Un grupo de unas 200 personas se reúnen dos veces a la semana en una ceremonia religiosa que -a simple vista- no tiene nada de extraordinario: familias congregadas, un coro dirigiendo los cánticos, un modesto escenario con un sistema de luces, audio, batería y otros instrumentos propios de las iglesias más entusiastas… Sin embargo, el repetido “666” en las paredes, la imagen de un hombre de rostro sonriente que mira a los feligreses desde varios puntos del salón y líricas del tipo “…eres Rey de reyes. Tuyo es el poder, mi Dios José Luis”, hablan por si solos. No estamos en un lugar común.
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Cabello corto y engominado, mirada serena, sonrisa cálida, impecable traje negro. Mientras mira al frente, su firme y segura mano derecha hace un gesto de mando con su dedo índice y medio sobre su amplia frente, una posición similar a la que adoptan los fumadores para sostener el cigarrillo.
Así luce José Luis de Jesús Miranda, la última manifestación de Dios en la tierra, Jesucristo Hombre, “Papá” o “Papi”, como lo llaman los fieles de su movimiento Creciendo en Gracia, para quienes este puertorriqueño de 65 años es una especie de nuevo Mesías, al que dirigen sus cánticos y mirada de esperanza en un tiempo nuevo. Él es su todopoderoso.
…Y ese tiempo nuevo llegará aproximadamente en 132 días, 2 horas, 43 minutos y 50 segundos (dependiendo del momento en el que el lector consuma este texto) y se llama la Transformación, que es cuando “Papi” se revelará ante los hombres, que es cuando su “cuerpo físico será transformado, vestido de inmortalidad e incorrupción tal y como lo experimentó Jesús de Nazaret”, como explican ampliamente y con sustento bíblico en su página web, www.creciendoengracia.com.
Sin duda, de trata de un movimiento religioso organizado que además de tener estaciones de radio, su propio canal de televisión, cantantes oficiales, templos, página web, varios sitios de reunión y sedes en 24 países de todo el mundo, tiene sus propias tradiciones, como la del tatuaje…
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“Pon-telá, ponte la marquita/ Pon-telá, aunque sea chiquita”. Así, con la tonada de “La Piñata”, en ritmo de reggaeton, el predicador Luis Martín Guío, que transmite un mensaje por el canal oficial de Creciendo en Gracia, presenta el video de una Jornada de Tatuajes en diferentes países. Se trata de un tiempo destinado para que los seguidores de José Luis de Jesús Miranda marquen su piel con el 666, el numero de la prosperidad; y con la SSS, las siglas que significan la frase “Salvo, siempre salvo”.
Hombres, mujeres y adolescentes. En brazos, hombros y lugares visibles. Casi todos los asistentes al culto de ese domingo tienen estas marcas. Diógenes Barrios, el obispo de la sede de Guayaquil, también. Es un hombre de tez canela, voz rasposa, cabeza calva y mirada confusa que apunta a varios lados a la vez. “666”, “JH”, “SSS” son los tatuajes que tiene en sus antebrazos izquierdo y derecho. Casi todos han perdido su tonalidad oscura y lucen algo verdosos o azulados.
– Estos tatuajes los tengo hace unos 9 años
-¿Y por qué marcarse la piel?
-Porque la palabra así lo dice… En Proverbios 3:16, dice: “Con la mano derecha ofrece larga vida; con la izquierda, honor y riquezas”. Allí indica en que brazo debemos colocarnos los símbolos.
-¿Y por qué el 666?
-Nos identificamos con este número porque es el número de José Luis, de sabiduría, de riqueza. En la primera de Reyes 10:14, dice que 666 es el número de talentos, es decir, de renta anual del Rey Salomón. No es algo del demonio como la gente lo entiende. Es un número de bendición.
