Leonidas Vatikiotis, Phd en Economía, fue asesor del documental “Debtocracy”, en el que se retrata la crisis por la que atraviesa Grecia. Estuvo en Quito durante el 13 y 15 de febrero para el Taller Internacional sobre los Avances de la Nueva Arquitectura Financiera Regional, convocada por Jubileo 2000-Red Ecuador, la Comisión Técnica Presidencial Banco del Sur, el Grupo Nacional contra la Deuda y Latindadd.
¿Qué está ocurriendo en Grecia?
En pocas palabras, en Grecia tenemos un experimento que tiene implicaciones muy significativas para el hemisferio Noreste y para la Unión Europea. Analicemos los ingredientes de este experimento. La clase dirigente de Grecia quiere arrebatar todos los derechos sociales, todo lo que ha sido alcanzado por los trabajadores, durante las últimas seis décadas (de los ’50 hasta ahora). Estoy hablando del Estado de Bienestar, la provisión de salud, educación, sistema de pensiones.
¿Bajo qué mecanismos se pretende que esto tenga lugar?
En Grecia, durante los últimos dos años han pasado siete memorándums de entendimiento, muy estrictos, sangrientos. Estos paquetes contienen muchos cortes de gastos sociales, reducciones de salarios, pensiones, beneficios, privatizaciones y aumento de impuestos.
Todo esto por el peso de una deuda enorme. En Ecuador pasamos por algo similar, con un porcentaje muy elevado destinado al servicio de la deuda. ¿Cómo se vive eso en Grecia?
Por ejemplo: en el 2012, Grecia tiene un PIB de 212 billones de euros, de los cuales pagará 87 millones al servicio de la deuda. Pero destinará sólo 5,7 billones a educación y 4,8 billones para salud pública. Y si miramos hacia años anteriores, Grecia durante las últimas dos décadas ha pagado por el servicio de la deuda el doble de la cantidad de la deuda que se tiene hoy: 360 billones de euros.
Todo esto se muestra en el documental Debtocracy, del cual usted fue asesor. ¿Qué respuestas generó en la sociedad civil?
A ver. Primero diría antes que nada, cuál fue la reacción del gobierno: cuando fue estrenado el documental, justo en ese período decíamos que nosotros no debíamos pagar la deuda; luego, el gobierno dijo que esas propuestas no eran cosas serias: que nosotros pagaríamos toda nuestra deuda, hasta el último euro. Esto pasaba durante la primavera de 2011. Para julio del 2011, la Unión Europea, luego de una decisión de Alemania, decidieron ajuste 21% de la deuda griega. Luego fue obvio que nosotros no fuimos los únicos que dijimos que esta deuda no puede ser pagada. Pero incluso ahí, cuando dijimos que 21% de ajuste no es suficiente para la deuda griego; incluso ahí la deuda no fue manejable, no fue viable.
Luego vino la decisión de la Unión Europea el 27 de octubre del 2011, que decidió hacer un ajuste a la crisis griega del nivel del 50%, pero se refería sólo al sector privado. Hasta entonces decíamos que esta deuda era bastante pequeña, pero lo más serio no es el nivel del ajuste, lo más serio son los términos que acompañan al ajuste: ahora los términos que han sido impuestos para aceptar este ajuste va a castigar al pueblo griego durante muchas décadas con pobreza, desempleo y hambruna.
Hace unos días se dieron movilizaciones con un fuerte rechazo hacia un nuevo y severo plan de ajuste. Si este es el séptimo plan que tiene lugar desde el año pasado, ¿por qué esta reacción tan fuerte? ¿Qué implica este nuevo ajuste?
Primero debemos explicar por qué hubo tanta ira de los griegos frente a estas medidas. Mencioné que ya se han pasado seis memorándums, seis paquetes de austeridad; este fue el séptimo. El gobierno de Grecia dice cada vez: deben decidir, griegos, o memorándums de entendimiento o default. Y lo hacen a modo de chantaje. Entonces los griegos sienten que sus derechos se violan cada tres, cuatro meses: les piden hacer sacrificios que no tienen ningún resultado.
Pero este paquete es mucho peor que los anteriores. Por ejemplo, por primera vez hay reducciones en los salarios en el sector privado. Hubo 150,000 despidos en el sector público: uno de cada tres servidores públicos van a ser despedidos.
Se dio la abolición de negociación entre empleados y trabajadores. Hay muchas medidas que están en contra de la constitución: por ejemplo, la constitución griega afirma que sólo jefes y empleados, sólo ellos decidirán los niveles de salario. Y ahora el gobierno dice: voy a recortarla en un 25%; y el gobierno no tiene derecho a hacer eso.
