No tengo espíritu de Marco Polo. No me agranda viajar. Soy una provinciana y “soy tropical, no insista”. Ya ir al sur me parece un viaje a Extremo Oriente. La idea de viaje a El Matal sólo me entusiasmaba porque se tiene un cierto espíritu de etnógrafa que sustenta una mirada exótica de lo popular y lo rural que sé es a veces políticamente incorrecta. Y así uno pasa por investigadora temeraria, respetable y comprometida con las causas no burguesas, que es lo que quería Marx.
Empezaron las precisiones geográficas. Flashback: Yo: ¿el Matar, G.? G: No, El Matal. Yo: ¿El Tamal, G? G: No, el Matal, en Jama. Yo: ¿Se van “de Jama” adónde G? Y nada de esto es lo que quería mi profesora de geografía nacional. Así que se iba a ir a El Matal. Donde se iba a proyectar la película de Sebastián Cordero “Pescador”, filmada en ese pueblo y que cuenta la historia de Blanquito, un pescador, que “pesca” en la orilla del mar una mañana cualquiera, unas cajas con pequeños paquetes de cocaína. Y decide emprender viaje rumbo a Guayaquil con una colombiana a ver si logra también pescar su amor. A ver si logra también pescar el amor de su rico y poderoso padre que lo ha abandonado. A ver si logra finalmente pescar un destino diferente que el que tendrá en ese pueblo.
Entonces me dije que sería bueno ir. A ver si yo también pesco algo. Aunque sea dengue. En las manos llevo solamente mi Nokia barato que sirve de diario de campo digital y con el que me limité a documentar citas relevantes bajo el hashtag#cosasquedicenlosamigos que me hace ganar followers a costa del ingenio ajeno. Esto no es una crónica. No hay descripciones de ambientes, lugares, personas. Es un relato de un viaje al que asistí con el principal objetivo de reírme un buen rato. Y de ver una película en El Matal. Así que si espera una crónica, puede bajarse del relato ahora. Lo comprenderé perfectamente.
La cita para salir desde una casa era a las 8:00. Eso por supuesto, en nuestra noción de tiempo tropical, es sólo un enunciado. Es una buena intención, como el Plan del Buen Vivir. En el mejor de los casos algunos llegamos chinos-de-sueño a las 8:15. Por supuesto se viajaba con la celebridad Andrés Crespo, que hace el papel de “Blanquito” en la película. 8:30. Los que exigían puntualidad tenían aún las sábanas pegadas. 9:00. Las confirmaciones de viaje, no eran tan-confirmadas. 9:30. Pensaba que nada que se convoque en un mensaje con el título “Vente de salsa, sabor y sandunga con tus amiwis” podía salir en horario alemán, como quería Adolf. “Somos tropicales, no insista” 10:00. La celebridad se exacerba porque debe estar allá a tiempo y el viaje dura 6 horas. Como Blanquito, amenaza a viva voz y con el gesto violento que hubiese querido Lenin, irse con otros “amiwis”. Luego regresa, como perro arrepentido. Como Blanquito al final de la película. 10:30. Llega con gafas el doble de Jaime Araque. Y por fin todos en el bus.
Uno podría hablar de los viajes sólo desde lo que se empaca en la maleta. Las madres que convenientemente recuerdan la necesidad de empacar papel higiénico. Todos deberíamos aprender de ellas. Los hipocondríacos que empacan Migradorixina #paraelalma. Los que no llevan pantalón de baño, pero sí el libro de Teoría Marxista de Agustín Cueva, que es todo lo que quería Lenin. Los que aportan a nuestro conocimiento del snack gourmet burgués y sorprenden con la fundita de zanahoria blanca.Sí, blanca. Los que pensábamos que habíamos elegido nuestro atuendo desde los criterios de algún tipo de #fascismoestético, y el mejor piropo que logramos es “Pareces personaje de That 70's show” #cosasquedicenlosamigos. Sin mencionar el descuido de no empacar el cable para conectar el iPod al radio que nos condenó básicamente a escuchar 6 horas de música de los 80's. En la ida y en la vuelta. Repito: en la ida y en la vuelta. Sí, de esas canciones de esos grupos que sólo estuvieron en el ranking una vez. Repito: una sola vez. #cosasquedicenlosamigos "Chicos ¿están listos para un momento alegre? Eso es Bernard traduciendo libremente a Sabrina". En la época en que se podía almorzar mientras mirábamos en el Show de Bernard a una italiana mostrándonos medio pezón. Sin ningún problema. Al parecer nadie pensaba en los niños.
