Del año que termina, la prensa sacará sus recurrentes especiales reseñando los sucesos que durante el año hicieron noticia. Noticia, lo que se dice noticia, habrán hecho algunos; otros, como acostumbra la práctica periodística ecuatoriana, serán impuestos a la opinión pública como ‘hechos relevantes’ sin que revistan mayor importancia.

El tema es que no me siento con autoridad para decidir como los medios qué noticias deben ser consideradas las más relevantes del año. No pienso caer en ese ejercicio de poder desde mi posición ciudadana, por lo que lo que leerán acá no tiene otra pretensión que compartir con ustedes los eventos que a mi juicio merecieron mas chaza y por supuesto, los que lograron arrancarme carcajadas.

No faltará por aquí el amargo desorientado que crea que este artículo debe ser tomado en serio y aventurará una crítica por cada hecho que se comente.  Sepan esos genios, que se reconocerán en este texto como la parte que merece burla.

Como en ocasiones vale mas reír que llorar y los usuarios de las redes sociales suelen ironizar con genial inventiva los sucesos que hacen noticia, he realizado el ejercicio de seleccionar los 5 cañonazos que, a mi juicio, lograron mayor y mejor efecto a lo largo del año en la consecución de la mofa general.

Mostacho el Facho

Mostacho el Facho es un personaje divertido. Tiene onda que los ciudadanos se expresen, mas si de esos ejercicios de inventiva popular surgen personajes que ponen  en evidencia lo ridículo de algunas decisiones del poder y aunque los toleteros de Malecón y Diez de Agosto no parecen concordar conmigo en esto, Mostacho se hizo, a fuerza evidenciar con gracia y sarcasmo lo profundamente arbitrario de la política municipal, un espacio en redes sociales e incluso se agenció alguna presencia en medios tradicionales. Molestó, si, al sucesor de Olmedo, a quien, ante la enorme afrenta de que un personaje de ficción lleve un bigote similar al suyo, lo poseyó una casi irrefrenable necesidad física de expeler su orina sobre alguien. Decidió que el receptáculo de su micción debía ser la cabeza de Daniel Adum. Pero como no estaba vestido de frac, ni era enano, ni fumaba tabaco inglés y además le ganó el caso, tuvo que quedarse con las ganas el pobre.

El Mono Machín

No se quedó con las ganas, eso si, de entucarnos un monote horrendo a la entrada de los túneles y una fuente de agua danzarina en el malecón del salado. Que nos pone al nivel de las grandes metrópolis del mundo, dijo. Y yo le creería si para admirar la fuente o el primate no tuviera que darme tremendo vueltón desde ese día, hace mas de un año, en que un brillante contratista del Municipio decidió colocar maquinaria pesada sobre un puente que se venía abajo en la Avenida Las Monjas. En fin, el espantoso primate que custodia los túneles y las geniales ocurrencias que en torno a este y la prolífica zoología gigante guayaca se generaron en redes sociales, me causaron mas de una carcajada e implantaron en mi el profundo temor de que algún día el mono y la iguana gigante se cabreen y destruyan la ciudad.

 

Un peinado para Carla

“¡Y la mejor de este país!”, gritaba fuera de si la bailarina Carla Sala porque el doctor Tito Tomalá le había dicho bailarina. (¿En qué quedamos, es o no es? ) Ofendida hasta la médula, le daba las quejas a un furibundo Vito Muñoz que encontraba entre todo el despelote del que se servía RTS para elevar su rating, la oportunidad para mostrar en vivo, otra vez, que está dispuesto a golpearse con quien sea que ose faltar el respeto a una dama, mencionando su profesión, por ejemplo. Luego, amenazas fueron y vinieron al aire. Gavilanes, que también es recontra macho y siempre  le pega durísimo a la mesa, fungía una vez más de juez del bien y del mal. Al final, nada. Parecía que el show quedaba ahí, hasta que unos días después, con una jugada maestra, Tomalá, tuvo su venganza. La mañana se agitaba en Twitter gracias al gato que Carla parecía llevar sobre su cabeza. En algún otro lugar de la ciudad, el peluquero de Carla y Tomalá reían mientras se despachaban un cebiche que este le había convidado al primero con los camarones que conservaba junto a sus implementos de cirugía.

#PornoParaMelvin

El buen Melvin Hoyos lucía descompuesto. Terminaba la primera audiencia por el caso de Censura Previa en el Salón de Julio y Melvincito, poseedor de  una estampa tan fina que bien podría haber inspirado a Chabuca Granda, gritaba “¡Hippie!” A todo el que se le cruzara por el frente. “¡Vayan a ver porno a su casa! ¡A – su – ca – sa!” gritaba con genial elocuencia, hasta que se percató que la frase podía ser mejorada: “¡No, mejor vayan a ver porno al patio de su casa!”, dijo. Severo verbo el de Melvin. Yo después de eso siempre me pregunté si lo dijo porque de chico solía autocomplacerse entre los matorrales de su patio. Bastante incómodo, si se me pregunta, pero las cuestiones de gustos no admiten mayor discusión. Lo cierto es que el evento le otorgó a Hoyos el honor de ser trend topic en Ecuador con el ya clásico #PornoParaMelvin, hashtag utilizado para acompañar la descripción de cualquiera de esas cosas sucias que a Melvin podría disgustarle ver en otro sitio que no sea el matorral del patio trasero de su casa.

Siente el choque

La moralina guayaca ardía en comentarios sobre unas chicas que aparecían en un video en youtube bailando el baile de moda. Mucha diversión para lo que puede resistir una ciudad como esta. La alegría, señores, (y el Municipio lo sabe) sebe ser sancionada. Y así lo fue. Las chicas fueron expulsadas del Colegio Nacional 28 de mayo por una rectora que debe haber nacido vieja, gorda y sapa y que, huelga decirlo, jamás ha sentido el choque. Gracias a las denuncias de los ciudadanos en redes sociales, la rectora fue llamada a la reflexión por sus superiores y las chicas readmitidas en el centro de estudios al que la inventiva popular le asigno el slogan de “Ciencia, choque y morocho”.

Súbete a la MetrovíZzzzzz…

Lo mas cercano a bailar el choque que ha experimentado Guillermo LassZzzZz… , lo vivió hace unos pocos días cuando las puertas de una unidad de la Metrovía se abrieron para recibir su perfumadita presencia. Comentó luego que no le habían robado. Claro, eso es cosa de banqueros, no de ‘gente de la Metrovía’. Lo que no trascendió como noticia es que el siempre encantador Guillermo tenía la aspiración de adormitar a todo ocupante de la unidad de transporte, y cual Tony Kamo del subdesarrollo, convencer a todos para que depositen su dinero en el banco del barrio mas cercano. Intentamos conseguir versiones que nos ayuden a esclarecer si finalmente consiguió su cometido pero todos los que se transportaron en esa unidad aun están rucos.