El diálogo se realiza en la parte externa de la sede de reuniones, que está ubicada en las calles Clemente Ballén, entre Av. del Ejército y García Moreno, una zona un tanto peligrosa y desolada del centro de la ciudad, que poco a poco comienza a llenarse de vehículos y personas, que interrumpen la conversación para saludar a su guía espiritual con un apretón de manos, un beso y un abrazo… “¡Hola, Bendecido, pase adelante que en un momento comenzamos!”, dice el Obispo, mientras saluda una y otra vez a las personas que poco a poco comienzan a llenar el lugar
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Unas 250 sillas plásticas rojas y blancas, lámparas fluorescentes, afiches de Jesucristo Hombre por doquier y el vaivén de los ventiladores de techo reciben a los feligreses. Al ingresar por una puerta de vidrios polarizados, uno espera encontrarse con un lugar más pequeño, pero no es así.
Es domingo. Es día de alabanza en casa de “Papá”. Son cerca de las 16:00 y en la pared se proyecta la imagen de un globo terráqueo que da vueltas y anuncia con una especie de cortina de noticiario que faltan pocos minutos… de pronto, la pantalla se apaga, las luces se encienden y el culto comienza.
El Obispo se coloca en la primera fila, mientras un coro conformado por tres mujeres jóvenes y un guitarrista comienza a entonar cánticos “Pon atención a lo que José Luis dice…” anuncia la canción en un ritmo de algo parecido al merengue, mientras todos bailan y agitan las manos. Detrás de mí, una mujer con voz desentonada, cabello oxigenado y blusa fucsia participa del canto por aproximadamente 20 minutos.
La gente se sienta y en silencio, espera que la imagen aparezca de nuevo en la pantalla. Telegracia, el canal oficial, transmite una ceremonia desde los estudios de Colombia llamada “Calqueo a las Naciones”, dirigida a todos los países que tienen una sede y que se enlazan a la señal.
Durante el programa, dan la bienvenida a los nuevos “bendecidos”, difunden información de miembros de la comunidad, mandan saludos a aquellos que partieron a la “nube de testigos” y dan noticias de los avances de la caída de la Gran Ramera, que es como ellos se refieren al Vaticano. Finalmente, emiten el mensaje de la semana y recogen la controvertida “siembra”.
Marcos Tobar es la persona que asiste al Obispo. Es, además, el encargado de responder mails y de ayudarlo en la oficina. Tiene 15 años dentro del movimiento. “Yo calculo que a nivel nacional somos unos 8000. Aquí en la provincia, debe haber unos 3000 bendecidos. En Guayaquil somos cerca de 1000”, afirma con algo de timidez.
Si bien la ciudad es la sede, en el país existe un total de 27 lugares de reunión, de los cuales 9 están dentro de la provincia del Guayas, en cantones como Colimes, El Triunfo, Milagro, Samborondón y otros. La primera “iglesia” fue abierta por Barros, justamente, hace 22 años, cuando decidió formar parte de Creciendo en Gracia.
–Yo era católico, como todos. Pero resulta que esa religión es un fraude, una mentira. Llegaron a mis manos unos cassettes de José Luis de Jesús Miranda, y yo vi que esta era la verdad.
-¿Por qué?
-Por las evidencias bíblicas. Con la ofrenda que hizo Jesús en la cruz nos hizo perfectos para siempre, ya pagó un precio por todo nosotros. El sistema religioso actual te pone a hacer ayuno, a orar día y noche de rodillas, clamando por la salvación a ver si te alcanza. Si tú haces eso, estás anulando lo que Cristo hizo en la cruz. Esas son las evidencias.
-Entonces, suponiendo que yo mate a alguien… ¿eso es pecado?
-No se le llama pecado. Eso es obra de la carne.
El Obispo lo ha dejado claro… No es pecado, es obra de la carne. No es muerte, es nube de testigos. No es ofrenda económica, es siembra. Tampoco es el fin del mundo, se llama transformación y ocurrirá entre junio y julio.
-¿Qué pasaría con ustedes si llega ese tiempo y no sucede nada?
-¡Ja, ja, ja, ja! ¿Cómo no va a suceder? ¡Eso va a suceder, mi reina! Eso va a suceder. No acepto esta pregunta.