Cuando sumamos la herida causada por el neoliberalismo educativo, a la policía heredera de las prácticas de la dictadura, obtenemos estos hermosos momentos de violencia. Síntomas de una profunda inequidad social, en el país más «próspero» de Latinoamérica, pero en el que paradójicamente no existe educación superior, esto es un ejemplo para que todos los jóvenes luchen, hasta las últimas consecuencias, por sus legítimos derechos. Mi homenaje gráfico a la valiente juventud Chilena.
Pablo Cozzaglio Garcia