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Honestidad es que le llaman. Si alguien al nacer me hubiera inscrito al Partido Comunista, yo al tener plena conciencia de eso, y no siendo comunista, me hubiera desafiliado. Del mismo modo, mis padres al nacer me bautizaron dentro de la Iglesia Católica, y yo en plena conciencia decido deshacer esa especie de contrato. Es más, si yo a los 15 años me hubiera inscrito al Partido Social Cristiano, y luego cambio de ideología, voy y elimino mi inscripción. Del mismo modo, si yo me hubiera bautizado católico por voluntad propia, pero luego cambio de religión; debería poder desinscribirme sin tanto lío.

 

Este debería ser un artículo corto, no hay mucho de qué hablar sobre por qué uno se desafilia de una institución con la que no comparte nada. El problema es el status quo. A pesar de que la mayoría de gente que conozco no es católica de a de veras, aún se siguen sorprendiendo de que yo apostate. Para mi el tema es sencillo: si me preguntan si soy católico, la respuesta es simplemente que no. ¿Por qué debería seguir contanto en sus estadísticas?

No soy católico porque no creo en lo que creen los católicos. Por la misma razón que no soy induísta, ni creo en los dioses del Olimpo. Ni siquiera soy ateo. Soy apateísta. Es decir, agnóstico apático: no estoy seguro de la existencia o no de Dios, pero no me interesa conocer la respuesta. Considero que es un dato que no afecta de ningún modo el rumbo de mi vida. Pero eso no importa. Lo que cuenta aquí es que no soy católico; bien podría ser evangélico, testigo, budista, satanista o creyente de la cienciología.

El drama lo pone la Iglesia. Si ellos cogieran mi solicitud y simplemente me dieran un comprobante de que fui eliminado de sus registros, estaría todo bien. Si fuera así talvez ni siquiera hubiera insistido en hacerlo. -Básicamente, esta es la segunda vez que 'apostato'. Lo hice hace años, solo, pero me ignoraron elegantemente y me sugirieron tener una cita con el Arzobispo, a la cual obviamente nunca fui.- Por alguna razón ponen trabas, miran para otro lado y se inventan excusas que hacen dudar de sus intenciones. ¿Cuál es el interés que tiene la Iglesia Católica porque un hereje, vicioso, descarriado y a mucha honra apateísta siga contando como uno de los suyos?

No dudo de la buena fe de los católicos de verdad que se sienten preocupados de mis intenciones de defeccionar oficialmente de lo que ellos consideran correcto. Ni siquiera pongo en pie de duda el hecho de que consideren que el bautizo es imborrable. Acepto que me sigan considerando como un hijo de su Dios por haberme mojado la cabeza cuando chiquillo, pero si algo tengo claro es que Dios no es burócrata. San Pedro, en la puerta del Paraíso, no ha de estar llenando proformas ni pidiendo carnets de socio para ver si deja o no pasar a la gente. A los únicos que puede interesar ese papeleo es a quienes manejan una institución terrenal, con virtudes y vicios carnales. Una institución que para desgracia nuestra sigue teniendo vínculos burocráticos y amarres con el poder estatal, a pesar de que las épocas del conservadurismo -dice mi libro de Estudios Sociales de 2do curso- ya acabaron.

Si no les interesaran los réditos políticos, estarían felices de que nos salgamos de su institución -un mal practicante menos, al final de cuentas.- Los réditos políticos los ganan bajo la falsa premisa de que son mayoría. Según una encuesta de 2008, casi el 88% de la población ecuatoriana es católica. Si así fuese, a quien gobierne le tocaría escuchar a sus líderes; sería justo cuando menos. Pero no es así, son muchos menos. Se podría decir que están haciendo trampa en las estadísticas. Están partiendo de una época en que para ser ciudadano había que ser bautizado. Y ese es el común denominador.

Me han preguntando cuántos hemos apostatado, que si hemos sido tan pocos es porque a nadie le importa lo que estoy hablando. La gente prefiere seguir contando como católica que mover un dedo para poner una firma. Es verdad. Pero yo volteo la pregunta y les regreso la pelotita: ¿Cuánta gente existe, o mejor dicho, cuál es el porcentaje de bautizados y confirmados siendo mayores de edad?

Apuesto una jaba a que los apóstatas seremos más. De todas -sí, todas- las personas que conozco, creo que puedo contar con los dedos de mis manos a todos los que se han bautizado y/o confirmado siendo mayores de edad, por voluntad propia y sincera. El resto de gente, bajo la misma lógica aplicada antes, preferiría seguir contando como pagana antes que mover un dedo para mojarse la cabeza. Y si son tan pocos -no se cuántas personas conozco en toda mi vida, pero 10 católicos es un porcentaje muy pequeño- es porque a nadie le importa lo que están hablando.

Mi conclusiones – a todos los que están hartos de la injerencia que tiene la Iglesia sobre ciertas decisiones en la política: lo más coherente es apostatar, salirse oficialmente del catolicismos y dejar de contar en sus estadísticas. A Monseñor Arregui: por favor facilite los trámites, sea honesto, deje que la gente se salga de su institución sin ninguna traba, no es nada personal, simplemente tenemos otras creencias. Al Vaticano y a todos los católicos en general: por favor dejen de pretender intervenir en nuestras vidas y por favor, no busquen que los gobiernos les otorguen beneficios políticos; uds son una minoría.