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@pixel_negro

Siempre he creído que el héroe randiano se parece más a un artista independiente que a un empresario. Al menos no al estereotipo de empresario que tenemos el gusto de conocer en Ecuador. El dinero no es más que la representación económica de que determinada cantidad de personas está dispuesta a darnos un porcentaje de sus pertenencias a cambio de lo que hacemos. Tener mucho dinero (bien habido) solamente indica que lo que uno produce le gusta a un gran número de personas. A la masa. A la muchedumbre, para que suene despectivo y más individualista. Ayn Rand afirmaba que preocuparse por agradar a los demás, dejando de ser uno mismo, es de parásitos mentales. Por esta razón, a través de sus personajes en El Manantial, cataloga de esta manera a todos quienes buscan la ostentación y venden sus principios con tal de agradarle a una multitud lo suficientemente gorda como para ganar dinero.

Este es un ejercicio de reflexión interna, ególatra. Muchas veces se ha criticado esta página bajo la premisa que no miramos más allá de nuestro propio ombligo y lo irónico es que aquí voy a escribir exclusivamente de eso. El año se acaba y alguien tenía que analizar nuestra propia situación.

“Un experimento de comunicación digital ciudadana”. Nunca supe si esta frase la venían pensando desde antes o saltó recién cocinada a la sazón de nuestros gritos, la cerveza y el apuro de grabar los primeros promocionales de La Descarga. En todo caso, esas palabras de José María definieron el concepto de lo todo lo que es GkillCity. Veinticinco semanas después; un jueves de noche, mientras subíamos la página, comenté que nos estábamos volviendo muy profesionales y que eso iba contra nuestros propios preceptos. Pensaron que era broma, pero yo jamás había hablado tan en serio sobre el tema:

Tuve la oportunidad de trabajar un tiempo en televisión; tengo panas que se dedican por completo a esa industria y, parafraseando a Ginsberg; he visto a las más grandes mentes de la producción local, destruídas por el rating. Eso es una realidad innegable, en la que por más que uno trata, si tienes que comer de lo que produces vas a caer irremediablemente. Hace un tiempo fui editor de un magazine local familiar, en el que el productor se esforzaba por hacer un programa decente. Lastimosamente no despuntaba ni a palos. En una ocasión un reportaje con heridos sacó un pico de rating y desde entonces, paulatinamente, fuimos mutando hasta terminar siendo un programa netamente de crónica roja. Llanto, pito y sangre es lo que vende.

Toda esto se me vino a la cabeza revisando las estadísticas de visita de Facebook (el gran jefe aún no me da acceso a las estadísticas de Joomla, ni Google Analytics) Había muy poco movimiento en el Facebook de GkillCity, hasta que subimos las fotos que Andrés Loor le tomó a un comerciante que había sido apaleado por robaburros. Inmediatamente comenzamos a ver comentarios, 'Me gusta's y gente que compartía la publicación en sus propios muros. Según Zuckerberg, y yo le creo a Zuckerberg, la semana con más visitas era la de preparativos y recuerdos de la Fiesta GkillCity – Expo Inmundicipal; y la publicación con más 'Me Gusta's era el saludo a Daniel Adum luego de que fue declarado inocente. Sin embargo, la foto de Allan Fernández ensangrentado, le ganó a esas dos e incluso logró más subscriptores que el propio estreno de la página. Según lo que dicen las tablas, esa foto llegó a un promedio de 2 lucas de cabezas diarias, durante una semana.

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No hay cómo negarlo: el llanto, el pito y la sangre venden. Incluso, y aunque nos duela, en nuestro grupo objetivo que supuestamente tiene otros intereses y otro enfoque frente a la realidad.

La foto la tomamos porque nos llamaron a decir que había un vendedor de mangos ensangrentado y yo tenía mi cámara a la mano. La twitteamos para que se haga público el abuso y queden evidencias de facto y luego la subí al Facebook con una hipótesis, que ya fue comprobada. Lo bueno es que nos podemos escudar en que somos un 'experimento de comunicación digital ciudadana', nos importan los números pero no nos debemos a ellos en su totalidad. Y no nos debemos a ellos por el simple hecho de que no comemos de esto.

