guayaquil, Lomas de Sargentillo, Daule y Milagro.

Amé su alegría y energía, como la de Leonardo Mejía, productor de arroz y abono orgánico de la zona de San Gabriel en Daule. Me invitó a visitar su hacienda para conocer el proceso. El tipo es un experto. Reutilizan la cascarilla de arroz, que en vez de quemarla y contaminar brutalmente, la carbonizan con un proceso súper ecoamigable, y luego la usan como fuente de silicio para volver a sembrar. Sostenibilidad eficiente en nuestras narices.

https://gkillcity.com/sites/default/files/images/imagenes/47_VARIOS/carrin%202.jpgSí, son buenas noticias para los guayaquileños. Existe un lugar donde podemos encontrar productos sanos y donde además podemos beneficiar con nuestra compra a decenas de familias campesinas que se dedican a la agricultura sostenible. También hay productos procesados como las mermeladas de Sergio Villacrés, de Santa Lucía, quien ofrecía a los visitantes galletas con mermelada de guineo, de guayaba y naranja. Todo mientras bailaba al ritmo de Guantanamera. Una fiesta total.

Marcos Fioravanti, de la Fundación In terris, organiza este evento junto al colegio Cruz del Sur y la Federación de Centros Agrícolas y Organizaciones Campesionas del Litoral (FECAOL). Hay una sinergia interesante entre In Terris que organiza el evento; los estudiantes del colegio que implementan sus conocimientos de mercadotecnia junto a los productores para impulsar sus ventas y los campesinos con sus vegetales y frutas orgánicas.

Fioravanti me contó que la meta es lograr hacer un circuito de 4 ferias al mes: una cada sábado en diferentes puntos de Guayaquil. Me pareció súper válida la idea de diversificar el mercado y enfocarse tanto en los estratos medios – alto como los medios – bajo, pues como me dijo Fioravanti “beneficia a la salud de todos”. In Terris está buscando financiamiento en organismos públicos y privados para hacer realidad lo de los circuitos. Hay que correr la bola.

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No está de más decirles que sigan en Twitter a la Fundación @In_Terris y también en Facebook. Y bueno, invitarlos a darse una vuelta. Yo come compré unas manzanas, choclos y mermeladas. Vayan temprano porque los productos se terminan pronto. Cuando llegué no había naranjas ni moras. Así que ya saben, el segundo sábado de junio temprano, a las 9h00 empieza la feria. Nos vemos ahí. ¡Salud

 

María Luisa Carrión