La interminable y popular creencia que los cachos le caen solo a los cojudos.

Es un recurso letal para el insulto; en calles, filas caóticas, bares nocturnos, el estadio, etc, etc, etc…

Si quieres herir a tu rival de contienda circunstancial social, no dejes de dispararle un firme y bien pronunciado : "¡¡CACHUDO!!"…

El calificativo le garantizará una reacción furibunda del receptor, el insulto masacrará el honor de quien considere que es una cuestión de talento no ser golpeado jamás por los "temidos" cachos. Pero, ¿se han dado cuenta de la carga de machismo que tiene la asimilación de este insulto? Resulta que quien haya sido protagonista de este triste episodio es un cojudo…

¿No debería ser al revés?

Lo digo por el matiz que se la ha dado a esta circunstancia. Si el término "cachudo" es un insulto, un adjetivo que busca humillarte, debería ser porque eres mala persona, sucio, inmoral, criminal, o algo que vaya por esa lineas de dañó inmediato a tu imagen, ¿No creen?

Entonces, si tu pareja decidió traicionar tu pacto de lealtad, no fuiste tú (el afectado) el que actuó mal, por ende, ¿cuál es el fin del insulto? Hay que replantearse un poco el concepto de este término y determinar qué queremos decir y porqué lo queremos decir.

Al parecer, decirte cachudo, es una forma de gozar tu caso (no comprobado) y tratar de vender la idea de que si te pasa, eres pendejo.

¿Lo eres?

Prefiero terminar esto citando al cineasta Fernando Mieles:

"Un hombre sin cachos es un animal indefenso".