De por qué es un deber ciudadano lograr que el principio de Neutralidad en la Red esté consagrado en la futura Ley de Comunicación

De la inacción a la acción hay un proceso. Es decir, existe primero la identificación de un problema, el análisis del hecho y la búsqueda del remedio.

Ése es un enunciado bastante sensato. Lo que no es sensato es estancarse en determinadas fases de ese ejercicio dialéctico y es, sin embargo, uno de los vicios más recurrentes en el Ecuador. Muchos estamos acostumbrados a identificar el problema (a algunos hasta les pagan por eso), asirlo, ni siquiera comprenderlo del todo y refunfuñar sobre él. Luego decimos twitt off (que no es lo mismo, ni es tan feliz como twist off) y hasta ahí. Hasta que el desayuno nos deja alguna feliz ocurrencia con la que seguir refunfuñando.

La crítica es válida, por supuesto, pero siempre y cuando empiece por uno mismo ¿qué estoy haciendo yo? ¿Cómo estoy combatiendo lo que me parece errado? Soy un activista en el cambio -en la manera que elija- o soy un simple comentarista de tragedias locales? ¿Estoy dispuesto a luchar mis propias batallas por lo que pienso o estoy esperando que terceros vengan y empuñen mi bandera también?

Por ejemplo, en estos tiempos de intenso debate político, ¿qué estamos haciendo los ciudadanos además de tomar una postura según el candidato que nos simpatice?

¿Estamos coadyuvando a crear ciudadanía o andamos recelosos los unos de los otros, como un enemigo que acecha en las sombras, desconfiando de lo que piensa el vecino? El falso dilema propuesto, en todos los niveles, ha creado una escalada paranoica de ribetes nunca antes visto. Eso tiene, por lo general, un resultado nefasto: se satanizan las posiciones, se desacreditan no los argumentos sino a los argumentadores y la intolerancia para el que piensa distinto aumenta. Sin embargo, hay una pequeño, aunque importante, matiz esperanzador en todo esto: el debate emerge. Y no me refiero al debate politiquero del insulto y la descalificación personal, no me refiero al debate que construye y aporta desde una perspectiva expuesta con sensatez, al final del cual quienes intervienen en él se estrechan la mano y se toman una cerveza. Civilización, que así le llaman en otras partes.

Esa emergencia, aunque sea a tumbos, del debate se fomenta como nunca antes por una sencilla razón: nunca antes hubo una plataforma tan democrática, auténtica, directa y dinámica como el Internet. El espacio 2.0 es, a diferencia de los medios tradicionales (meros amplificadores de agendas corporativas, estatales o privadas, bajo el ropaje de periodismo), un espacio donde el debate se robustece, que provee medios asequibles para fomentarlo y cuyo efecto multiplicador no tiene parangón en la historia.

Es por ese mismo motivo que resulta indispensable que en la Ley de Comunicación que se debate en la Asamblea Nacional se consagre el principio de neutralidad en la red.

¿Qué es la neutralidad en la red?

Tim Berners-Lee, considerado el padre de la web (él y su equipo crearon el lenguaje html, el protocolo http y el sistema de localizacón url, o sea, básicamente, todo lo que se usa para crear, alojar y enrrutar las páginas webs), explica acá qué es este principio que pocos Estados han adoptado (y que otros, inclusive algunos del llamado "primer mundo", mañosamente quieren ningunear).

En ese breve comentario hay una frase de Berners-Lee que es impactante "Hace 17 años cuando creé la Web, no tuve que pedirle permiso a nadie(…) Traté entonces, (y hoy mucha gente sigue trabajando arduamente en ello) para que la tecnología de la Web se mantenga como una plataforma universal y neutral. No debe discriminar ningún hardware, software, subred, lenguaje, cultura, discapacidad o tipo de dato en particular".

Eso que dice Berners-Lee es muy hermoso. Tan hermoso como peligroso para los que detentan el poder. Porque, como pasó en España con el movimiento 15M y la Puerta del Sol, al Estado español sólo le pareció bien el activismo en Internet mientras fue en Egipto, Siria o Irán. Cuando la ciudadanía 2.0 se levantó para protestar por la posible aprobación de la llamada "Ley Sinde", entonces los políticos los denostaron. Sin embargo, al final de cuentas, la ley no se aprobó, aunque la batalla sigue.

Esta es nuestra causa ciudadanos 2.0. No puede haber uno de ustedes que utilice facebook, twitter, o sencillamente haya accedido al amplísimo conocimiento que se esparce por Internet, que pueda estar en contra de esto. Es una causa estrictamente ciudadana, cuyos postulados deberemos hacer llegar a quienes ejercen el mandato popular.

Lo bueno es que en el Ecuador poco (nada) se ha dicho sobre esto. Por eso, como nada tenemos, todo lo haremos. Así se construye ciudadanía. Observando, criticando, sí, pero tomando parte activa y proponiendo.

Por eso, gkillcity.com ha decidido iniciar una "CAMPAÑA POR LA INCLUSIÓN DEL PRINCIPIO DE NEUTRALIDAD EN LA RED EN LA LEY DE COMUNICACIÓN"

Desde este sábado 30 de julio, a las 11 am, en la fiesta de gkillcity.com comenzaremos a conversar el proyecto que en los próximos días remitiremos a la Asamblea Nacional, específicamente a Mauro Andino, presidente de la Comisión de Comunicación.

¡Súmate a la causa!