En la zona costera manabita, se realizan, en varias parroquias y cantones y en diferentes fechas, las Fiestas de San Pedro y San Pablo para agradecerles la pesca que ha habido en el año.
La creencia es que si no cumplen esos ritos, les irá mal en la pesca del resto del año. Se nombran presidentes, quienes son los «dueños de las fiestas». Son designados con un año de anticipación con la finalidad de que se organicen y reúnan los fondos para poder llevar a cabo la fiesta.
Hay cuatro presidentes, dos blancos y dos negros, cada uno representando a San Pedro y San Pablo; y cada uno tiene su corte y su reina.
Sara Donoso