Se espera que hable del paisaje. Que comente cómo golpea la luz en la fauna tropical. Que describa la postal campesina del hombre, la mujer con sombrero. La ternura del animal de campo que avanza ingenuamente en la carretera. Las casas humildes de madera y caña, de segundos pisos no acabados. Lo siento. Siga esperando. “Soy urbana, no insista”. No le encuentro ningún encanto a la naturaleza. Cuando veo esas casas, pienso, como Lacán, o como dicen que piensa Lacán: “Ah, esas casitas de campo, donde (también, repito, también) ocurren los crímenes más perversos”. Creo que el animal debe estar en Animal Planet. No soy una antropóloga inocente. Perdón. Ni siquiera soy una antropóloga. Y mejor me guardo mis comentarios sobre los rurales en este registro porque serían todo lo que quería Malinowski.
Ya en el bus, el digno grupo que incluía – si consideramos prácticas y tendencias políticas – a los liberales, anarquistas, comunistas, conejos-fascistas-leninistas, educadoras-mariposas-amarillas y apóstatas, se hablaba de temas importantes que incluían desde la discriminación a estudiantes homosexuales en colegios católicos y el derecho o no de los católicos a ser homofóbicos hasta temáticas más relevantes.
Ejemplos. Sobre industria cultural y crítica de Tv: "¿Te imaginas a MacGyver en una ferretería? Allí si el man conquistaba el mundo" #cosasquedicenlosamigos. Sobre lenguaje y corrección idiomáticas: " Y Juanita Vallejo escogía las palabras que nadie usaba. O las palabras bacanes que seguimos usando mal" #cosasquedicenlosamigos. Sobre salud pública: "Ese vino LA FARRA es la cosa más peligrosa del MUNDO" #cosasquedicenlosamigos. Sobre identidad pluricultural: "No. No seremos un país serio hasta que tengamos un trago nacional" #cosasquedicenlosamigos. Sobre libertades individuales: "Pues ese man tiene derecho a manejar como quiera porque es INFLAMABLE" O.o. #cosasquedicenlosamigos. Sobre gastronomía popular: "Había un camarón en mi corviche. Fue conmovedor" #cosasquedicenlosamigos. Sobre gestión de riesgo: "Mira ese man cambiando cables subido en una pala de tractor, ¿Sabes qué nivel de apego a la vida tiene? Cero pana. Cero" #cosasquedicenlosamigos. Y sobre todo sobre teoría política: "Pequeño burgués es el que tiene tres carretillas. Y una es de chuzos de molleja"#cosasquedicenlosamigos. Y finalmente sobre preguntas filosóficas existenciales: "Y en este momento me pregunto ¿Algo malo le pasó a Dumbo, no?" #cosasquedicenlosamigos. Y supongo eso es todo lo que quería Nietzsche. Y así.
De vez en cuando cruzaba una bandeja con un quiche excelente. De vez en cuando cruzaba una cerveza, una botella de caña. Nunca cruzó una de vodka, que es lo que hubiese querido Lenin. Algún comunista fantaseaba que a la gente de Manabí, como la que aparece en la foto, se podía convencer de participar en la nueva revolución leninista "la revolución será rural o no será"#cosasquedicenlosamigos
6 horas después se llegó al hotel “El cisne”. Que estaba muy bien y a buen precio. Piscina. Hamacas. Aire acondicionado. Con un solo control remoto para todas las habitaciones: “Es que se los llevan los amigos de lo ajeno, niña” decía la administradora. A USD 20 por persona. Pudo haber sido más exótico. Con terror escuché: "Ok. Aquí nos bajamos. En el hotel "Vuelve el negro de oro". #cosasquedicenlosamigos. Menos mal que no. El espíritu etnográfico tiene un límite. El hotel nos hacían sus advertencias: SEÑOR CLIENTE: ESTA SUITE Y TODO LO QUE EXISTE EN ELLA EXISTE PENSANDO EN USTED. POR FAVOR: NO LA DESTRUYA. “LA GERENCIA”. Y tenía una discoteca llamada “Enigma”. El enigma era la decoración. Botellas suicidas colgaban con sogas del techo. Cajas de LP´S de los 70's decoraban las paredes. El sabor de los claves de NY. Dona Summer. Amanda Miguel. Y el himno de Jama lindo y querido enmarcado en cuadro dorado que por supuesto terminacon Jama bello y querido/ nunca te voy a olvidar.
La tarde transcurrió en la lógica del tiempo tropical. Unos comían en el restaurante “La ballena azul”, que tenía su respectiva gigantografía en la que aparecía el equipo completo de “Pescador”, además de contar con el más amable de los dueños. La vista del mar y la carta eran amplias. Y los platos bastante buenos. Desde pescado frito hasta tortilla de camarón. El clásico encebollado. Y Perico. No Tigrillo, como nos corregía el amable dueño "Dice es una gran palabra, porque puede abrir y cerrar una oración. Por ejemplo: Dice tigrillo, dice". #cosasquedicenlosamigos . Otros dispersos, caminábamos en la playa. Entre los botes apilados en la orilla. Y los palos apilados también en la orilla traídos por el aguaje. Y los perros flacos de pueblo, que son una raza particular. Unos niños en el mar parecían absolutamente libres. Absolutamente. Mirábamos atentos la espuma: quizás pescábamos algo. Algún pequeño paquete de cocaína que, deshaciéndonos de algo de ética personal, podía cambiarnos la vida. Quién sabe.
