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Hoy salí de Guayaquil escapando de la voracidad del imbecilismo. Me trepé en mi camioneta rumbo a la playa, disfrutando de la libertad.

(Mi computadora tiene un sonido en el ventilador , me está arrechando demasiado. Una MacBook Pro no debería hacer este papelón! Menos aún cuando pretendo dedicar minutos prolongados a la escritura de un artículo que exprese mis sensaciones con respecto a la huevadota que se ha armado de la nada.

Verdaderamente me cabrea que esté sonando como carcacha)

El carretero estuvo tranquilo, hay unas zonas particularmente bonitas, la de árboles de teca crecidos me conmovió.

También viendo la cantidad de muros preciosos en los que podría echar una pinturita y, quizás, nunca la caguen los comemierda conocidos con su churretera capa de gris municipio.

(No crean que ha parado el ventilador de mierda este, sigue revoloteando)

Menos aún, o probablemente sería mejor decir, estadísticamente es menos posible que venga un cagón envidioso y me garabatee el camello. También es bien cojudo pensar que un mural puede durar la eternidad y sobrevivir al próximo tsunami de mierda brotando de una millonada de aspersores.

Pasando Progreso (siempre me he divertido con lo pretencioso del nombre de ese pueblo/centro del carretero de tantas temporadas.), por el camino nuevo, me encuentro con León y Pocho vota 6, en una casucha de bloque de 3 x 2, desteñidos a más no poder y con sus perseguidas dignidades litroxmateadas.

Me metí en un tunel del tiempo llamado Zapotal, Back tu the Future hechoverga. Estaba enchancletado, pero en mi patineta y botines Nike hubiese encarnado, sin lugar a dudas, a Marty McFly.

La carnicería seguía en el mismo lugar, pasaban personas , sobretodo estudiantes y amas de casa con la compra para el almuerzo, todos risueños y divertidos, examinándome como animal de ciudad, saludábamos y click!

Crush! Pepsi! Coca Cola!

Manzana!

Tropical!

El abuelo con sus gatos.

Candell 63 prefecto! Yupi! Pepsi!

Tropical!

Rodrigo Borja 12!

Fulton Anchundia! Roldós!

La verdadera casa Pilsener

Alvaro el Ecuador te espera Prian 7

El zapatero y su nieta escurridiza.

Tropical!

Manzana!

Mi cámara disparaba balas de salva, de salva pasado, de salva recuerdos, de salva momentos. Desde finales de los 90 tengo esa fascinación por fotografiar las publicidades pintadas a mano, en culatas de edificios, sobre cemento, madera, caña, zinc, casas enteras utilizadas como lienzo para un mensaje comercial o político.

Ahí están las manes, metidas en el aparato digital.

Llegué a destino, mejor dicho, volví a destino. Destino me estaba esperando, no se había olvidado de mí, el tiempo no había transcurrido. El mar calladito, una poza enorme con un par de rugidos perezosos acompañado del trinar de una decena de cantautores emplumados. Frío y nublado. Gris.

Pero no ese gris del que tanto se habla últimamente, el gris de Septiembre.

Resplandor es lo que había según los nativos, una época para remendar las redes y mirar al mar esperando Enero.

Caminé oliendo a mar y alga, sintiendo arena en el cerebro, viendo el horizonte inmutable y afilado. Todo seguía igual. Yo estaba más viejo.

Terminó la tarde con un triunfo, los pelados de la zona peloteaban y reían. Vi once goles de gran definición, nada de remates o cañonazos, puro toque y pases a profundidad.

Se dirán…si Daniel, bacán tu viaje, muy sensibilizador, pero que hay de la audiencia, el fallo, el abogado, la prueba, el intendente, el Municipio.

Pues me vale verga!  Tanta estupidez afecta los sentidos, sobretodo el  común.

Claro, no quiero cárcel, no quiero palo ni garrote, mi cuerpo no fue nacido para eso.

Tampoco quiero labor comunitaria, porque eso fue justamente lo que hicimos.

Quiero un Guayaquil inteligente, humano, coherente. Un Municipio aliado a sus ciudadanos y no una sarta de cojudos empachados de poder ejerciendo la ley de una hacienda exportadora de ignorancia.

Estoy tan indignado que ya no quiero vivir en Guayaquil.

Paulina siempre me ha dicho que nos larguemos de esta ciudad de mierda y yo siempre terco argumentando que es nuestra responsabilidad cambiarla para bien.

Ahora soy perseguido por estos ignorantes que tienen el poder que les dimos, pero como bien canta con huevos Bersuit: lo van a perder!