Volviendo al héroe randiando, es una especie de empresario-artista que hace las cosas que considera buenas y correctas sin importale si le generan ganancias económicas o no. No necesita más aprobación que su propia satisfacción. “Un hombre verdaderamente egoísta no puede verse afectado por la aceptación de los demás. No la necesita.” Vendría a ser una especie de mutación entre la genialidad de Steve Jobs y el espíritu de los CRASS, o viceversa. Howard Roark decide irse a trabajar a una cantera, antes que construir bajo preceptos ajenos y cuando construye lo hace a su manera le guste o no a los consumidores. Su ídolo murió pobre y loco, como todo buen artista que se respete, supongo. Hank Rearden se negó a venderle al gobierno su fábrica de metales, por el simple hecho de que “es mía ¿conoce ud. ese concepto?” Obviamente ellos son personajes de una ficción mal escrita, y aunque yo estoy de acuerdo con la premisa, hasta ahora no he conocido a una persona con los huevos suficientes como para que la señora Rand se le vaya de bola en un coctel empresarial.

El resto de mortales necesitamos comer, beber y gastarnos el dinero con/en mujeres/hombres; bueno y también pagar la escuela de los bebes, el asilo de la vieja, hacer mercado y todas esas cosas superfluas. Y si algo nos da más dinero, simplemente lo haremos. No tenemos que caer en lo vulgar, ni ser despreciables desde un comienzo, pero una fotito de un ensangrentado de vez en cuando no nos viene tan mal ¿verdad?

Por eso, y aunque me odien, estoy convencido que este proyecto morirá en el exacto momento que querramos comer de él. Creo firmemente en la página, me parece una de las mejores cosas a la que me pudieron haber invitado a participar y como todo lo bueno y hermoso de esta vida debe seguir su camino autosuficiente. La 'DIY route' tan reivindicada desde punkies crusteros, hasta videoastas del Hollywood independiente.

“Ningún sacrificio es demasiado grande, cuando se hace por el privilegio de ser uno mismo” 'Do It Yourself' es una ética de vida. Es hacer lo que te llena, sin importar si te pagan por eso o no, pues lo haces tú mismo. Soy testigo de que a Andrés Crespo se le antojó resumir, en ese momento, a Nietzche quien a esas palabras había precedido que “El inviduo ha luchado siempre por no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado.” Es como la banda de música no comercial cuyos miembros tienen que tener un trabajo de oficina o morir de hambre; o el artista plástico que de noches es taxista porque sus cuadros aún no están en las grandes galerías; o los manes que tienen una página de comunicación que ni ellos se explican cómo sobreviven pues se niegan a caer en el facilismo de llenar de sangre y culos sus portadas.

Todos esos proyectos tal vez algún día serán grandes, serán reconocidos y serán admirados por la muchedumbre, lo cual se traducirá en dinero. Pero para llegar ahí hay un único camino: 'the DIY route or die trying'. La banda que empieza a tocar covers de Maná no trascenderá y el pintor que empiece a hacer réplicas de Guayasamín, tal vez tenga más dinero pero su verdadera escencia seguirá encerrada en la bodega de su casa. Nosotros podríamos sacar como noticia los tweets de políticos y quizás tuviéramos muchas más visitas, pero no nos da la gana. Este es nuestro experimento, en el que se han sido sumando muchísimas personas, y ha ido creciendo y mejorando a paso firme. Seguiremos así: pidiendo ayuda a la gente que cree en esto, sacándonos el aire después de nuestros 'day jobs' y metiéndole ganas a los proyectos (y al menos yo siguiendo mi ideal de héroe randiano)

PD: si leyeron hasta aquí y creen que en algo tengo razón; no sean malitos y por año nuevo dónenos un par de monedas que son importantes para poder seguir trabajando sin la necesidad de estar pensando en convertirnos en un medio tradicional.