Debes tomar en consideración que en Grecia tuvimos los últimos meses el colapso del sistema político. En noviembre del 2011, la Unión Europea, “Merckozy” (Merckel y Sarkozy) tumbaron a Papandreu, como lo hicieron en Italia también cuando tumbaron a Berlusconi.
¿Existen en Grecia movimientos fuertes, alguna oposición consolidada haciendo frente a los ajustes?
No. En Grecia hay tres grandes ramas de izquierda. Primero, el partido que tiene la mayor presencia y votación es el Partido Comunista de Grecia. Luego está la Coalición de Izquierda y Progreso. En tercer lugar están un grupo disperso de izquierdas revolucionarias, donde el partido más grande es Rebelión.
En las grandes demostraciones, todos estos partidos tienen diferentes demandas; pero en la mayoría de casos, como todas las manifestaciones son muy grandes, muy concurridas, todos se encuentran. No hay un frente unido en contra de estas medidas del FMI y de la Unión Europea.
¿Y sus demandas no convergen? ¿Por qué?
Diría que hay muchas razones ideológicas y otras que están basadas en una tradición errada de competición entre las izquierdas. Pero si queremos ser puntuales, hay diferentes slogans políticos: por ejemplo, el segundo partido (Coalición de Izquierda y Progreso) es pro-Unión Europea, y el Partido Comunista y la izquierda revolucionaria creen que la Unión Europea tiene una gran responsabilidad para esta situación de Grecia. Esta es solo una de las diferencias entre partidos.
Si me preguntas mi opinión, creo que no es sólo posible sino que se tiene la necesidad de la acción conjunta. Claro que siempre habrán diferencias políticas, diferentes programas, diferentes estrategias políticas: todo esto es bastante lógico. Pero debemos tener acción conjunta frente a estas políticas.
Se ha documentado la fuerte represión a los manifestantes, tan fuerte que se la relaciona con los tiempos de la dictadura.
En Grecia hay una fuerte influencia de la extrema derecha, grupos neonazis de extrema derecha, que ocupan puestos cruciales en la policía. Muchas veces las fuerzas especiales que están en las demostraciones, se quitan los cascos y puedes ver sus cabezas afeitadas como nazis. Muchas veces vemos en las fotos grupos de extrema derecha con la policía para hacer operaciones en conjunto.
Hace unas semanas encontré una foto en Rebelion.org de un padre con su hija en brazos, siendo presionado por la policía. La foto tenía una descripción intrigante: “La democracia en los tiempos del FMI”.
Sí, fue de los últimos dos años en Grecia. Esta foto fue de una manifestación en el verano, cuando tuvimos a los indignados griegos. Él es un conocido “trade-unionist” [sindicalista] en Grecia. La policía le pegó a su hija, a la niña, y ella lo abrazó llorando.
Hay muchos otros casos. En Grecia, en la práctica, no hay derecho a manifestarse. Hace diez años íbamos a manifestaciones a ver a nuestros amigos, a discutir. Ahora, cuando vamos a demostraciones, nuestras esposas o padres nos llaman al teléfono cuando terminan las manifestaciones porque quieren saber si hemos sido arrestados o no.
¿Qué pasará en Grecia? ¿Hay alguna salida de esta espiral de enfrentamientos, de ajustes?
Si los políticos griegos continúan aplicando estas mismas medidas, no hay salida alguna. El default será un asunto de cuándo. Hace unas semanas los alemanes decían a los griegos: “si ustedes no votan por estas medidas en el parlamento, no esperen a tomar el préstamo”. Y se votó a favor de esas medidas en el parlamento. El martes, en el Eurogrupo, donde se reúnen los ministros de finanzas de la eurozona, decidieron: “no les daremos el préstamo porque no estamos totalmente seguros de lo que van a hacer si les damos este dinero”. Esto es un chantaje, y es una brutal intervención en la política interna de un país. Existe un chantaje constante.
¿Hay posibilidades de una reacción ciudadana coordinada, como la ocurrida en Islandia, por ejemplo?
Esa es nuestra esperanza, es nuestra dirección, es lo que esperamos con nuestras luchas diarias: detener el servicio de la deuda, salir de la Eurozona. Porque la Unión Europea y la Eurozona ha sido demostrado que uno de los mayores generadores de crisis, no trajeron a nuestros países Estado de Bienestar o mejores niveles de vida: trajeron crisis, pobreza y desempleo.