Al fondo se escuchaba un viejo megáfono “Se invitaARGAFF a todo el puebloGFRT del Matal a la canchaFSCRS a la presentación de la películaGHGFR Pescador a las 9 de la noche. TraigaHGTRET su silla”.
Quemábamos tiempo recorriendo una sola calle. El espíritu etnográfico no daba para aventurarse más, aunque eso no sea lo que hubiese querido Indiana Jones. Bueno, algo daba cuando en las tiendas no querían vender cigarrillos, porque “Niña, acá somos cristianos y no fomentamos vicio”.
Hasta que llegó el momento A. ¿Qué hora es? B: No sé. Pero YA SON. O.o #cosasquedicenlosamigos. Una pantalla inflable del Ministerio de Cultura se instalaba en la cancha. Con cinta scotch se pegaban los cables al pavimento. Un In Focus sobre una mesa PYCCA. Como hormigas que llevan hojas, la gente de todo el pueblo va llegando con sus sillas. Cargadas sobre los hombros. Banquitos. Sillas azules, verdes, rojas. Sebastián Cordero es mucho más alto de lo que imaginaba. Él y Andrés Crespo dan la bienvenida en medio de un murmullo gigante que no es el mar. Pero nadie esperaba silencio. Unos se sientan en sus sillas. Otros nos sentamos en el piso con temor de desprender algún cable. Detrás una mujer me golpea con violencia, como quería Stalin, con un trapo con el que espanta mosquitos. No cualquier mosquito. El mosquito de El Matal. Que es también otra raza particular. Que no se espantaba con el Detan. O con el poco confiable “Repelín”.
La proyección se da en medio de niños que juegan. Gritos de los habitantes de “Niños, tápense los ojos” en las escenas sexuales #alguiendebepensarenlosniños. Manos que señalan los lugares que reconocen. Uno que otro problema de audio al inicio pero nadie chiflea. O se enoja. O grita. Ésta era su película. La gente de El Matal parecía feliz. Carcajadas. Nadie esperaba silencio.
Ya en la noche, se celebra en “La ballena azul”. Cordero, gente de producción, periodistas culturales. Un borracho se acerca amistosamente. Trae una botella de caña. Con un pedazo de caña adentro. Pide a todos un dólar de colaboración, menos al comunista, al que sólo le pide diez centavos. Lo intuye proletario y a nosotros burgueses. Pero aún se tiene a Marx, a Rand y aKropotkin en nuestros corazones. También se tenían cervezas. Coco-loco. Caña. Desgraciadamente no vodka, que insisto, es lo que hubiese querido Lenin. Y nuestro amable borracho se desestabiliza todo el tiempo. Física y emocionalmente.
“Todo el mundo sabe que el borracho se cae, cuando hace el paso del que se cae” #cosasquedicenlosamigos Se celebra la película, el pueblo, la revolución que llegará –dicen – en Octubre, dicen. Algunos bailan. O creen que bailan. Mientras tanto, se hace crítica musical "Y no te metas con mi cu-cu era una especie de Pimpinela erótica" #cosasquedicenlosamigos
La mañana siguiente empieza a las 10:00. Difícil moverse más allá de la zona de las hamacas. Los seres comparten sus sufrimientos escolares como si fuesen torturas en Abu Ghraib. "¿Y a ti también te hicieron en la primaria numerar piedras?"#cosasquedicenlosamigos. Y se coreaba el himno del colegio Indoamérica. O algo así. Que terminaba con el verso “Seremos felices” #findelcomunicado. Y al parecer no, no lo eran. No se reclutó a nadie para la revolución finalmente. Así nunca estará para Octubre.
Nos arrastramos hacia el bus. La alimentación consistía en snack de zanahoria blanca, Manicris, rosquita con queso. Entusiastas compraban salprieta como souvenir. Mientras, se recordaban periodos histórico-políticos nacionales de los 80's. La conversación continúa en un nivel elevado: "Yo soy muy bonito para ir a la guerra" #cosasquedicenlosamigos" ¿Salcedo? Es el lugar con más basureros con cara de payaso per capita del mundo"#cosasquedicenlosamigos. En algún momento el tráfico se pone denso. Prácticamente se detiene. En una tropical versión de “La autopista del sur” de Cortázar.
Dicen, da siempre un poco de pena regresar a Guayaquil, dicen, mientras se cruza el peaje. Dicen.
Que lindo es mi bello Jama/es digno de visitar / Es una joya preciosa / Rodeada del ancho mar. Vayan. A Jama. Y a ver la película. Seguramente, Blanquitos o no, pescarán algo.