onceisa.jpg

"Amigos: alce la mano al que le gusta el verde y lo come mucho. Cuéntenme qué recetas con verde prefieren y por qué"

Una vez más estaba ahí yo, llenando el TL de mis followers con preguntas raras para ellos, útiles para mí. Suelo buscar fuentes y hacer reportería por Twitter. Siete es el promedio de respuestas que recibo por pregunta. Esta superó cualquier estadística.

Cuarenta mentions. Algunas personas con más de una respuesta, explicándola y detallándola.

Chifles -con salsa de queso o salsa de maní-, patacones -con queso, fréjol o ají-, bolón -con queso o chicharrón-, menestra de verde, asado, tortilla, frito, majado, corviche, viche, raspado, caldo de bola, empanaditas, tigrillo, pastel, sancocho blanco, soplado, molloco, cazuela, sango, en sopa de camarón, asado con sal prieta, pizza, bollo, lasagna.

Impresionante la cantidad de recetas que recibí pero más impresionante la emoción con la que cada uno redactaba sus tuits.

El verde, ese fruto no maduro que lleva el mismo nombre que su color, además de fósforo, potasio y un montón de vitaminas y minerales, tiene otro valor que no es nutritivo. Un valor de pertenencia, una suerte de orgullo por vivir en el mismo país donde, durante todo el año, crece este alimento.

Es algo tan nuestro que queremos llevarlo hasta cuando estamos lejos de aquí. @minitaduque es guayaquileña y vive en Portugal hace un año y medio. Al mes de partir sintió una necesidad tan grande de comerlo, que empezó a averiguar dónde conseguirlo. Encontró un lugar de productos exóticos y ahí, junto a la yuca, estaba el verde. Pero no cualquier verde sino uno ecuatoriano.

Cada mes, @minitaduque compra mínimo una docena y convoca a sus amigos de diferentes nacionalidades quienes adoran su comida.

Su historia es fascinante y estoy segura que se replica en todas las ciudades donde hay ecuatorianos. Es como si quisiéramos llevar un pedacito del país y nos llevamos lo mejor. Lo mejor es, por supuesto, el verde.

El verde, después del fútbol, es lo que nos une como país. Creemos que es un gusto individual que "solo nosotros" lo comemos de tal forma. Si nos enteramos que no es así, no nos sentimos ordinarios sino que nos alegramos de compartirlo. El verde crea un sentimiento comunitario.

El verde es (coloque aquí un adjetivo que abarque algo riquísimo, que se puede preparar de mil maneras y además es sano y nutritivo)

Salud!